Fueron fundamentales para crear el relato de muchas obras, fueron hasta protagonistas de otras, fueron señas y mostraron identidades pero ahora pasan casi desapercibidas en las salas. Las plantas, las flores, los árboles asumieron un papel principal para los pintores a lo largo de los siglos y ahora, cuando hemos dejado de mirarlas, el Museo del Prado ha decidido acercarles una lupa.

La idea fue de Eduardo Barba Gómez, jardinero e investigador botánico en obras de arte, que tras hablar con un amigo que le aseguró que en la pinacoteca madrileña no había flores, se empeñó en mostrarlas. Por eso, presenta ahora un itinerario bajo el título de Un paseo botánico por el Prado, que se podrá visitar hasta el próximo 30 de marzo, donde a través de 26 obras nos muestran la importancia que tuvieron y que tienen a la hora de mirar una pintura.

Así nos lleva desde la María Tudor de Antonio Moro y su rosa de boticarios en la sala 56, a la sala 10A con Zurbarán y su Isabel de Portugal, donde la caléndula es la protagonista; o al Velázquez que retrató la vista del jardín de la Villa Medici en Roma y donde los cipreses tienen especial importancia hasta llegar al Bodegón con alcachofas, flores y recipientes de vidrio, de Juan van der Hamen.

"Este itinerario recorre un amplio abanico temporal, desde una escultura romana clásica hasta un lienzo de comienzos del siglo XVIII. Asimismo, presta atención a todo tipo de soportes, como el mármol, las piedras semipreciosas o, por supuesto, tablas y lienzos. En todos ellos hay acomodo para la representación botánica", explican desde la institución desde la que también añaden que gracias a estas obras de arte tenemos "constancia de la fascinante capacidad de observación del medio natural de los artistas, que retrataban las plantas con delicadeza, como si fueran un personaje más".

Para ellos se trata de "un proyecto pequeño y disperso" pero en ningún momento "un proyecto menor". "Le damos esa extraordinaria importancia. Nace con la voluntad de aprender y de dirigirse a públicos muy diversos y de poder disfrutar de una gran cantidad de narraciones que podemos obtener de las flores y de los significados que Barra Gómez nos desvela".

De las plantas como protagonistas a las flores como estatus

Y es él el que nos explica cómo en algunas obras las plantas "rebosan" mientras que en otras se encuentran un poco "más escondidas". "En todos los casos, la botánica es una parte indispensable del relato que el artista quiere narrar: hay flores que aluden a la dinastía de la persona retratada, hojas que resumen un sentimiento, árboles que transmiten a la escena cualidades que les son propias...", escribe en la introducción del catálogo donde dedica un apartado a cada una de las plantas que aparecen en las obras seleccionadas en el Prado.

Aquí podemos ver desde el drago, cuyo origen se circunscribe principalmente a la isla de Tenerife, dentro de la obra de El Bosco. "Se cree que observó esta planta en las estampas de Martin Schongauer o la del incunable Liber Chronicarum de Michael Wolgemut", explica. O el jazmín que agarra un Carlos II de niño retratado por Jean Ranc. "Este tiene la peculiaridad de poseer seis pétalos, en lugar de los cinco habituales. Quizás el infante nos quiera mostrar su excepcionalidad, como era habitual en los gabinetes de curiosidades", añade.

"Las especies escogidas podían estar presentes en el entorno del artista, incluso al pie de su taller de trabajo. Pero otras veces, y como fruto de las expediciones a distintos lugares del mundo, se incorporaban plantas exóticas que provenían de países lejanos y que enriquecían la flora artística, especialmente a partir del siglo XVI. De cualquier manera, las obras de arte dejan constancia de la fascinante capacidad de observación del medio natural de los artistas, que retrataban las plantas con delicadeza, como si fueran un personaje más", añade sobre el itinerario.

Una propuesta que desde el Prado califican de preciosa y a la que auguran "un gran éxito". "Siento una gran devoción por el museo y estoy muy orgulloso de estar aquí. En una época en la que la ceguera hacia las plantas, las flores... Va en aumento creo que es una gran oportunidad", sentencia.