“Soy Luis Felipe Fernández-Salvador y Campodónico. Vengo de una familia de criollos españoles radicados en el Ecuador que fundaron el país. Me dedico a la exploración, me dedico al cine, me dedico a la filantropía y persigo los derechos de la naturaleza”. Así se presenta Luis Felipe Fernández-Salvador y Campodónico, sexto Marqués de Lises, quien desde hoy hasta el domingo, usará el palacete de inspiración medieval, ubicado entre Serrano y María de Molina, para acoger la Casa Ecuador. Arte y gastronomía al servicio de un mensaje medioambiental en un evento de seis días que está abierto al público.
Su figura está marcada por su abolengo aventurero y una misión familiar heredada. Su antepasado, Andrés Fernández-Salvador, fue regidor de Quito en el siglo XVIII cuando todavía pertenecía al imperio español. La Corona española recibió un mapa en el que se determina dónde se ubica el tesoro de Atahualpa, el último soberano inca. Un explorador había dado con su ubicación y daba indicaciones de dónde se encuentra el que, supuestamente, es uno de los grandes tesoros de la Historia. Ese mapa fue enviado al regidor de Quito, el ancestro de Luis Felipe Fernández-Salvador que pasó de generación en generación hasta llegar a él.
“He dedicado los últimos 27 años, desde que mi padre me llevó por primera vez a una expedición, a buscar el tesoro de Atahualpa. El tesoro son los restos de Atahualpa acompañados con aproximadamente 15.000 cargas de oro, de piezas hechas de oro con incrustaciones de esmeraldas”, asegura. “Es una responsabilidad seguir el legado de mi familia, pero también es una responsabilidad rescatar la historia enterrada de los Incas para saber en estas piezas que hablaban de su historia y devolverlas a los pueblos indígenas que aún existen en nuestro territorio”.
La obsesión familiar se ha traducido en decenas de expediciones. “Mi padre hizo casi 70 expediciones, yo tal vez 20. Mi abuelo, no sabría decirte, pero prácticamente pasaron toda su vida buscándolo. Con 43 años, espera ver cumplido el sueño de sus antepasados. “Estamos muy cerca, pero el territorio es muy difícil, muy peligroso”, afirma.
Casa Ecuador
Su experiencia como expedicionario le ha llevado a conocer de primera mano las maravillas naturales de Los Andes y la Amazonía. Allí ha encontrado la que asegura que es su principal motivación: la preservación de la naturaleza. Para ello reclama que la naturaleza tenga derechos propios y que sean recogidos por las constituciones de los países. A esto dedica sus esfuerzos filantrópicos que adquiere una forma poco convencional: la Casa Ecuador.
Se trata de una llamativa macro instalación artística y gastronómica que puso en marcha durante las olimpiadas de París y que ahora replica en Madrid en una villa de lujo en la calle Serrano. El marqués lo define como una embajada de la naturaleza que aspira a celebrarse todos los años coincidiendo con ARCO en Madrid. No es una embajada pero en su inauguración estarán presentes la ministra de Cultura de Ecuador y la embajadora en España. “Casa Ecuador persigue el propósito de promover a través de sus eventos internacionales en capitales económicas del mundo, la causa de los derechos de la naturaleza en todas las constituciones de los países del planeta. Siguiendo como ejemplo lo que el Ecuador hizo hace 20 años en su Constitución, que fue incluir estos derechos constitucionalmente para la naturaleza”, explica. En Madrid se podrá vivir una “experiencia inmersiva” o en palabras del promotor: “Un viaje hacia una instalación artística que mitifica los patrimonios de la naturaleza, donde los visitantes podrán escuchar, oler, sentir y probar cosas que despertarán sus sentidos”.
Las noches de la Casa de Ecuador se convertirán en exclusivas galas a las que están invitados desde influencers, líderes de opinión, famosos y diplomáticos. Unas 80 personas cada noche vivirán la experiencia de “un viaje gastronómico que incluye la Amazonía, Los Andes, El Trópico y las Islas Galápago”, explica. El objetivo de estas galas es “promover el mensaje de una nueva agenda de la naturaleza en el mundo, la agenda de los derechos de la naturaleza”, afirma el marqués. El mantenimiento de semejante despliegue corre por parte de la Fundación Identidad Nacional, organización que se financia de los aportes privados de Luis Felipe Fernández-Salvador.
La naturaleza tiene que ser y volverse el negocio más rentable del mundo
El mensaje conservacionista de estos eventos se concreta en una suerte de capitalismo ambiental, que según Luis Felipe Fernández Salvador, se basa en la idea de dar valor a la naturaleza de la misma manera que se le da valor al oro. El marqués considera que el valor del oro existe porque alguien le dio valor desde un fundamento histórico, y ahora se necesita idealizar la naturaleza también. “La naturaleza tiene que ser el negocio más rentable del mundo”, asevera. “No hablo de la explotación de recursos naturales, el capitalismo de la naturaleza es monetizarla sin explotar”, explica.
En este sentido, habla de tokenizar la naturaleza, esto es, “dar acceso a individuos privados a tener fracciones de reservas o restauraciones, como en el caso de los manglares”. Además considera necesaria una diplomacia ambiental que entre otras cosas realice “intercambios de deuda por conservación que beneficien tanto a países desarrollados como subdesarrollados, liberando a estos últimos de deuda externa y aumentando su soberanía ecológica”.
Su mirada ecologista es tan singular como todo lo que rodea su iniciativa. Dentro de su idea de Embajada de Naturaleza aspiran a ser los diplomáticos de la naturaleza y para ello, necesitan estar “conectados con distintos interesados en los temas ambientales y buscar hablar y negociar diplomáticamente con los estados y con organizaciones como Sea Shepherd”, organización fundada por Paul Watson, uno de los padres de Greenpeace que dejó la organización porque no era lo suficientemente combativa. “Tratamos con organizaciones de toda índole, radicales o no, buscamos ser la voz de la naturaleza”, insiste.
Cine comprometido
La otra pata importante del proyecto de Luis Felipe Fernández-Salvador es el cine comprometido con la naturaleza. Luis Felipe produce películas con mensajes conservacionistas. Su próximo proyecto es Leones del Mar, una película de ficción que sigue la vida de un lobo marino y su lucha por sobrevivir a la sobreexplotación marina ilegal. “La gente piensa que realmente estoy más interesado en el cine. No, estoy interesado en lo que el cine pueda hacer por mi causa", asevera. Para el marqués es “la herramienta más poderosa para llegar a la mente y el corazón de las personas era a través del cine. Entonces, me autoenseñé cine y empecé a hacer películas”.
El siguiente proyecto del ecuatoriano es la Fundación Marqués de Lises, “una fundación recién creada para la reconciliación cultural de España y Iberoamérica”, asegura. “Quiero crear un puente entre España y América que contemple y busque un futuro económico con una agenda de la naturaleza nueva y renovada”.
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