Hace tiempo que los visitantes del Reina Sofía echaban de menos asomarse a las terrazas del edificio Nouvel, la ampliación del museo nacional de arte contemporáneo inaugurada hace casi 20 años. Ahora, reabren transformadas en un nuevo espacio expositivo gratuito que acogerá una cata en su colección de escultura. Abren boca con tres piezas de Jesús Rafael Soto, Martín Chirino y Edgar Negret.

"Con esta sala exterior se trata de dotar de contenido partes del museo donde no lo había", ha explicado este martes el director del Reina, Manuel Segade, durante la presentación de esta iniciativa. "Estos espacios cambiarán con el tiempo, porque la pieza de Soto brilla por la luz pero por la tarde hay una puesta de sol y dependiendo del ambiente estas piezas mutan".

Las tres piezas pertenecen a la colección de escultura geométrica de los años sesenta y setenta del siglo XX del museo. "Si no hay espectadores que las activen, que se muevan alrededor de ellas y que relacionen sus cuerpos con ellas, no existen estas piezas. Eso ya es una revolución estética", ha añadido Segade.

Arte de altura

Así, Un orden distinto. Geometría utópica y arte cinético en las terrazas de Nouvel trata de establecer un "nuevo orden" en cuanto a escultura y llenar la ciudad de obras que se alejan de las piezas escultóricas que suelen verse en las calles. "No tiene absolutamente nada que ver con las esculturas conmemorativas en pedestales a los que nos teníamos acostumbrados en el siglo XIX y principios del siglo XX", ha apuntado Segade.

Una de estas esculturas es Mediterránea (10), 1971, una pieza de chapa de acero inoxidable pulida y soldadura del canario Martín Chirino, de cuyo nacimiento se acaba de cumplir un siglo. Una pieza "bastante representativa de ese momento de Chirino, de principios de los años 70, en el que empieza a trabajar sobre los horizontes, pero también tienen que ver con la tradición (...). A finales de los 60 y principios de los 70, pasa mucho tiempo en Italia y en Grecia, se permea de esa cultura mediterránea. Sobre todo en las formas femeninas y curvas y empieza a desarrollar esta escultura, que él considera que tiene un cierto erotismo", ha precisado Segade.

Junto a la obra de Chirino se puede ver Vigilante rojo, 1979, del colombiano Edgar Negret, una pieza de chapa de aluminio pintada que nunca se había expuesto porque ha estado emplazada en el Tribunal de Cuentas Europeo, en Luxemburgo, como depósito temporal desde 2015; y una escultura del venezolano Jesús Rafael Soto, Penetrable, 1982, un montaje de tubos flexibles de PVC a través de los que el espectador puede pasar y moverse.