Un milú del Zoo de Madrid, un lobo marino de Faunia, un perico de vientre rojo del Loro Parque de Tenerífe. También - no podía ser de otra forma - un lince ibérico. Son estos algunos de los animales españoles elegidos por el fotógrafo Joel Sartore para entrar en Photo Ark.
Hace quince años, este fotógrafo del National Geographic se convirtió en un moderno Noé. Su objetivo: retratar todas las especies en riesgo antes de que se extinguieran. “Muchos de ellos ya han pasado el punto de no retorno y están a punto de desaparecer”, dice a El Independiente.
Una selección de más de cien fotos de gran formato ha llegado al Museo de Ciencias Naturales de Madrid donde será expuesta hasta el 9 de enero de 2019. Una exposición que quiere agitar las conciencias sobre la responsabilidad del ser humano en la destrucción de los ecosistemas.
Desde 2005 Sartore ha visitado 40 países del mundo y retratado 8.500 especies de animales. Sin embargo, según sus cálculos, faltan todavía otros 15 años de trabajo para llegar a cubrir la totalidad de los animales en riesgo. “Para muchos animales es la primera vez que son retratados”. La elección de un fondo negro o blanco valoriza los colores naturales del animal.
Contrariamente de lo que pueda parecer, Sartore solo retrata animales en cautiverio: sean centros de conservación o zoológicos. Para que estén lo más cómodos posible y no se asusten, se transforma la jaula en un set fotográfico y Sartore intenta ganarlos con comida. “La primera foto suele ser siempre la mejor. El animal está sorprendido y suele tener una expresión más natural e instintivamente mira a cámara”.
La exposición está llena de anécdotas sobre los muchos “incidentes” de estas sesiones fotográficas: animales que empiezan a tirar las luces, que se mueven demasiado, que arrastran los decorados. También hay mucha caca, que luego hay que eliminar con programas de retoque.
Sartore busca el contacto visual del espectador: cada animal es retratado como si fuera una persona humana. Establecer una conexión directa para despertar el cuidado de la naturaleza. “Me gustaría que la gente se enamorara, se preocupara y actuara”, dice Sartore. “Las personas pueden hacer mucho para salvar a estos animales con pequeñas acciones de la vida cotidiana. Comer menos carne, usar menos el coche y con un consumo más ético: evitar muebles producidos con madera procedente de los bosques tropicales”.
Photo Ark es un himno a la vida aunque sobre cada foto se cierne la amenaza de la desaparición. Sartore empezó a fotografiar a los animales del zoo de Lincoln cuando su mujer enfermó de cáncer. No podía aceptar encargos fuera de la ciudad y como fotógrafo de la naturaleza dirigió su mirada al cercano zoo.
El eco del ‘arca’ de Sartore ha llegado hasta el Vaticano: en 2015 el Papa Francisco hizo proyectar sus imágenes sobre la fachada de la basílica de San Pedro durante una noche entera.
En 2012 la enfermedad de la mujer de Sartore había remitido y a pesar de los fracasos de las grandes potencias mundiales para frenar el cambio climático, Sartore se muestra optimista: “todavía hay tiempo para salvar muchos de ellos”, dice.
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