Desde el 11 de febrero hasta el próximo 18 de abril se podrá visitar la exposición de la XXIV edición del Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña. Organizada por la ONG Médicos del Mundo, la exhibición gratuita está ubicada en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (C/Alcalá,13) de Madrid. Muchas veces no nos paramos a pensar en la importancia del trabajo del fotoperiodismo, que en esta ocasión ha ido un paso más allá.
La comisaria de la muestra, Eliett Cabezas, detalla a El Independiente cómo este año el ganador ha sido Santi Palacios con su serie Soledades mayores. Retrata el interior de las residencias de personas mayores en Cataluña durante el inicio de la pandemia una vez se declaró el estado de alarma. Eliet asegura que su trabajo sobresale porque "va más allá de la pandemia". "Llamó la atención del jurado por cómo destapa algo detrás del Covid, un problema estructural", asevera.
Las capturas detallan con gran calidez humana lo que tuvieron que atravesar nuestros mayores, uno de los sectores de población más golpeados por el virus. Muchos de ellos no sabían lo que estaba pasando, no llegaban a vislumbrar un fin a su aislamiento, algo que agravó muchas de sus patologías. Además estuvieron solos en todo momento, alejados de sus familiares más directos o amigos. Únicamente recibían puntuales visitas del personal sociosanitario enfundados en trajes EPI y pantallas faciales. Y así durante meses.
Una mirada de su soledad
El retrato que se realiza del abandono que sufrieron es extraordinario. Los problemas que tuvieron que hacer frente las residencias, como falta de material, manos y el aislamiento, según las propias palabras de la comisaria Eliette Cabezas es algo que "no suele estar en las noticias". "Los mayores son un colectivo fuera del foco, y se han convertido en él por la pandemia y es tremendo que sea así", afirma Cabezas. El trabajo que consigue Santi Palacios es reflexivo y delicado, nunca identifica a las personas como tal.
Los mayores se han convertido en el foco por la pandemia y es tremendo que sea así
Eliette Cabezas, comisaria de la exposición
Las fotografías nos sumergen en personas que podrían ser cualquiera, en sus historias, en su agonía, en su tristeza, su soledad. Hace que este problema adquiera una envergadura internacional. Palacios retrató butacas de una sala de estar vacías o personal sociosanitario enfundado en plástico como si fuesen astronautas de la NASA. También la desinfección de una librería, una mano que se aferra a un peluche o el cálido consuelo que una trabajadora brinda a una mayor. También disparó una de las fotografías que más se ha instalado en nuestra memoria: una de ataúdes acumulados.
El fotoperiodista ganador de la XXIV edición del Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña, Santi Palacios, expone a El Independiente que "el fotoperiodismo está ahí". "Siempre retratamos para llamar la atención sobre crisis humanitarias y conflictos", afirma Palacios. La imposibilidad de entrar en muchas de las residencias fue uno de los mayores impedimentos al principio de su trabajo. "Las autoridades nos pusieron muy difícil trabajar en estas semanas, no tuvimos acceso a los principales puntos negros como hospitales o morgues, de los primeros días no hay imágenes", asevera.
Los finalistas, un trabajo igual de humano
Soledades mayores se realizó junto con la ONG Open Arms durante los primeros muestreos masivos con test en residencias. Con esto se consiguió separar a positivos de negativos y evitar el aumento de los contagios. "Nos llevó dentro de una emergencia y situación muy dura, había desconocimiento y las autoridades no reaccionaban, faltaban equipos y moría gente", detalla el fotógrafo. "Me impactó la soledad a dos niveles: a uno puntual por la soledad del confinamiento y otro por cómo el virus era algo que afectaba mucho a los mayores".
En la exposición también se pueden admirar los trabajos de otros finalistas que optaban al galardón. Entre ellos se encuentra Ojos, de Luis Sergio, donde inmortaliza a diez personas que resultaron con lesiones oculares de diversa gravedad durante las diferentes manifestaciones que sacudieron Chile desde el pasado 2019. Éxodo, de Nicoló Filippo recoge cómo la crisis política y social de Venezuela ha provocado una salida masiva de inmigrantes desde 2016.
Con Heroínas Emeke Obanor inmortaliza a a diez niñas que lograron huir del secuestro masivo del grupo terrorista nigeriano Boko Haram. Por su parte, Sergei Stroitelev ha recibido una mención especial del jurado por ¿Ya no tengo miedo?. En sus imágenes inmortaliza a mujeres rusas supervivientes de cáncer de mama, un país donde se detecta la alarmante cifra de 55.000 casos cada año. Todos los trabajos conllevan un duro trabajo emocional, la adaptación del objetivo a lo que se quiere capturar nunca ha sido tan trascendental.
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