Carlos Pérez Siquier (1930-2020) tenía el don de la fotografía, ese que le permite ver lo que los demás no ven. Su padre, gran aficionado a la fotografía, le metió el vicio de la cámara en el cuerpo. Tras terminar sus estudios de Fotografía en la Escuela de Arte de Almería, en 1956 funda junto a José María Artero, entre otros, la Agrupación Fotográfica Almeriense, más conocida como Grupo Afal, que da nombre a una de las generaciones de fotógrafos con más talento del siglo XX en España, con nombres como Joan Colom, Ramón Masats, Alberto Schommer, Oriol Maspons, Francesc Catalá Roca, Gerardo Vielba, Xavier Miserachs, Leopoldo Pomés o Francisco Ontañón, entre otros, además del propio Pérez Siquier.
“Es un fotógrafo que ha vivido siempre un poco en el límite de la periferia española. La provincia de Almería de los años 50-60 era el último rincón del mundo. Para llegar allí era incluso complicado por carretera. Sin embargo, desde ese rincón de España fue capaz de catalizar lo que ha sido el movimiento fotográfico más importante de la época que fue el grupo AFAL”, explica Carlos Gollonet, comisario de Pérez Siquier, muestra monográfica que acoge la Fundación Mapfre.
El grupo AFAL nos dejó la imagen real, no institucional, de la dictadura, a pie de calle. La revista de AFAL fue el instrumento que en vez de ser lo esperado de un boletín provinciano, sirvió para “renovar toda la fotografía española de la época. En ese grupo está el núcleo más importante de la fotografía española, una revista que consigue sacar adelante desde esa esquina de España y sin estar viviendo uno de los grandes centros de producción como Madrid y Barcelona”.
En 2007 el prestigioso fotógrafo Martin Parr organizó en Nueva York una muestra colectiva sobre los pioneros del color con motivo del 60 aniversario de la agencia Magnum Photos y entre los autores elegidos estaba Pérez Siquier. Él usaba la foto en color con fines publicitarios, fuera del ámbito comercial todo es en blanco y negro. “Era lo único que se aceptaba en el ámbito museístico, recordemos que la primera exposición de foto en color en el MoMA fue el año 66 y él la usa desde el año 62”, explica el comisario.
Su primer uso del color lo hace en su serie sobre el barrio marginal almeriense de La Chanca, de una pobreza extrema y muy singular por su arquitectura que incluye viviendas en cuevas. Allí empieza a hacer fotos en el año 1957 y el 62 introduce el color, lo que cambia completamente la imagen del barrio en las imágenes. El uso del color “le va a significar cierta incomprensión, porque en ese momento la gente no estaba preparada para ver el color, pero a la vez le sitúa como uno de los pioneros del color en la historia de la fotografía, no solo española”, asegura Gollonet.
A la Almería pobre, cuyo extremo es La Chanca llega el invento del turismo y con él los almerienses dejan de emigrar ante la llegada de empleos. Pérez Siquier, de hecho, como fotógrafo recibe muchos encargos del Ministerio de Información Turismo no sólo en Almería sino en toda la costa.
“Hay una especie de contradicción porque por una parte está, por fin, llegando a Almería, ese dinero porque había mucha emigración que se iba al norte y es una población que prácticamente se queda despoblada la provincia. Y, sin embargo, ahora está empezando a llegar el ingreso de dinero con el turismo. Carlos, por una parte está promocionando con todos esos carteles de los que también vive y que le encarga el Ministerio de Información y Turismo, pero a la vez, ese paraíso que le ha nutrido como artista y que está en toda su obra, o sea, toda su obra sin salir de Almería y de su provincia, empieza a destruirse con esta invasión de turistas”, explica el comisario.
“La playa es un proyecto que surge un poco de todo ese trabajo que se está haciendo para el Ministerio de Información de Turismo, haciendo carteles para la guías Everest con las que fotografía la costa mediterránea. Y dentro de todo ese trabajo empieza a fijarse en un tema como este, que son las bañistas que empiezan a ocupar inundadas playas almerienses”, afirma Gollonet que mantiene que su trabajo posee una cierta crítica social, “con esa mirada tan irónica y tan inteligente de a esta invasión de los de los extranjeros, de los que en cierta manera se venga un poco con estas fotografías”, añade. La serie La playa que como la de La Chanca hace Siquier durante muchos años, tiene un peso central en la expo de la Fundación Mapfre.
El fotógrafo vive de retratar el turismo como un producto de consumo para atraer más extranjero, pero su mirada artística le lleva a componer otra mirada diferente. “Son fotografías que él hace para su propio placer. Son fotografías que con la estrechez del panorama de la fotografía en España en esa época, tardan años en publicarse y exponerse cuando estaba haciendo una fotografía absolutamente rompedora. El reconocimiento le va a llegar bastante más tarde de cuando fueron tomadas”, asevera el comisario.
La exposición Pérez Siquier, se puede ver en Fundación Mapfre Madrid entre el 1 de junio y el 28 de agosto.