Paolo Gasparini (Gorizia, Italia, 1934) emigró a Caracas en 1954, formado en la corriente neorrealista italiana empieza a trabajar como fotógrafo de arquitectura. Será precisamente un trabajo para la UNESCO para retratar la arquitectura de Latinoamérica la que le conducirá el que probablemente sea su trabajo más destacado: el fotolibro Para verte mejor, América Latina (1972), considerado como uno de los fotolibros más influyentes de la historia. Un equivalente en fotografía a Las venas abiertas de América Latina (1971) de Eduardo Galeano en el pensamiento.
El Gasparini de 1972 recorrió América Latina contraponiendo las dos tendencias que competían con conquistar el espacio ideológico y político de América del Sur: el capitalismo y el socialismo. Un continente dividido entre el Che, la religión y el consumismo, un “campo de batalla”, como consideraba el propio Gasparini en donde el bombardeo publicitario de marcas y mensajes invade el espacio público convertido en un gran mural.
La niña de la salina, entre Pampatar y Punta Ballena, Isla de Margarita, Venezuela, 1958La niña de la salina, entre Pampatar y Punta Ballena, Isla de Margarita, Venezuela, 1958
La exposición Paolo Gasparini. Campo de imágenes que se puede ver hasta finales de agosto en la Fundación Mapfre, dentro del programa de PHotoEspaña recorre la trayectoria del fotógrafo en 300 fotos con el foco puesto en sus imágenes y el fotolibro como soporte destacado de Gasparini y la idea central del trabajo de Gasparini: “la intención de la fotografía, la imagen expresa ideas”.
Carnaval, La Habana, 1962Carnaval, La Habana, 1962
En la muestra hay un fotomural llamado El Ángel de la historia“en el que sale un poco todo la historia, tanto de América Latina, como del tercer mundo y el primer mundo, y también de lo que yo he vivido como fotógrafo durante sesenta años”. En este mural aparecen imágenes tomadas a lo largo de toda su carrera. “Este mural quiere subrayar la idea de que hemos vivido un mundo de conflictos, de muchas contradicciones, de abuso del poder. Y eso, de alguna manera, se refleja en mi recorrido como fotógrafo, pero más como un hombre cualquiera que como fotógrafo, en los últimos cuarenta o cincuenta años en América Latina y en el mundo”, afirma.
26 de julio, La Habana, 196126 de julio, La Habana, 1961
En este sentido las fotos que tomó en Para verte mejor, América Latina (1972)cambian de sentido en 2022. “Para mí la fotografía a partir justamente de los fotomurales, de los fotolibros y de la exposición y los audiovisuales, tiene un sentido fundamentalmente a posteriori. Yo armo mis imágenes con la sabiduría del después, porque yo estoy narrando lo que siento hoy, a partir que lo que he vivido antes y esas dos imágenes me construyen el discurso pero con la visión de hoy, que obviamente es mucho más rica, mucho más experimentada y más vívida, que el momento cuando saqué la foto”, nos explica.
Pero Gasparini no quiere que nos quedemos con que ese mundo de contradicciones es exclusivo de Latinoamérica. En su mural también hay una foto de Barcelona. “Siempre hubo contradicciones, tanto en América Latina como aquí. Una imagen en la Rambla, con la publicidad arriba y la vida normal abajo, siempre esa contradicción entre los de arriba y los de abajo, que es un poco desde la misma el poder y lo que sufren. Ese poder está en todas partes. El primer mundo, el segundo, el tercero, el cuarto el socialista y el que sea. El abuso está siempre presente”.
Obra cinética de Jesús Rafael Soto «Progresión a centro móvil», 1969, Caracas, 1970Obra cinética de Jesús Rafael Soto «Progresión a centro móvil», 1969, Caracas, 1970
Las imágenes de Gasparini forman parte de colecciones como como el Moma, el Reina Sofía, el International Center of Photography (ICP), el MNCARS, el Metropolitan de Nueva York o la Biblioteca Nacional de París.