'Atocha' y 'Metropolitano' serán desde el sábado 'Estación del Arte' y 'Vicente Aleixandre'

La estación de Metro de Metropolitano (línea 6) será desde este sábado la estación del poeta Vicente Aleixandre. También la estación de Metro Atocha (línea 1) cambiará de nombre y desde ahora será Estación del Arte, tal y como adelantó El Independiente. Los trabajos necesarios para cambiar los nombres en las propias estaciones se iniciarán la noche del viernes 30 al sábado 1 de diciembre en ambas estaciones y quedarán finalizados para la apertura de servicio. A partir de ese día se continuará con el resto de los trabajos, que afectan a señalética de toda la red y trenes.

 

Metropolitano: una estación sin estadio

Inaugurada en 1987, y ubicada en una zona de tradicional presencia de colegios mayores para universitarios (por su cercanía con Ciudad Universitaria), el cambio de Metropolitano a Vicente Aleixandre permitirá evitar la confusión que existe con el nombre de la estación de Estadio Metropolitano, en la línea 7. El nuevo nombre se debe a que el poeta Vicente Aleixandre vivió en las proximidades de la estación de Metropolitano, en la actual calle Vicente Aleixandre, 3.

El presidente de la Comunidad, Ángel Garrido, acompañado de la consejera de Transportes, Rosalía Gonzalo, y la sobrina del autor Amaya Aleixandre han presentado este miércoles los cambios en la estación que llevará el nombre de "uno de los mejores poetas españoles de todos los tiempos", que además estará decorada un poema y una reseña biográfica. La sobrina del autor ha agradecido la idea y justamente que haya sido en una estación por la que transitan muchos es muchos estudiantes, "gente joven que no conocen la figura de Aleixandre y que a partir de ahora podrán saber quién ha sido él", ha manifestado.

El nombre de la estación se debió a la Colonia del Metropolitano. En los años veinte del siglo pasado, Metro (entonces, Compañía del Metropolitano Alfonso XIII, filial de otra llamada CUM) era una empresa privada con intereses urbanísticos. Dos nombres clave en la historia del Madrid del siglo XX: Julián y Joaquín Otamendi, arquitectos y empresarios que quisieron expandir Madrid más allá de sus ensanches, para lo cual era neceario el metro que impulsaron. En 1919 se había hecho con los terrenos del ensanche noroeste, el límite de Chamberí por la actual Avenida Reina Victoria. Pero, en realidad, Metropolitano rinde también homenaje justamente al Estadio Metropolitano del Atlético de Madrid. No el actual, sino el que fue inaugurado en 1923.

Devastado por los bombardeos durante la Guerra Civil, se reconstruyó en 1942. En 1966, en una gigantesca operación inmobiliaria, se vendieron los terrenos para construir los actuales bloques residenciales y de oficinas. El Atlético de Madrid se trasladó al Manzanares y la estación quedó como recuerdo. Ahora, la marca estaba casi duplicada, tras el cambio de nombre de estación de Estadio Olímpico (lejos quedó el sueño de los Juegos) por Estadio Metropolitano, promovido y financiado parcialmente por el club rojiblanco.

Adiós a las dos Atochas

Conocida como Estación del Mediodía, el nombre de Estación de Ferrocarril del Embarcadero de Atocha se popularizó así desde la ampliación de la línea 1 de metro en 1921 hasta el tren. Atocha pasaba a designar a las dos estaciones, hasta que en 1988 se creó su hermana Atocha Renfe. Anticipándose a la llegada de la alta velocidad y la ampliación de 1992, esta última estación de metro pretendía conectar con Cercanías y lo que se llamaría después Puerta de Atocha, es decir, el lugar de donde salen los AVE y otros trenes de larga distancia.

La vieja Estación de Mediodía se convertía en invernadero y el metro de Atocha pasaba a dar servicio al principal eje cultural de Madrid. Especialmente tras la creación del Centro de Arte Reina Sofía y el desmantelamiento del scalextric en 1986.

Desde Metro apuntan a que la confusión entre los turistas, especialmente, les ha llevado a este cambio de denominación. El pasado mayo, la empresa pública ya forró la estación de Atocha con reproducciones de obras pictóricas de los museos del Prado, Reina Sofía y Thyssen, bajo la marca Estación del Arte. Un proyecto que nace del acuerdo con esos tres museos, que ceden los derechos de reproducción de 12 cuadros cada uno durante un mínimo de dos años.