El cine nos lo ha mostrado decenas de veces, el 4 de julio de 1776 las Trece Colonias inglesas proclaman su independencia y se inicia una larga guerra a la que se sumarán Francia y España interesadas en el debilitamiento de los ingleses. De hecho, habrás visto en películas cómo el cine americano ha reproducido una y otra vez las batallas como la de Yorktown en la que los franceses combaten codo con codo con los ingleses.
Lo que el cine no tiene tiempo para mostrar es que Yorktown, una de las batallas más importantes para la revolución americana, se produjo una vez que España había desembolsado una suma de 1.650.000 pesos de plata para pagar a las tropas continentales de Washington y a las francesas. Tampoco es fácil de meter en un guión que, en la toma de Yorktown, los franceses desplegaron una flota de barcos aislando a las tropas inglesas y que, para que los franceses pudieran hacer esto, barcos españoles hacían guardia en los puertos franceses en el Caribe para que no pudieran ser atacados por los ingleses. Esta es la película completa.
En 1779 España declara la guerra a los ingleses y se suma así a Francia, que ya se había erigido como alidada de las colonias rebeldes. En el momento de declararse la guerra, España comparte una gigantesca frontera con las colonias inglesas: la región de Lousiana que domina ahora el reino de Carlos III está separada de las colonias inglesas por el río Mississippi. Este gigantesco territorio español está prácticamente sin colonizar, pero al entrar España en guerra se abren nuevos frentes de batalla para los ingleses pues el reino de España se extiende por todo el mundo.
En Europa se propuso recuperar Menorca y Gibraltar, y en América los focos de la participación española se concentraron en el golfo de México y el Caribe en los ejes: Luisiana-Florida occidental y Honduras-Guatemala. “Bernardo de Gálvez en el primero y su padre, Matías, en el segundo, de acuerdo con las instrucciones del ministro de Indias, José de Gálvez, el gran estratega del conflicto, alcanzaron triunfos tan resonantes que resultaron decisivos para la independencia de Norteamérica, al obligar a los británicos a distraer considerables fuerzas en ambos escenarios”, escribe José Antonio González Carrión, contralmirante y director del Instituto de Historia y Cultura Naval en España y la independencia norteamericana (Ministerio de Defensa).
La familia de los Gálvez, originarios de Macharaviaya, una pequeña localidad malagueña, jugarán un papel importante en estos años en la política española en América y un papel decisivo en la Guerra de la Independencia de los EEUU (1776-1783).
“El papel de España en la independencia de los Estados Unidos y la figura de Bernardo de Gálvez ha estado relegada al olvido o casi en el olvido”, asegura Manuel Olmedo, vicepresidente de la Asociación Cultural Bernardo de Gálvez y Gallardo, una organización que lleva años investigando y divulgando sobre la figura del militar y político español así como del papel de España en la Independencia de Estados Unidos.
La figura de Bernardo de Gálvez (1746-1786) se rescata parcialmente del olvido cuando en 1976, con motivo del bicentenario de la Independencia de EEUU, España regala a los estadounidenses una estatua ecuestre de Bernardo de Gálvez que se encuentra en Washington. Y con él el papel de España en la separación de las colonias. Precisamente por ser España una potencia colonial su papel en el conflicto quiso jugarse de manera lo más discreta posible, por lo que de precedente tenía para la España de ultramar, apoyando logísticamente y con armas a los sublevados, hasta la entrada oficial en guerra.
“Con apenas 40 años de vida, Bernardo de Gálvez llegó a hacer cosas insólitas en la historia de España”, asegura Olmedo, además de llevar una vida de novela. Fue herido por flechas de los apaches, combatió contra los piratas de Argel que saqueaban el sur de España donde resulta herido de bala y, muy joven, es destinado, por su tío José de Gálvez, a Luisiana, como gobernador de la provincia y coronel del regimiento allí destacado en mayo de 1776 unos meses antes de la insurrección del 4 de julio.
“La Luisiana es la frontera entre España e Inglaterra y esa frontera se materializa por el río Mississippi. Allí llega el militar con la orden de defender la frontera y de prepararse para una guerra inminente con Inglaterra. Desde Nueva Orleans y aprovechando el río Mississippi hace llegar a patriotas americanos pólvora, armamento, munición, uniformes y quina. A esto suma la creación de una red de espías. Nueva Orleans es un punto clave para los rebeldes porque es por donde les llegan los suministros de una forma segura”, afirma Olmedo.
Cuando España se declara en guerra con los ingleses en junio de 1779, cuenta con poco más de 600 hombres para defender 2.500 kilómetros de frontera. En vez de esperar a nuevas tropas desde La Habana, explica Olmedo, el militar prefiere organizar un ejército con los colonos de origen español, centroeuropeo y francés, además de esclavos y libertos que suman un grueso de 1.500 hombres. Con estas fuerzas toma tres guarniciones inglesas en el río, entre las que destaca Baton Rouge. Con este nuevo frente abierto para los ingleses el rey le asciende a general.
“Pedro de Gálvez le dio a su hermano Matías de Gálvez y a su sobrino Bernardo dos patatas calientes que tenía la guerra en América, uno era Centroamérica y el otro el Golfo de México”, explica.
Pese a la reticencia de sus mandos en La Habana, que desconfiaban de Bernardo de Gálvez por su juventud y porque había sido puesto como gobernador por su tío, tomó los dos puestos claves para controlar el Golfo de México, las actuales ciudades de Mobile y Pensacola.
"Yo solo", el emblema de Gálvez
La toma de Pensacola fue la que mayor gloria proporcionó a Bernardo de Gálvez, quien ante las dificultad de poder cruzar el estrecho canal de entrada a la bahía donde está ubicada la ciudad, fuertemente defendida por una batería de cañones, decide cruzar solo. Lo hace tras enviar una nota al comandante de la flota, el capitán Calvo de Irazábal.
“Una bala de cañón de a treinta y dos recogida en el campamento, que conduzco y presento, es de las que reparte el fuerte de la entrada. El que tenga honor y valor que me siga. Yo voy por delante con el Galveztown para quitarle el miedo”. Desde entonces, Yo solo se convertirá en su emblema.
El general cruzó el estrecho con el Galveztown, un barco que le habían regalado los patriotas americanos por su ayuda a través del río Mississippi. Su acto heroico fue seguido por la mayoría de la flota y pudieron sitiar la ciudad y finalmente conquistarla. “Este fue un triunfo fundamental porque supuso que los ingleses desaparecieran del Golfo de México, lo que suponía que las fuerzas de Washington tenían las espaldas guardadas”.
Su padre, Matías de Gálvez, libró varias batallas en Centroamérica y mantuvo a una sustancial parte de la Armada inglesa ocupada en otro frente más de batalla. La guerra contra los ingleses se tradujo en España en el éxito de la recuperación de Menorca, y se cerró con el fracaso en la toma de Gibraltar.
La figura de Bernardo de Gálvez está siendo recuperada paulatinamente, entre otras razones por el trabajo de la asociación que lleva su nombre. El que fuera contacto del militar español con los revolucionarios durante la guerra, Oliver Pollock, pidió al Congreso de EEUU por carta la presencia de un retrato de Bernardo de Gálvez en la institución en señal de agradecimiento por las victorias españolas en el Golfo de México. El Congreso accedió, pero por alguna razón desconocida el retrato nunca llegó a colgarse en las paredes del Capitolio. Gracias a la documentación histórica recopilada por la asociación, como las cartas de Pollock al Congreso y las respuesta positiva del legislativo, y al empeño de Teresa Valcarce -una española residente en EEUU que llamó durante 20 meses a la Oficina Histórica del Senado-, el retrato de Bernardo de Gálvez cuelga en el Capitolio.
Bernardo de Gálvez obtuvo entonces la ciudadanía honoraria de EEUU, la octava figura en conseguirla, junto con personalidades históricas como Winston Churchill, Teresa de Calcuta y el Marqués de Lafayette, el héroe francés de la independencia. Como Lafayette en Louisiana, Gálvez da nombre a una ciudad en Texas, Galveston.
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