La Historia está repleta de interconexiones complejas y, como la memoria de los humanos, codifica almacena y recupera la información del pasado. Esto es lo que lleva haciendo años William Chislett. Este ex corresponsal de The Times en Madrid quedó impresionado por La forja de un rebelde, la serie que Televisión Española emitió en 1990 basada en el texto homónimo y autobiográfico de Arturo Barea (1897-1957). Y desde entonces ha hecho todo lo posible por recuperar la figura de Barea. El locutor de radio y escritor exiliado en Inglaterra, vivió en la localidad de Faringdon a las afueras de Oxford, la ciudad donde Chislett nació. Por supuesto, no se conocieron, él tenía 6 años cuando murió el español exiliado en su país.
En 2010 Chislett restauró su lápida familiar en Inglaterra junto con intelectuales españoles e hispanistas ingleses. Posteriormente puso una placa conmemorativa en un pub cercano a su casa en el que Barea era un parroquiano. Hace dos años organizó en el Instituto Cervantes de Madrid una gran muestra sobre Barea y propició que se pusiera su nombre a una plaza de Lavapiés, el barrio donde vivió de niño Barea. Además de estas acciones Chislett promovió la publicación del ensayo de Barea sobre Federico García Lorca, que había sido publicado en Argentina, pero nunca fue publicado en España.
No se puede decir que Barea recuperara a Unamuno, pero sí que es cierto que no había muchas personas en 1951 escribiendo sobre Unamuno en el mundo
William Chislett
Ahora Chislett ha recuperado, de la mano de Espasa, Unamuno un volumen sobre el filósofo que Arturo Barea escribió en 1951 y que tampoco había sido editado en España, sí en Argentina. “Todos los libros de Arturo Barea se publicaron primero en Inglés”, explica Chislett a El Independiente.
Se trata de un volumen que le llegó a Barea como un encargo. “Un editor inglés le propuso, o bien escribir sobre Ortega y Gasset o sobre Miguel de Unamuno (1864-1936). Barea no dudó en elegir a Miguel de Unamuno. Y es curioso porque no hay nada en común entre Barea y Unamuno. Barea es un autodidacta que deja sus estudios formales con 12 años, Unamuno con 30 años ya es un catedrático famoso. Pero Barea admira su honestidad intelectual, pese a ser un hombre de pensamiento contrario en muchas cosas”, explica Chislett.
Se han escrito muchos libros sobre Unamuno y según reconoce Chislett, el valor de este volumen está en que es de Barea, no en la información que se puede dar de Unamuno ya que se trata de un libro escrito para el público general anglosajón para el que el intelectual español era un desconocido. La élite intelectual sí conocía a Unamuno, entre otras cosas porque fue doctor honoris causa por la universidad de Oxford en 1936. “No se puede decir que Barea recuperara a Unamuno, pero sí que es cierto que no había muchas personas en 1951 escribiendo sobre Unamuno en el mundo”, asegura Chislett.
Lo cierto es que las vidas de Barea y Unamuno conforman otras interconexiones de la historia por sus vidas cruzadas en el tiempo. Cuando estalló la Guerra Civil, Barea, hijo de una lavandera y autodidacta, apoyó la causa republicana defendiéndola desde su puesto en la Oficina de Censura de Prensa Extranjera del Ministerio de Estado. Mientras que el filósofo, rector en la Universidad de Salamanca, se proclamó partidario del golpe militar. Su oposición a la deriva que tomó la guerra le obligaron a recluirse, especialmente tras el famoso episodio del pensador en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca. Quince meses después de la muerte de Unamuno, Barea se exilió en Inglaterra en marzo de 1938, y nunca pudo regresar a España.
Con esta publicación del ensayo Unamuno, solo dos textos de Barea permanecen inéditos en España: Struggle for the Spanish Soul (La lucha por el alma española), un estudio sobre las raíces históricas y la realidad económica del fascismo español, y el folleto Spain in the Post-War World (España en el mundo de la posguerra), en el que Barea abogaba por el derrocamiento del régimen de Franco por parte de los aliados y su sustitución por una república. Chislett espera su publicación para 2021. Entonces estaremos mejor de la memoria de una figura que sólo se empezó a recuperar tras la muerte de Franco y, para el gran público, tras la serie de TVE.
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