El desván de un edifico de París aguardaba historia. El polvo y las sábanas blancas cubrían las imágenes más antiguas que se conocen de la Ría de Vigo, y las primeras de arqueología subacuática de la historia. Aquello era un tesoro que mostraba a otro; la expedición llevada a cabo en 1870 por Hyppolyte Magen para rescatar los galeones de Rande, los restos de los buques hundidos en la Batalla de Rande liberada en octubre de 1702 entre una escuadra franco-española y una angloholandesa.
Aquella expedición que inspiró a Julio Verne en la publicación de su novela 20.000 leguas de viaje submarino, fue fotografiada por el pintor francés Henri Durand-Brager, destacado por sus obras de género, costumbrismo, paisajes y de temática orientalista. Y ahora, el historiador y periodista vigués, Eduardo Rolland, ha encontrado los archivos, que mostrará al público en una exposición que está preparando con el ayuntamiento de la ciudad gallega: «Las fotografías muestran numerosos adelantos técnicos para la época, como las lámparas eléctricas de iluminación submarina o los nuevos respiradores Rouquayrol que llevan los buzos, además de mostrar a los mismos en acción, los pecios de los galeones, a los protagonistas de la campaña, o al barco ‘Le Vigo’, que se encargó de las prospecciones. Y todo, enmarcado en la ría viguesa, con una antigüedad asombrosa y sin comparaciones hasta la fecha en la historia fotográfica. Estamos ante unas fotografías que son un tesoro a todos los niveles», ha dicho Rolland tras hacer público su descubrimiento, que tuvo lugar el pasado verano mientras buceaba en Gallica, la biblioteca digital francesa y una de las más importantes del mundo, en busca de información acerca de una investigación sobre Julio Verne.
Después de que una familia parisina las subastara entre un montón de aparentes escombros que habían vaciado de la buhardilla de la que iba a ser su casa, y sin mayor identificación por no «ser capaces de analizarlas en todo su contexto», las fotografías fueron adquiridas por el municipio francés de Angers, en el departamento del Loira, situado en la región de Auvernia-Ródano-Alpes y ciudad de origen del que fuera ingeniero inventor de una campana-observatorio submarina, Ernest Bazin (Angers,1826-París,1898), que aportó a la expedición además de la famosa campana, los tubos para extracción de lodos: «M. Bazin ha inventado un ingenioso estudio submarino para fotografía mediante el cual puede copiar una especie de garita o campana de buzo con ventanas y cristales en forma de lentes, a prueba de agua, en la cual, por medio de la luz eléctrica, las fotografías salen completamente iluminadas. M. Bazin y el fotógrafo Jean Baptiste Henri Durand Brager han podido permanecer 10 minutos en esta campana submarina y producido varias fotografías bastante exactas de objetos a una profundidad de 300 pies. La invención es un ensayo susceptible de mejora», publicaba la prensa de entonces.
Estamos ante unas fotografías que son un tesoro a todos los niveles"
eduardo rolland
«La campana submarina de Bazin supuso en su momento una revolución mundial y fue estrenada en aquella expedición en Vigo. Ahora, por primera vez se puede ver retratada en imágenes reales, y no en dibujo o grabados aparecidos en su época en prensa. El verdadero significado de este tesoro fotográfico se obtiene al cotejar estas fotos con las memorias de la expedición de Hippolyte Magen. Hasta ahora sólo se conocían grabados en revistas francesas sobre esta expedición, y esta es la primera vez que se puede ver en foto a protagonistas de aquella mítica campaña», explica Roland.
Galeones de Rande, el tesoro de la Ría de Vigo
Fue el cargamento más rico venido de América desde su descubrimiento y el mayor tesoro de la Ría. Diecinueve galeones españoles, al mando del almirante y general Manuel de Velasco y Tejada y escoltados por veintitrés barcos de guerra franceses, entraron a la Ría de Vigo el 22 de septiembre de 1702 portando ciento ocho millones de piezas de plata, oro, y otras mercancías preciosas destinadas a costear la Guerra de Sucesión en favor de Felipe V. Pero la llamada 'Flota de Oro' nunca llegó a su destino y quedó repartida entre corsarios ingleses y holandeses, mercenarios franceses y el fango marino de la ría viguesa en la conocida como Batalla de Rande, una de las páginas más cruentas en la historia de España y la más encarnizada de la historia de Galicia.
El tesoro más grande de la historia de la corona española sucumbió contra las tropas británicas y holandesas, dejando a su paso alrededor de unos 2.800 muertos de ambos bandos y un millón de kilos de plata en el fondo de la ría que, desde el siglo XVIII hasta la actualidad, es una obsesión para aventureros y exploradores de todo el mundo que durante décadas han tratado de encontrar los restos de los pecios y del tesoro. La última, en 2011 cuando el arqueólogo Javier Luaces, localizó a una profundidad de entre tres y 26 metros, un total de seis pecios relaciones con el combate naval, aunque sólo en tres de ellos se pudo verificar su precedencia: y catalogó tres barcos franceses y españoles: «Ha sido un éxito total y hemos localizado un volumen de puntos muy superior al que teníamos previsto. En algún pecio aparece una concentración de materiales férricos con posibles piezas de artillería, anclas o munición», aseguró Luaces.
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