Es un pequeño momento de la historia de España, apenas tres años de 500 de historia moderna de nuestro país, pero todavía hoy produce dolor y división entre los españoles. La Guerra Civil es recurrente en el mundo editorial, pero nunca se había visto así: en color. Combates, bombardeos, heridos, muertos, refugiados.. todo lo que la guerra sigue siendo 86 años después, protagonizado por españoles en un guerra fratricida.
“El color aplicado a la fotografía histórica facilita que seamos capaces de empatizar desde el presente con el pasado. Acercarnos a las sensaciones que debieron de experimentar quienes lo protagonizaron”, explica el historiador Jesús Jiménez Zaera. “Es un recurso que nos pareció especialmente adecuado para un acontecimiento como la Guerra Civil al que, por su cercanía en el tiempo y por su profunda repercusión en el presente, la sociedad actual no solo se acerca a través del conocimiento histórico académico, sino también por otras vías más subjetivas: el arte, la ficción, los recuerdos personales o familiares, las identidades colectivas, la ideología..”, añade.
Jiménez Zaera y el fotógrafo Jordi Bru son los autores de Sangre en la frente (Despertaferro), volumen fotográfico con 180 imágenes cuidadosamente coloreadas tras un minucioso proceso de documentación. El libro persigue trasladar al lector a aquellos años y su contexto, las fotos se acompañan de texto explicativos de las imágenes que sirven para contar cómo fue el desarrollo de la contienda. El volumen sigue la senda de otros como El mundo en llamas, de Marina Amaral y Dan Jones, una fórmula que se ha revelado muy atractiva como vehículo para divulgar la historia.
“El registro fotográfico sobre la Guerra Civil es muy extenso y cada día que pasa se va haciendo más accesible. Hemos empleado imágenes de una quincena de archivos públicos y privados, o bancos de imágenes, y se han consultado bastantes más”, explica el historiador que asegura que lo más difícil siempre es descartar. “En lo que a mí respecta, he tenido en cuenta que la foto tuviese calidad técnica y sobre todo que fuese una foto que explicase o que fuese representativa del momento o situación que tratamos en cada caso”, afirma el fotógrafo Jordi Bru. “A veces hay diferentes tomas de un mismo hecho, en este caso me fio de mi experiencia en la edición, elijo la que más me guste por su encuadre o composición”, destaca.
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