El biógrafo de referencia de la familia real inglesa, Robert Hardman, publica en España Isabel II. Vida de un reina (Planeta) una monumental biografía, actualizada, que cuenta con detalles de su vida que este periodista ha obtenido del archivo de la monarca fallecida el pasado 8 de septiembre.
Hardman, periodista del Daily Mail, que ha realizado documentales sobre la familia real para la BBC entrevistando a todos sus miembros, nos habla de su libro a su paso por España. Su libro es un éxito de ventas en Reino Unido y acompañamos sus respuestas con las imágenes de Her Majesty, un volumen fotográfico de TASCHEN que lleva años agotando reediciones en el país.
El pasado verano Boris Johnson regaló un ejemplar del libro de Hardman a Vlodímir Zelenski. “Probablemente él hubiera preferido más tanques y no mi libro”, comenta entre risas. Detrás de esa entrega había un mensaje de ánimo para la resistencia. Uno de los aspectos que detalla la biografía de Hardman es cómo la reina aprendió de su padre durante la II Guerra Mundial.
En los archivos reales del Castillo de Windsor hay mucho material relacionado con sus años de juventud y con la guerra, según nos cuenta, al que pudo acceder con el beneplácito de la monarca. “Su padre tenía unos diarios de muy detallados, desde 1931 hasta 1946, que nunca han sido publicados y ella me permitió verlos. Son once volúmenes, algunos con aspectos menores del día a día pero luego hay muchos aspectos destacables sobre la crisis más grave a la que se ha enfrentado el país en siglos: la II Guerra Mundial. Se puede leer lo que él pensaba y cuando lo entiendes a él, la entiendes a ella, porque ella era una adolescente que estaba aprendiendo de su padre, viendo lo que hacía. De esta manera iba aprendiendo según iba gestionando la crisis, vio como era ser un monarca y como se encarga de los problemas”.
Todo esta información combinada también con archivos del Servicio Secreto del gobierno, personas que la conocían como sus familiares dan como resultado lo que él define como "el último retrato completo de su persona".
En particular Hardman hace referencia a un episodio en que Jorge VI describe el miedo que pasa con los bombardeos y lo cerca que estuvo de la muerte. “Confesaba que los bombardeos casi lo habían matado y estaba asustado, pero se presentaba digno y serio en público. A su padre le pasó lo que le está pasando a Zelenski ahora, no puede sacar una varita mágica y solucionar el problema, pero puede salir y decir a su pueblo, aquí estoy, estoy con vosotros y vamos a salir de esta”.
Los liderazgos de su padre y de Winston Churchill aquellos años fueron determinantes e inspiradores para la reina. Precisamente es Churchill la figura que rivaliza con ella como la más importante del siglo XX, en la valoración del biógrafo. “Churchill es la figura más importante en cuanto a la dirección, al impacto de lo que hizo. Pero después de la guerra, Isabel II es la más destacable. Una figura de estabilidad y continuidad en momentos de caos. Los políticos vienen y se van, pero la reina se queda y siempre daba el mensaje de Navidad. Hay que tener más de ochenta años para recordar el momento en el que no estaba en los sellos”, afirma.
Un gran contraste respecto a Liz Truss, la primera ministra saliente tras sólo 45 días en el cargo. “En tres días tuvimos un nuevo Primer Ministro y un nuevo Jefe de Estado después de setenta años. El rey, después del fallecimiento de su madre, hizo una gira por Irlanda del Norte, Gales y Escocia y se llevó a la Primera Ministra. La gente parecía que no tenía interés en ella, querían ver al rey. Pero es normal porque lo conocen desde los años 60”, relata Hardman.
Si siguiera viva la reina, la carrera de Liz Truss habría sido más breve
Robert Hardman
Con Truss se ha producido lo contrario a lo que vivió la reina en su coronación. “Cuando la reina fue coronada estaba Winston Churchill, había una personalidad muy importante en el gobierno y una jovencita que era la reina. Ahora la situación era al contrario, había un rey con muchos años y una persona en el gobierno que no conocía a nadie”.
El periodista no cree que la muerte haya afectado la carrera de Truss. “No hubo política durante dos semanas, luego Truss lanzó su plan económico que puso patas arriba los mercados. No creo que el destino de Liz Truss hubiera sido diferente; si siguiera viva la reina su carrera habría sido más breve”, asegura.
El aprendizaje de Isabel II con su padre, es determinante en la figura de la reina. Una guía que, por ejemplo, el rey Juan Carlos I de España no tuvo.” Cuando empezó ella tenía un ejemplo al que seguir, pero Juan Carlos no tenía un espejo en el que mirarse. No tenía un predecesor directo, ella quería que funcionara y por eso le ayudó. Me consta que hablaba mucho con la reina”, afirma Hardman, especialmente en el inicio de su reinado.
“Ella estaba muy ilusionada cuando se restauró la monarquía en España, en parte porque, desde su punto de vista, era una oportunidad para que España volviera a la democracia europea, pero también porque era una afirmación de monarquía constitucional”, añade.
Cuando se produjo la salida de Juan Carlos I hubo una serie de reinos como el de Holanda y Japón que cambiaron de manos antes de tiempo. A Isabel II ni se le pasó por la cabeza. “Para la reina, su manera de ver la monarquía tiene una dimensión religiosa. La coronación en el Reino Unido es un acto religioso, el monarca se convierte en la cabeza suprema de la Iglesia de Inglaterra. Entonces hace un juramento ante Dios que es como el de un matrimonio. Entonces no es algo que puedas parar de hacer cuando estás cansado del trabajo y llegas a cierta edad. La corona es como el matrimonio, para toda la vida”, explica el periodista.
La corona es como el matrimonio, para toda la vida
Robert Hardman
En ese matrimonio está ya Carlos III que inicia un reinado que, según el biógrafo, “va a ser más transparente, más abierto. Vamos a verle más en la televisión, harán que la monarquía sea menos rigurosa con algunas tradiciones reales. La reina difunta ya había cambiado algunas cosas en este sentido. Hará muchos cambios pequeños. Por ejemplo, la reina tenía los menús en francés, pues a Carlos le gustan en inglés. Los cambios más serios, por ejemplo, los títulos de los hijos de Meghan y Enrique, llegarán más tarde”, asevera.
La farsa de The Crown
Hardman no disimula con la exitosa serie The Crown. Para él, cinematográficamente, está muy bien, es muy buena televisión, es entretenida, pero da una narrativa falsa. “Carece de fidelidad histórica y claro, es que esto no es real, no es preciso y no es verdad. Algunos hechos son de la vida real, pero luego hay toda una nueva narrativa y no son licencias poéticas. Hacen ver que pasaron cosas que no pasaron y se culpa a ciertas personas por cosas que hicieron. El problema es que está tan bien hecho que la gente se lo cree. Si fuera una cosa más cutre, pues no colaría. Pero está tan bien hecho que por el mundo la radio sí que es verdad. La reina hizo esto, Carlos hizo esto y eso no es así. Si quieres saber la verdad léete mi libro", aprovecha para subrayar el autor.
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