En España están poniendo muy difícil tener líderes. Y sale lo que sale”. Arturo Pérez Reverte regresa con una novela sobre el Cid Campeador, Sidi, como llaman al personaje los moros. Una novela que recrea el territorio sin ley que era la península ibérica, en la que las fronteras porosas de los vastos territorios de los reinos cristianos y árabes dejaban un espacio que usaban colonos que huían del hambre para asentarse en tierra de nadie, pero en los que se exponían a los asaltos y el pillaje de moros y cristianos.
¿Y cómo termina Pérez Reverte hablando del liderazgo en nuestro país en un encuentro con periodistas para hablar de su libro? En ese mundo fronterizo de su novela, que traslada al lector a un wéstern americano pero en nuestro siglo XI, el Cid es un líder que debe “lidiar con animales de verdad, gente del siglo XI, con bestias de la guerra y conseguir que esa gente sea leal, que muera por ti, que pelee y le siga en la derrota y en la victoria”. El de Vivar se busca la vida con sus fieles seguidores trabajando tanto para moros como para cristianos en ese territorio sin ley que es la península.
El carácter de Rodrigo Díaz de Vivar y “su capacidad para crear esos lazos de lealtad que son fundamentales para que un grupo sobreviva en un medio hostil” han definido la exploración e investigación del escritor sobre el personaje histórico, su épica y su leyenda. “Figuras como las del Cid son imposibles ahora, por muchas razones”, asegura el escritor.
Malos vasallos
“Durante muchos años hemos dicho, y yo me incluyo entre ellos, que España era un país de buenos vasallos y malos señores. Y yo lo he creído durante muchos años, pero ahora lo dudo. De hecho creo que los señores salen de los vasallos, los generamos nosotros: La clase política, los reyes de nuestra historia, los políticos, los dictadores, los militares, los asesinos, los fanáticos, los inquisidores, han salido de nosotros”. Reniega así el autor de la frase del Cantar del Mío Cid Dios, qué buen vasallo si hubiese buen señor.
Mi concepto del español ha empeorado en los últimos años
Y se muestra pesimista, en este sentido: “Mi concepto del español ha empeorado en los últimos años, hay muchísimas cosas buenas en España, me gusta mucho España y me encanta este país, pero es cierto que en cuanto a vicios y enfermedades, somos culpables de nuestras enfermedades. El espectáculo que ha dado esta gentuza en el Parlamento en los últimos meses es un ejemplo clarísimo de eso, pero ojo, somos nosotros, son nuestros hermanos, nuestros primos, nuestros parientes, los que les hemos puesto ahí”.
Educación en mediocridad
Para Pérez Reverte la educación no está ayudándonos a crear buenos líderes. "En España la inteligencia está penalizada. El sistema está hecho para machacar a cualquier niño que destaca o para igualarlo en la mediocridad. Es que el niño levanta mucho la mano, pregunta demasiado, es que el niño no trabaja en equipo y va por libre.. toda individualidad es machacada por el sistema. En España la educación está hecha para machacar a los jóvenes y a los niños brillantes”, asegura el escritor.
El franquismo contaminó la historia de una manera atroz
La culpa de este problema la tiene el franquismo, que “contaminó la historia de una manera atroz. En España don Pelayo y el Cid para el franquismo son prolegómenos de Franco, son anuncios de la cruzada nacional. Y eso es mentira, por supuesto, pero además es perverso, porque al contaminar todos los símbolos, toda la épica de los Tercios de Flandes, la Conquista de América, etc.. Al llenarlo de patrioterismo barato, de estupidez y de retórica imperial le pusieron una etiqueta. Cuando yo fui al colegio el Cid iba con camisa azul, decía mi libro de texto”.
Al diagnóstico de Pérez Reverte de la educación y liderazgo tenemos que añadir nuestra deficiente relación con la Historia. “Hay un problema ideológico que causa que en España estén muy mal vistos los héroes. La épica está muy mal vista a diferencia de otros países como Francia o Italia que hay una especie de patriotismo cultural importante que en España carecemos”, asegura el escritor que no ha tenido estos complejos para acercarse a la figura del Cid.
Abascal ahora es el que presume del Cid, cuando no tenía por qué, no es su patrimonio
Pero la llegada de la democracia no supo limpiar nuestra Historia del poso franquista, según Reverte. “En vez de limpiar los símbolos- porque la épica sigue valiendo- y decir, que es un personaje interesante, cómo está contaminado el personaje se iba a la basura”.
La consecuencia política para el escritor es que la derecha se se ha adueñado de esos símbolos. “Le han regalado por la cara, a la derecha, los símbolos. Por ejemplo, Abascal ahora es el que presume del Cid, cuando no tenía por qué, no es su patrimonio”.
Tampoco el escritor quiere patrimonializar el Cid, él asegura haber hecho un Cid, "hay muchos". Tampoco quiere que la gente crea que ha escrito este libro para desmitificar nada de la reconquista ni quiere que aprendamos a ver con nuestros ojos del siglo XXI la figura del Rodrígo Díaz de Vivar. "Yo cuento historias", se limita a decir. Pero es mentira, la de Sidi es un historión.
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