"El señor y la señora Dursley, que vivían en el número 4 de Privet Drive, estaban orgullosos de decir que eran muy normales, afortunadamente. Eran las últimas personas que se esperaría encontrar relacionadas con algo extraño o misterioso, porque no estaban para tales tonterías", puede leerse en el primer párrafo de Harry Potter y la Piedra Filosofal. Es curioso que lo que suceda en las páginas siguientes sea lo contrario a "extraño" o "misterioso". Así da comienzo una de las historias que ha marcado a más de una generación de lectores y que J.K. Rowling ideó en un tren de camino a Londres.
El 26 de junio de 1997 salió publicada la edición británica de Harry Potter y la Piedra Filosofal, que supuso el debut literario de J.K. Rowling. En España, la editorial Salamandra adquiría sus derechos tres años más tarde. Al igual que los otros seis títulos de la colección, la saga Harry Potter ha recibido críticas de varios grupos religiosos y ha sido prohibido en algunos países por promover la brujería. Esto no evitó que se construyera una enorme industria en torno al primer libro Rowling, que ya cuenta con audiolibros, videojuegos y una película estrenada en 2001.
Aunque se conmemoren ahora los 23 años de la salida a la venta del primer libro, su autora ideó este universo en 1990, cuando viajaba en un tren que conectaba Manchester con Londres. "Realmente no sé cómo surgió la idea [...] Empezó con Harry, luego todos los personajes y situaciones afloraron en mi cabeza", confesó Rowling en una entrevista. El resto del trayecto en tren lo pasó componiendo en su cabeza el resto de la trama, además de pensando en personajes como Ron Weasley, Hermione Granger, Nick Casi Decapitado y Rubeus Hagrid.
Rowling comenzó a escribir los primeros párrafos y dibujos de Harry Potter y la Piedra Filosofal en servilletas, aunque luego pasaría esos apuntes a máquina. La muerte de su madre, víctima de esclerosis múltiple, fue la principal razón de que Harry Potter sea un personaje huérfano y de que la muerte fuera el eje central de las novelas. "Mis libros en gran medida tratan acerca de la muerte. Comienzan con el asesinato de los padres de Harry y está la obsesión de Voldemort por conquistar la muerte, su búsqueda de la inmortalidad a cualquier precio, el gran logro de cualquiera que posea magia. Entiendo por qué Voldemort quiere conquistarla: todos la tenemos".
Después de perder a su madre, la autora se mudó a Oporto, donde impartió clases de inglés y conoció a su futuro marido y padre de su hija Jessica, el periodista Jorge Arantes. Sin embargo, la pareja se divorció tres años después, y Rowling emprendió el regreso a Reino Unido, concretamente a Escocia, donde su gobierno administraba un gran aporte económico a las madres divorciadas. Los problemas financieros y la dificultad de criar a su pequeña, limitaron el tiempo que tenía para redactar su libro. Sin embargo, la inglesa paseaba a su hija a última hora de la tarde, para que durmiera toda la noche y ella pudiera sumergirse en el universo de Harry Potter.
J.K. Rowling acabó de escribir su primera novela en 1996. Tras mecanografiar dos copias ella misma, se puso en contacto con agentes literarios. Un total de doce editoriales rechazaron publicar la primera entrega de Harry Potter. Finalmente, la hija de ocho años de Barry Cunningham, editor de Bloomsbury Publishing, quiso saber cómo continuaba la historia después de leer el primer capítulo y decir que era "mucho mejor que cualquier otra cosa". J.K Rowling recibió poco después una carta de Bloomsbury que decía lo siguiente: "Gracias. Estaremos encantados de recibir su manuscrito". A la editorial le preocupaba que los hombres no quisiesen comprar un libro escrito por una mujer, por lo que la autora de Harry Potter adoptó el sinónimo 'J.K. Rowling' para ocultar el nombre de Joanne; la K es de Kathleen, el nombre de su abuela.
Una vez que Harry Potter y la Piedra Filosofal vio la luz ese 26 de junio de 1997, se sucedieron comentarios favorables y se elogió la capacidad de imaginación, humor y estilo de J.K. Rowling. Algunos compararon la obra con los libros de Jane Austen (una de las escritoras favoritas de Rowling), con Roald Dahl (quien normalmente publicaba títulos donde los niños subvierten el orden de los adultos) y Homero (por su épica).
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