Ken Follett vuelve a Kingsbridge, la localidad nacida de su imaginación y en donde levantó una catedral que le hizo mundialmente famoso, la catedral de Los pilares de la Tierra, el superventas del que se han vendido 27 millones de copias.
En Kingsbridge localiza la acción de Las tinieblas y el alba (Plaza & Janés), precuela de Los pilares de la Tierra. Pero la Inglaterra de esta novela es anterior, una Inglaterra que transita a la Edad Media, en la que la influencia normanda empuja a la isla a un mayor desarrollo cultural y en la que la amenaza vikinga se mantiene sobre sus pobladores anglosajones.
La Sagrada Familia y la Catedral de Vitoria
"La catedral más alucinante de toda España está en Barcelona y es la Sagrada Familia de Gaudí. Es el edifico más sorprendente que he visto en mi vida, en todo el mundo", ha destacado el escritor durante la rueda de prensa de presentación de su nuevo libro. Tiene el esqueleto de una catedral normal, pero luego es sorprendente. A Gaudí no le gustaban las líneas rectas, a la mayoría los arquitectos le gustan las líneas rectas pero a Gaudí no. Cuando uno sale de uno de los edificios de Gaudí uno sale preguntándose por qué lo hacemos todo recto". En la rueda también ha destacado la Catedral de Vitoria en la que hay una escultura dedica al escritor. "Tengo una estatua, como si fuera un santo. Mis amigos se parten de risa cuando lo cuento, pero para mí es maravilloso, nadie ha hecho nada como eso en ningún lugar".
La novela de de Follett está protagonizada por Edgar un joven que aspira a ser constructor de barcos pero que un ataque vikingo a su pueblo le obliga a él y a su familia a mudarse a una granja lejos de sus sueños. Como en otros de libros de Follett se trata de una obras coral en las que destacan varios personajes cuyos destinos están unidos. En esta ocasión son fundamentales las historias de Ragna, una noble normanda que llega a Inglaterra, Alfred un monje que desea hacer de su pequeña abadía un templo de conocimiento, y el ambicioso obispo Wynstan.
Durante un año el autor se ha estado documentando para empezar a escribir, pero "ha habido cosas que no he conseguido averiguar -ha reconocido en la rueda de prensa-. Cosas como qué ropa interior llevaban en aquella época, si llevaban. Así que me lo he inventado, es una ventaja que tenemos autores de ficción histórica", asegura el escritor de 71 años.
El imperio de la Ley
Uno de los aspectos que destaca Follett de su novela es que refleja cómo los ciudadanos de ese cambio de milenio empiezan a intuir la necesidad de una ley más justa que los gobierne y sobre la que nadie esté por encima. Un aspecto que según ha señalado tiene cierto eco en la actualidad, "ahora que se ha cuestionado por políticos la supremacía de la Ley, algo que damos por hecho que nadie está por encima de la Ley. Esto está pasando en Reino Unido, cuyo primer ministro se niega a aplicar la ley y también esto pasa también en Polonia". Estos paralelismos entre la actualidad y un drama histórico, que asegura no están buscados durante la escritura, son interesantes por cómo los hechos históricos tienen resonancias en los acontecimientos actuales.
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