Es la reina del domestic noir. Paula Hawkins ocupa esa posición por estar cien semanas en el número uno de los más vendidos de The New York Times con su primera novela, La chica del tren (2015) y por alcanzar los 27 millones de lectores en 50 países con su segunda novela; Escrito en el agua (2017). A fuego lento (Planeta), su nueva novela, es el lanzamiento editorial más importante del año con ediciones en todos los idiomas en los que ya ha triunfado con sus novelas previas.
A fuego lento ya escala a los primeros puestos en los primeros países en los que van recopilando datos. Una novela protagonizada por tres mujeres con una marcada personalidad atormentada y, por supuesto, un crimen. Un joven que aparece muerto en una casa flotante. “La idea se me ocurrió paseando por las casas flotantes que hay cerca de mi casa, algunas en muy malas condiciones. Pensé ¿Quién vive en estas casas? Están muy mal, podría haber hasta un muerto”, cuenta a prensa por videoconferencia desde su casa en Londres.
Desde allí gestiona su éxito internacional que, como ella define, fue “abrumador”. Y matiza "Fue maravilloso, pero cansado. Fue una gira mundial enorme y fue difícil, durante años, sacar tiempo para poder escribir”. La pandemia, como a otros autores, le trajo tiempo para poder dedicarse a la escritura. Si bien reconoce que ahora le gustaría poder viajar para promover su libro y no tener que está todo el día en Zoom con periodistas.
Precisamente es el periodismo la profesión que pudo abandonar para dedicarse a la escritura. “Echo de menos las redacciones, pero no la presión de conseguir la noticia. Claro que ahora tengo otra presión, probablemente más grande. Es difícil saber que millones de personas están pendiente de lo que escribes y personalmente se me da mejor estar aquí sentada que ir a por la noticia”, afirma.
Mujeres atormentadas
Sus novelas siempre tienen a mujeres al frente, mujeres que no encajan con personalidades complejas. “Tiendo a escribir sobre personas que no están felices, que no están en todos sus cabales. Me interesa el efecto que tiene en personas que no encajan en la sociedad y cómo reaccionan, me habla de lo difícil que es la vida. Lo difícil que es ser juzgado de manera injusta y cómo determina tu forma de ver el mundo. Estos personajes abren mucho territorio para el drama y el conflicto”, afirma Hawkins.
Esa mirada sobre las personas le lleva a concluir que todos somos un asesino en potencia. “No sé si es una buena forma de ver el mundo, pero ante unas circunstancias dadas, cualquiera puede impulsarse a hacer algo muy extremo. Otra cosa es hacerlo con mucha premeditación. Creo que todo el mundo puede matar, pero no tanto planificarlo”.
La industria del cine está muy atenta a lo que escribe Hawkins. La chica del tren se convirtió en película, y éxito de taquilla, en 2016 con Emily Blunt como protagonista. Asegura que no escribe pensando en el cine o la pantalla. “A veces alguna escena, cuando la escribes, piensas que es muy cinematográfica, pero no lo tengo en mente todo el tiempo”, afirma. No tiene ninguna propuesta sobre la mesa, pero se imagina una miniserie de A fuego lento.
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