“Veo un Madrid esplendoroso, un Madrid tremendamente atractivo, culturalmente interesantísimo, financieramente en el top y comercialmente con las calles, la gente alegre.. En fin, un Madrid que está escalando puestos, ya no en España. En España no hace falta, pero a nivel mundial, desde luego”, asegura el autor sobre la ciudad por la que pasa unos días promocionando su nueva novela: Esclava de la libertad (Grijalbo).

Ildefonso Falcones se convirtió en en un superventas internacional gracias a su novela La catedral del mar, ambientada en la Barcelona del siglo XIV, pero Madrid “le ha ido atrapando” y ya son cuatro sus novelas que, al menos en parte, se ambientan en la capital. 

Es el caso de, su última novela que se desarrolla en dos escenarios diferentes. “En la Cuba esclavista española del siglo XIX, con los ingenios azucareros en los que la vida de los esclavos era tremendamente dura. Y otra en el Madrid del siglo XXI, en el cual encontraremos los descendientes de los amos, los descendientes de los esclavos y la lucha por reparar aquella situación que se produjo hace 150 años”, explica el escritor.

El escritor ha querido con estas dos tramas traer un problema como el de la exclavitud a la realidad actual, en el Madrid del siglo XXI se persigue una reparación de una injusticia de hace siglo y medio. “He querido trasladar algo que a mí me sorprendió y es que la esclavitud en una provincia española como era Cuba era coetánea de mis abuelos. La tenemos tan cerca que se puede trazar un hilo entre una esclava de aquel momento y unos descendientes de aquí”, afirma. La protagonista de la novela es Kaweka que llega de cría a Cuba en un cargamento de niñas y mujeres esclavas a los campos de azúcar de la isla. 

La esclavitud en una provincia española como era Cuba era coetánea de mis abuelos".

Ildefonso Falcones

“Es un episodio de la historia de España que se pasa muy de puntillas y me parece muy interesante”, asegura. En la novela se refleja la existencia de criaderos de esclavos en los  que las mujeres tenían hijos para poder garantizar una nueva generación de esclavos. “Cuando Inglaterra prohibió a los esclavos su precio se disparó por lo que a los sacarócratas les interesaba hacer que sus esclavas tuvieran hijos, cosa que antes no pasaba porque la mayoría eran hombres”. Por ese motivo considera que las mujeres en ese momento histórico que aborda tuvieron un plus de injusticia ya que se las tenían como una ganadería. 

Esta novela no es una victoria sobre la adversidad porque la adversidad sigue estando ahí"

I. falcones

El autor destaca que le “gusta contar la historia a través de personajes humildes y desconocidos, no puedes hacer una novela histórica inventándote un grande de España, pero si hablas desde el punto de vista del humilde puedes contar mil cosas que trasladan al lector a una época determinada”, explica Falcones. 

Falcones asegura que le ha costado poco meterse en la piel de una mujer pero confiesa que no lo ha conseguido en el caso de una esclava. “Es totalmente imposible para una persona como nosotros que ha disfrutado del bienestar y de la sociedad actual occidental llegar a imaginar siquiera cómo podría ser la vida de unos seres que eran tratados peor que los animales y que morían y que se suicidaban y que abortaban para para no entregar sus hijos a los amos. Yo creo que eso es imposible”.

La novela de Falcones llega tras superar sus problemas con Hacienda, de los que fue absuelto y tras una fase aguda de un cáncer con metástasis. “Esta novela no es una victoria sobre la adversidad porque la adversidad sigue estando ahí. Ojalá algún día pueda decir que he vencido a la adversidad, pero como una superación, un reto personal en un momento determinado. En cuanto a esta novela, en cuanto lograr escribir una novela más, es evidente que confío en escribir muchas más. Pero bueno, hay que ir paso a paso, año a año y eso es muy difícil, es tremendamente duro”.