Alrededor de un millón de personas han acudido a los 21 conciertos ofrecidos por U2 en España en los últimos 30 años. Desde el estreno mitológico en 1987 en el Santiago Bernabéu hasta el verano de 2017 en el Estadio Olímpico de Barcelona. El regreso del grupo irlandés a Madrid -31 años después de su estreno y 13 después de la hasta ahora aún última- este mes de septiembre supone de alguna manera la cuadratura del círculo y sumará otros 35.000 espectadores a una cifra ya de por sí abultadísima y bajo la cual hay infinidad de historias.
En esta ocasión, la parroquia se montará los días 20 y 21 de septiembre en el WiZink Center a razón de unos 17.000 feligreses por velada, que acudirán para disfrutar en vivo este Experience + Innocence Tour que es la secuela del Innocence + Experience que recaló cuatro noches en el Palau Sant Jordi de Barcelona en 2015. Un viaje desde la inocencia hasta la experiencia, en definitiva, con un relato sustentado en los dos últimos discos de la banda, Songs of Innocence (2014) y Songs of Experience (2017), y aderezado por un puñado de clásicos. Lo dicho, la cuadratura del círculo U2.
Pero volvamos al principio. Volvamos a aquel 15 de julio de 1987 en el que la banda comandada por Bono reventó literalmente el Bernabéu presentando The Joshua Tree (1987) y sobrepasando en 40.000 personas el aforo previsto, con gente colándose y saltando vallas y tornos a la brava. España aún se estaba abriendo al mundo, todo era bastante más espontáneo y no existían los controles actuales. Por eso el debut de U2 por estos lares -con UB40 y Pretenders también en cartel- fue histórico al pasar el aforo de 75.000 a 115.000, convirtiéndose el estadio en una auténtica ratonera donde no pasó nada aunque pudo pasar de todo.
El ambiente enloquecido no pasó desapercibido para la banda y Bono lo recuerda en la autobiografía coral U2 by U2: "Aparecieron muchas más personas de las previstas hasta casi 120.000. La gente trepaba por las puertas, era imposible echarles. Nunca habíamos visto tanta multitud. Empezaron a gritarme '¡torero, torero! y le pedí al promotor que tradujera mis palabras. Les dije: "No soy el torero, ¡soy el toro!". Aquella noche delirante el grupo tocó por primera vez el tema Spanish eyes como homenaje al público español -algo que repitiría solo en nuestro país en muy contadas ocasiones- y después se fue de fiesta hasta las 10 de la mañana siguiente, según confirmó el guitarrista The Edge en otra visita a la capital años después.
La primera cita dejó a todos con ganas de más, pero hubo que esperar hasta 1992 para que U2 regresara a España -en realidad estuvieron en 1991 en los carnavales de Tenerife haciendo sesiones de fotos para Achtung Baby (1991)-, en aquella ocasión con el tramo por pabellones de su ZOO TV Tour. Primero, el 14 de mayo en el Velódromo de Anoeta de San Sebastián -14.000 entradas vendidas-, y después doblete el 16 y 18 de mayo en el Palau Sant Jordi de Barcelona -18.000 y 14.000 entradas despachadas-. La transformación noventera del grupo convenció y en 1993 hubo segunda ronda por estadios el 19 de mayo en el Carlos Tartiere de Oviedo -30.000 personas bajo un gran diluvio- y el 22 en el Vicente Calderón de Madrid -60.000 fanáticos y las súper modelos Naomi Campbell (prometida entonces del bajista Adam Clayton), Linda Evangelista y Christie Turlington-. En ambos casos con Ramones y Utah Saints como teloneros y un despliegue audiovisual mastodóntico.
Lo de los montajes desmesurados se les fue definitivamente de las manos en la siguiente acometida en 1997 con el Popmart Tour, que pasó por Madrid -9 de septiembre, Vicente Calderón, 46.385 asistentes, lejos del lleno- y Barcelona -13 de septiembre, Olímpico de Barcelona, 60.000-. Placebo y Howie B fueron los teloneros en ambos casos y Sexy Sadie casi lo fueron en la capital, pero no pudo ser. En su tiempo libre el día antes de la fecha en la Ciudad Condal, la banda visitó la Fundación Joan Miró y se dejó ver cenando y tomando copas por Las Ramblas y la Rambla de Cataluña. Horas distendidas de descanso bien distintas al momento tenso que vivió The Edge al cantar La Macarena en la parte de karaoke gigante que hacían a modo de broma en aquella gira. Los abucheos aún retumban en el Estadio en uno de los momentos más absurdos de U2 en nuestro país.
Con el cambio de milenio, la banda optó por bajar a la Tierra, dejarse de montajes faraónicos y hacer una gira por pabellones en 2001 para presentar su álbum All that you can't leave behind (2000). Con una ruta más parca en kilómetros, solo Barcelona fue agraciada el 8 de agosto de 2001 con un Sant Jordi desbordado con más de 18.000 fanáticos y entradas agotadas -meses antes pasaron por Madrid para estar en los Premios Amigo en el otoño del 2000 y acabaron bailando en Joy Eslava con Marta Botía de Ella Baila Sola-. La fecha barcelonesa, con Stereophonics como teloneros, coincidió con el 40 cumpleaños de The Edge, por lo que hubo celebración a mitad de concierto con miembros del equipo sosteniendo tartas sobre las pantallas con imágenes del guitarrista. La fiesta siguió esa misma noche en Ibiza, donde todo el séquito se desplazó en avión privado y Bono de discoteca en discoteca hasta las 8 de la mañana.
Vuelta a los estadios en 2005 con el Vertigo Tour para presentar How to dismantle an atomic bomb (2004) en tres actuaciones con Franz Ferdinand, Keane y Kaiser Chiefs como teloneros: 7 de agosto en el Camp Nou de Barcelona ante 81.269 espectadores, 9 de agosto en el Estadio de Anoeta de San Sebastián con 43.720 entradas vendidas y 11 de agosto en el Vicente Calderón hasta la bandera con 57.000 fans. Ésta sigue siendo la última presentación de U2 en Madrid hasta la fecha, hace ya trece años, y muchos asistentes la recuerdan por un enfado de Bono al estropearse su micrófono durante The Electric Co, lo que llevó al vocalista a destrozarlo a golpes contra el suelo ante el estupor generalizado. La cosa no fue a mayores cuando tras unos segundos de tensión su asistente le dio otro micro que sí funcionaba.
Después de aquel último concierto en Madrid no se hizo la habitual fiesta posterior, según cuenta a El Independiente Xavier Balart, autor del minucioso libro U2 en España (@U2enEspana): "En aquella gira viajaban directamente desde el sur de Francia a la ciudad, tocaban y regresaban a sus residencias de verano una vez terminaba el concierto. Así lo hicieron aquella noche de agosto y lo mismo pasó con San Sebastián o Barcelona. Cuando la gira lo permite les gusta visitar la ciudad, especialmente los museos, y comer en buenos restaurantes, no necesariamente caros. En el caso de Madrid, cada vez que han podido han aprovechado el tiempo al máximo. En 1987 visitaron Pedraza el día antes del Bernabéu para una sesión de fotos. En otra ocasión, en el año 2000, disfrutaron de la ciudad tanto de día, en una taberna de Malasaña -Casa Julio, en la calle Madera, famosa por sus croquetas y lugar de peregrinación para los fans desde entonces-, como de noche, cuando regresaron al hotel pasadas las 6 de la mañana. En esa ocasión aprovecharon también para visitar algún tablao flamenco".
La siguiente gira de U2 comenzó con dos conciertos en el Camp Nou de Barcelona los días 30 de junio y 2 de julio de 2009, con 182.000 asistentes en total y Snow Patrol como artistas invitados. Para preparar el arranque, la banda pasó varios días en la ciudad e hizo varios ensayos a los que pudieron entrar grupos de fans que pasaban los días merodeando por los alrededores del estadio. Este 360 Tour supuso la vuelta a los grandes estadios con un montaje desproporcionado en forma de garra y un escenario circular. A día de hoy sigue siendo la gira más taquillera de la historia con una recaudación total de 736,4 millones de dólares, en parte también gracias a su segundo round español en 2010 en Anoeta -San Sebastián, 26 de septiembre, 47.700 seguidores- y Sevilla -La Cartuja, 30 de septiembre, 76.000 entradas despachadas-. Los teloneros en esta ocasión fueron Interpol y el éxito de publico incontestable.
Llegamos así al Innocence + Experience Tour y sus cuatro noches en el Sant Jordi en octubre de 2015. Sin teloneros, con entradas agotadas -72.000 en total-, con una pantalla colgada del techo a lo ancho del pabellón y en la que los músicos se introducen literalmente en varios momentos -este montaje es el mismo en la actual gira del grupo al ser su continuación-. Javier Bardem y Penélope Cruz, grandes amigos de la banda, aparecieron bailando disfrazados sobre el escenario en la última de las cuatro actuaciones. Sí pasaron los miembros de U2 tiempo en la ciudad entonces, como rememora Balart: "Tanto en 2009 como en 2015 aprovecharon para disfrutar de la noche. En 2015 celebraron una fiesta privada para el personal de la gira en uno de sus días libres. También tras uno de sus shows de ese año celebraron una fiesta más privada aún para banda, familia y algunos amigos como Javier Bardem y Penélope Cruz en The Apartment, ático con terraza reservado del restaurante Boca Grande. Y pasaron una larga tarde en el pub irlandés Kitty O’Sheas viendo partidos de sus selecciones de fútbol y rugby".
También se centró solo en Barcelona la gira del treinta aniversario de The Joshua Tree, con una única cita el 18 de julio de 2017 en el Olímpico ante 54.000 fans. Esa es su última actuación en vivo en nuestro país hasta que lleguen las del WiZink, un recinto que la mitad del grupo ya conoce, pues Bono y Adam Clayton estuvieron en noviembre del pasado año en los Premios 40 Principales en una visita fugaz para recoger un par de galardones. "Llegaron a la ciudad a mediodía y de allí se trasladaron directamente a casa de Javier Bardem y Penélope Cruz, donde comieron y pasaron la tarde hasta que se desplazaron hasta el Wizink y desde allí al aeropuerto tras posar para la prensa", relata Balart, quien desvela que The Edge también estuvo en Barcelona unas horas este pasado mes de julio de 2018 junto a su esposa para asistir a un espectáculo de danza moderna del Festival Grec, donde "pasaron totalmente desapercibidos a los 50 espectadores allí presentes".
Por último, sobre los trece años de espera para tener a U2 en vivo en la capital, explica Balart que ha habido "varios motivos" relacionados con la ruta de la gira y las necesidades del montaje o el aforo. "En cualquier caso Madrid siempre es una plaza importante para cualquier banda y me consta que esa opción estuvo sobre la mesa también en anteriores giras", destaca, para recordar que aunque hasta la fecha van 21 conciertos en nuestro país, pudieron haber sido algunos más: "Tengo constancia de al menos dos ocasiones en las que hubo cambio de planes. En octubre de 1985, cuando iba a haber una fecha en el Palau dels Esports de Barcelona y en 2010 cuando se barajó seriamente un concierto en el estadio de Balaídos en Vigo. 'Gracias' a estos cambios, Madrid siempre tendrá el privilegio de ser la ciudad española donde U2 se estrenó en vivo".
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