Más de 1.200 personas se quedaron sin poder entrar a alguno de los conciertos que se celebraron en 2019 en el WiZink Center por presentarse en las puertas del recinto con entradas falsificadas o duplicadas, compradas en canales no oficiales o en reventa callejera, sufriendo las "consecuencias de una estafa que cada vez es más frecuente en los grandes conciertos", apunta el comunicado remitido a Europa Press.
Y añade: "La venta fraudulenta de entradas se ha convertido en un grave problema que genera inseguridad en los asistentes a los eventos tanto en el momento de la compra como en la entrada a los recintos, observándose en los últimos meses un fuerte incremento de esta práctica por la fuerte demanda para determinados conciertos y las facilidades tecnológicas para engañar a los compradores que, con la mejor voluntad, quieren conseguir entradas por cualquier procedimiento y a cualquier precio".
De los más de 1.200 estafados contabilizados por el WiZink Center, la "inmensa mayoría" compraron entradas duplicadas, sencillamente copias del original, a través de páginas web de venta entre particulares, o multiventa, en muchos casos asociando las entradas como complemento a otra venta, como un bolígrafo, intentando aparentar que las entradas son un regalo para salvar la prohibición de la reventa.
Los vendedores, en algunos casos venden con un sobreprecio y en otros argumentan que no pueden asistir al concierto y que quieren, al menos, recuperar el precio que pagaron por las entradas. La venta callejera fraudulenta, en cambio, se ha reducido considerablemente, aunque es habitual observar la figura de los "reventa" en los conciertos con entradas agotadas.
"Los compradores que no utilizan los canales oficiales de venta deben saber que en el caso de haber comprado una entrada duplicada, la tecnología de los actuales controles de acceso y aforo sólo permiten el paso de la primera entrada de las muchas posibles copias, ya sean en soporte papel o digitales. Al resto, se le deniega la entrada. Las entradas falsificadas son igualmente detectadas con facilidad", destaca el comunicado.
Las muchas denuncias que llegan a la Policía, han movilizado a los agentes tanto municipales como nacionales para intentar localizar a los estafadores aunque, cuando lo han conseguido, por la cuantía de la estafa la tipificación no suele pasar de un delito leve. En un caso, la cantidad estafada alcanzó los 6.000 euros, y ya pasó a ser un delito.
El estafador se había convertido en un habitual; su descripción, aportada por varios denunciantes, coincidía; el texto de los anuncios en internet era el mismo, e incluso siempre citaba a los incautos compradores en la misma plaza del centro de Madrid. La policía le localizó y le detuvo en su domicilio.
En palabras de Almudena Requena, responsable de ticketing de WiZink Center, "este es un problema que nos afecta directamente, ya que somos nosotros los que denegamos el acceso a los usuarios de este tipo de entradas, y se nos pide una responsabilidad que no depende de nosotros".
Además, como resalta José Miguel Gallego, director general de D1N1, empresa del sector de control de acceso y aforo de recintos musicales, "lo más dramático es que la gente no solo pierde el dinero de la entrada, sino también viajes y la ilusión de ver a un artista que ya no podrán ver".
Para Eugeni Calsamiglia, director general de Ticketmaster España, "siempre ha sido recomendable comprar las entradas en canales de venta oficiales. Pero hoy es ya imprescindible, ya que los actuales sistemas de control de accesos detectan el 100% de entradas falsas o duplicadas, por lo que el riesgo de no poder entrar a un concierto con una entrada adquirida en un canal no oficial es alto".
La APM, Asociación de Promotores Musicales, lleva tiempo en la lucha contra la reventa. Su presidente, Albert Salmerón, asegura que son "conscientes de que es un problema que nos afecta a todos: artistas, promotores, recintos y todos los que nos dedicamos a esto. Se está jugando con la ilusión de las personas, y es importante que la industria haga pedagogía e instruya a la gente para que sepan dónde comprar".
Ante este gran problema, recintos como el WiZink Center se han activado para dirigir a los compradores de entradas hacia los canales oficiales de venta. La taquilla online del propio recinto es una opción totalmente segura, así como las webs las ticketeras oficiales, las de los promotores o de los artistas. Comprar en estos canales oficiales las entradas no solo garantiza el acceso al espectáculo, también unos derechos ante cancelaciones o cambios de fecha que no están incluidos con aquellas adquiridas en canales no autorizados.
"La compraventa entre particulares o a través de webs que dicen tener entradas de determinado concierto cuando es conocido que están agotadas, representa un riesgo que no hay que asumir para evitar la gran decepción que supone quedarse en las puertas de un recinto sin poder asistir al concierto de tu artista o banda favorita", termina el comunicado.
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