"Estoy cansada", reconoce Natalia Lacunza (Pamplona, 24 años), sentada en una terraza del madrileño barrio de La Latina. Pero el cansancio que refleja su mirada no es de abatimiento, sino más bien de liberación, como alguien que ve la promesa del descanso tras un largo esfuerzo. "He notado que ha llegado un punto en el que necesito parar un tiempo, replantearme muchas cosas", explica la artista a solo unos días del cierre de gira en La Riviera de Madrid (29 de septiembre), que coincidirá también con el lanzamiento de su último EP, Duro (Universal).
Lacunza está en la recta final de un camino que comenzó en 2019, cuando salió de Operación Triunfo como una de las voces más destacadas de su edición (si no la que más). Desde entonces, la pamplonica ha realizado su propio recorrido emancipatorio con dos epés (otras alas, 2019; ep2, 2020) y un álbum (Tiene que ser para mí, 2022) donde se ha podido ver quién es realmente Natalia Lacunza, más allá de OT.
La cantante de nana triste ha sabido encontrar un equilibrio entre el indie y el mainstream, abarcando un público amplio y diverso gracias a unas canciones que parten de una intimidad personal capaz de colarse en una forma de sentir general. En Duro, Lacunza explora un sonido electrónico "más libre", en lo que, tal y como explica a El Independiente, significa el cierre de una etapa que valora como un auténtico aprendizaje.
Pregunta.- ¿Qué significa el lanzamiento de un nuevo EP como Duro en este momento?
Respuesta.- Duro es la transición entre lo que hemos hecho hasta ahora y lo que vendrá después. Es como una especie de puerta abierta para todo lo que tenga que pasar y es un EP que está hecho de canciones que han salido cada una de su madre y de su padre, por decirlo de alguna forma, con la máxima pretensión de pasárselo bien, de experimentar en nuevos géneros, en cosas que llevaba mucho tiempo queriendo hacer y que todavía no me había atrevido tanto a nivel narrativo como con las letras o a nivel de producción y musical. Creo que cada cosa tiene su momento y este era el momento del EP coincidiendo con el final de una etapa que empecé en 2019. He notado que ha llegado un punto en el que necesito parar un tiempo, replantearme muchas cosas de mí misma, de mi equipo, de cómo quiero que sea el siguiente proyecto, por eso es un poco como una despedida.
P.- ¿De dónde viene esta apuesta por un sonido más electrónico?
R.- Pues de la música que he estado consumiendo en los últimos años. Tenía muchísimas ganas de probar con estos elementos y sonidos, porque al final siento que he proyectado mucho la parte nostálgica, bonita, muy arreglada y de bajos BPM, un tipo de lenguaje más pausado. Cuando yo en realidad soy todo energía, por dentro soy una rave y necesito que mi música lo cuente.
P.- ¿Qué artistas has estado escuchando en este proceso?
R.- He estado escuchando mucho Drake, el de Honestly Nevermind, que es así como un house súper elegante, con unas barras increíbles, unas melodías preciosas, he estado súper obsesionada, ya sé que es una música de heterosexual a tope pero me encanta. He escuchado mucho Fred Again, Horsegirl, Baby B3ns, que es una chica alemana que mola un montón, también a Kali Uchis, Omar Apollo, The Blaze...
P.- Has comentado antes que partes mucho de la nostalgia en tus composiciones, ¿cómo manejas ese tipo de emociones?
R.- Yo conecto mucho con la vulnerabilidad, con las emociones y trabajo mucho desde la intimidad, con la música como medio para resolver conflictos y para entenderse a una misma. Y eso es algo que siempre va a estar en mí, es mi máxima necesidad a la hora de crear. Pero la manera en la que proyectes esas emociones puede cambiar y eso es un poco en lo que estoy trabajando ahora.
P.- ¿Cuánto de Natalia Lacunza podemos conocer a través de tus canciones?
R.- Depende de lo atento que escuches, porque hablo mucho de mí, de mi manera de ver el mundo y mi forma de sentir las cosas. También, al final creo que utilizo un lenguaje que es lo suficientemente ambiguo como para que tu puedas interpretarlo a tu manera. De hecho, últimamente no me apetece explicar todo, me apetece que la gente escuche mi música y que interpreten ellos. Me gustaría mantener eso muy puro.
P.- ¿Por qué lo dices?
R.- Hablo en general, creo que mi discurso moral, mi pensamiento ya está ahí plasmado. Por eso hay veces que me gustaría que me preguntaran más sobre el proyecto, sobre mi trabajo. No me apetece hablar sobre feminismo, me apetece hablar de música. Prefiero que se lo pregunten a los hombres, qué opinan ellos sobre lo que está ocurriendo, qué pueden hacer ellos para que esta situación mejore.
P.- ¿Piensas que se te ha impuesto esa responsabilidad para hablar siempre sobre ese tipo de temas?
R.- No es que se me haya impuesto, es algo que hago de manera natural, porque al final son cosas que me tocan, porque soy una mujer, vivo en la industria, soy queer, y eso es una realidad. Pero no siempre se tiene la misma energía para hablar de estas cosas y al final es un poco repetitivo, todo el rato las mismas preguntas. Yo que sé tío, léete un blog, un ensayo, lo que sea, no es tan difícil. Hay veces que se siente un poco agobiante. Es cierto que el activismo es parte de mí y estoy muy orgullosa de ello, pero simplemente hay etapas para todo, hay momentos en los que te expandes más fácilmente y otros en los que ves que necesitas reservarte más tu energía. Ahora mismo estoy en ese momento.
P.- Y en tu carrera artística, ¿en qué momento estás?
R.- Estoy en el momento de parar, solamente puedo decir eso. Estoy escribiendo muchísimo, estoy haciendo mucha música, pero necesito parar de exponerme al exterior y poder reencontrarme un poco conmigo misma, hacer las cosas desde otro punto más calmado y menos ansioso. Bajarme un poco de de la rueda de la industria. Es muy importante escucharse a uno mismo y al final yo trabajo con mis emociones, con mis vivencias y necesito dejar de exponerme durante un tiempo para sacarle el máximo jugo a eso y para poder estar tranquila.
"Antes la única forma de desarrollar tu proyecto era a través de una discográfica. Ahora, la peña que más escuchas tiene en España no tiene sello"
NATALIA LACUNZA
P.- ¿Cómo valoras el tiempo que ha pasado desde que saliste de OT hasta ahora?
R.- Ha sido un viaje súper intenso, siento que han pasado diez años en vez de cinco, pero he aprendido muchísimo. Me he expuesto a muchas cosas que me han enseñado un montón. Me he hecho muy fuerte, he aprendido a valorarme a mí misma, a entender los momentos de cada cosa, a entender dónde estoy, con quién me rodeo, qué es lo que quiero. De todas maneras, el del artista es un viaje que no se termina nunca, vivir como artista y descubrirte a ti mismo dentro de esta profesión es algo que no para de evolucionar hasta que te mueres.
P.- Una de las cosas que llaman la atención en tu desarrollo como artista ha sido ese papel que has adquirido en muchos aspectos como nexo entre artistas emergentes y un público más mainstream.
R.- Yo simplemente he escuchado a mi corazón, he hecho la música que me ha salido y he conectado con la música que he conectado, no es algo que haya hecho aposta. Pero sí, reconozco que es guay estar a medias entre un público más nicho y otro más general. Creo que cuanto más abarques y cuanta más gente te escuche, mejor. En mis conciertos hay gente de todas las edades y de todos los géneros, y eso es muy guay, porque yo hablo de una intimidad y de una realidad que es mía, pero puedo conectar con un señor de 50 años que está ahí viendo mi concierto emocionado y con una niña pequeña y con un adolescente.
P.- ¿Es difícil mantener esa personalidad e independencia para hacer lo que uno quiere cuando estás dentro de la industria?
R.- Es que en realidad es lo que más importa, todos los logros que consigas, los tendrás por haber hecho lo que tú hayas querido. El business muchas veces acaba con la autenticidad, pero al final lo más valiente es hacer lo que te salga del coño, básicamente. Y en esas estamos. Con sus cosas buenas y sus cosas malas.
P.- Aun así, ¿piensas que la industria cada vez es más abierta a la hora de contar con mayor diversidad de artistas?
Sí, totalmente. Pero eso también es porque las discográficas cada vez importan menos. Antes la única forma de desarrollar tu proyecto era a través de una discográfica y ahora la peña que más escuchas tiene en España no tiene sello, eso es muy fuerte. Por eso también pienso que está cambiando la industria musical, en general, eso es lo que cambia el juego. Antes era la radio y las discográficas, pero ahora hay mucho más desarrollo individual.
P.- ¿Cómo llegas a este final de gira?
Si te soy sincera, ahogada, estoy un poco overflow, pero es normal. También llevo mucho tiempo sin parar y mucho tiempo con muchas cosas en la cabeza. Y, es lo que te digo, ahora me viene una época de retiro para recuperar la salud y la energía.
P.- ¿Tienes pensado ya cómo va a ser ese 'retiro'?
R.- En teoría voy a volver un tiempo a Pamplona con mis padres, a estar con mis amigos de toda la vida, con mis abuelos, y hacer algún viaje, si puedo. Me encantaría viajar sola, reencontrarme un poco conmigo misma en general. Eso es lo que toca ahora.
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