Dice Marwan (Madrid, 1979) que no cree que la figura del cantautor esté en peligro de extinción, precisamente porque lo que distingue a este tipo de músico no responde a un género concreto, sino a un modo especial de cuidar sus canciones. Y aquí está él, 20 años después de componer sus primeros temas, reeditando un nuevo disco en el que la nostalgia de un tiempo pasado se funde con la ilusión de un futuro cargado de nuevas posibilidades.
Canciones para una urgencia es un álbum retrospectivo que sobrevuela dos décadas de carrera a base de una profunda relectura de su legado. Una celebración con una larga y brillante lista de invitados a la que no han faltado artistas como Mikel Izal, Rozalén, Jorge Drexler, Andrés Suárez, Miguel Poveda, Nach o Kevin Johansen, entre otros.
Marwan reaparece después de una reinvención casi forzosa tras destrozarse el codo en un desafortunado accidente que le ha complicado sus labores como guitarrista. El cantautor ha sido sustituido por el showman dándose el gusto de explorar una nueva forma de cantar más libre y explosiva en sus directos. El artista madrileño de origen palestino atiende a El Independiente en el lugar donde empezó todo, el escenario del Libertad 8 al que tantas veces se ha subido incluso antes de imaginar que algún día podría cumplir el sueño de vivir de la música.
En esta charla, el cantautor reflexiona sobre su carrera, mira hacia su futuro artístico con ilusión, pero también habla sin tapujos sobre el tema que ocupa todos los telediarios y que tan de cerca le toca, el conflicto palestino-israelí.
Pregunta.- ¿Qué tal estás? Como te sientes de estar aquí? Me imagino que es como tu casa.
Respuesta.- Libertad 8 es mi casa, estoy encantado de volver. Estamos aquí para hacer un par de cosas. En primer lugar, como una especie de homenaje, porque es el sitio donde comencé hace 20 años, donde vine a ver por primera vez a Jorge Drexler o a Ismael Serrano. Y en segundo lugar, también es un modo de cerrar un ciclo que yo siento que empieza con los próximos 20 años. En estos últimos dos años he cambiado mucho como artista y me apetecía venir aquí a escenificar ese cambio
P.- Canciones para una urgencia es un disco retrospectivo. ¿En qué piensas cuando haces balance de estas dos décadas?
R.- Pienso en lo bonito que ha sido todo. La música ha sido el hilo conductor alrededor del cual se ha ido tejiendo mi vida. No solo porque me ha hecho viajar muchísimo, sino también porque es donde he volcado todos mis sueños, toda mi creatividad y todo mi esfuerzo. Es mi trabajo, es lo que me conmueve, lo que hace que forme parte de algo junto con otras personas que vienen a verme. He hecho siempre la música que he querido, quizá no es tan comercial, pero me ha permitido vivir de ella, viajar por el mundo y llegar a un montón de de gente, vivir experiencias y hacer muchos amigos. Pienso en eso, en que es un regalo vivir y dedicarme a esto.
P.- ¿Con qué actitud se revisita la obra de uno mismo?
R.- Es que he cambiado mucho, sobre todo a nivel de inquietudes musicales, como es normal. Antes seguramente estaba más cerca de Silvio Rodríguez, de los cantautores clásicos, cuando empezaba y me subía aquí con una guitarra y mi voz. Ahora siento que he cambiado mucho por varios motivos. En primer lugar, por una evolución personal normal a lo largo de estos 20 años, también una evolución musical normal a lo largo de estos 20 años, pero sobre todo porque el año pasado tuve un accidente terrible que me obligó a soltar la guitarra. A partir de ahí descubrí definitivamente algo que ya sabía y es que tengo un showman dentro. Sigo siendo el de siempre en cuanto a la forma de composición de canciones, pero he regrabado estas canciones en este disco con un sonido mucho más moderno y que siento más propio, que me va a permitir mostrar más al artista que soy ahora. Me muevo, me tiro por el suelo, corro de lado a lado y me expreso muchísimo con el cuerpo, algo que antes no hacía. En este momento estoy muy alejado de la puesta en escena con respecto a otros músicos que provienen de la canción de autor.
P.- ¿Qué influencias has tenido durante esta reelaboración del repertorio?
R.- La verdad que no he escuchado algo específicamente para decir: "Quiero sonar como esto". Lo que sí quería era alejarme de ser un baladero, porque ya no lo soy. Quitando las canciones que he hecho de piano y cuerdas, que hay tres o cuatro en el disco, creo que las producciones son, en general, más intensas, más fuertes, un poco más sobrecargadas y más festivas.
P.- La canción emblema del álbum, Pensábamos que el amor era solo una fiesta, sí que rompe mucho con esa imagen que teníamos de cantautor de baladas.
R.- Es verdad que es la canción más mainstream que he hecho más pop, la más comercial, pero sí se acerca en cuanto a intensidad, a muchas cosas de las que muestro en directo hoy en día, aunque sean otros estilos. Este en concreto es más pop y puede chocar más porque nunca he hecho algo manifiestamente pop. Lo cierto es que tengo muchos artistas dentro, tengo un rapero frustrado, un popero, un rockero, un folclorista y todos esos artistas en algún momento quieren apartar al cantautor y decir: "Ahora voy yo". Y lo cierto es que me ha gustado mucho dar cabida a todos ellos en el disco.
P.- Sin embargo, sigues siendo reconocible en las letras.
R.- La letra siempre ha sido el nexo común de mi estilo, pero es que la canción de autor no es un género. Me lo dijo el otro día un amigo y me encantó, la canción de autor es un modo de cuidar las canciones. Hay gente que es heavy y hace heavy, hay gente que es urbano y hace urbano y siempre va a estar haciendo lo mismo. Pero un cantautor no tiene un género musical delimitado, en mi caso siempre ha sido múltiple. Desde mi primer disco aparecía reggaes, corridos mexicanos, swing, country. Me encanta que mis letras sean un nexo común, pero que las canciones estén llenas de estilo, matices y riqueza.
P.- ¿Piensas que la figura del cantautor, tal y como lo conocíamos, es un artista en peligro de extinción?
R.- No lo creo, porque sitios como este y autores más jóvenes que voy conociendo mantienen la esencia, quizá está un poco en extinción la canción social. Es algo que se han apropiado casi exclusivamente los raperos y es una pena que no aparezca en la canción de autor, pero creo que España es un país de grandes cantautores. Si lo piensas, los dos músicos más importantes de la historia de España, Serrat y Sabina, son cantautores. Por eso me extraña que a veces haya un poco de prejuicio con los cantautores. Pero creo que sigue gozando de buena salud y a lo mejor ya no hay tanta inquietud por las letras, pero bueno, yo conozco a dos o tres autores jóvenes que están ahí dando el callo.
P.- En tu caso, el tema social siempre ha estado muy presente, ¿de dónde viene esa sensibilidad?
R.- Te pones el telediario y solo de ahí puedes hacer 100 discos. En mi caso, tengo una fuerte sensibilidad social y un sentido de la justicia social y de cómo me gustaría que fuera el mundo. Soy un soñador, como muchas personas, y siempre me voy a sentir insatisfecho mientras el mundo siga como sigue.
P.- Precisamente los telediarios ahora mismo están monopolizados por un tema que te toca muy de cerca, el conflicto palestino-israelí. Hace unos días como que compartiste un hilo que ya habías hecho en 2021, ¿crees que seguimos siendo un poco ignorantes al respecto?
R.- Creo que somos muy ignorantes con respecto al conflicto de Palestina e Israel, en medio minuto de una noticia no se pueden resumir 75 años de ocupación. Hace falta información, porque hay mucha propaganda pro israelí, con la que se suele vestir Israel como víctima en lugar de opresor. La historia de las aberraciones que ha sufrido el pueblo palestino es muy injusta, yo lo he vivido en mi familia. Mi padre nació en un campamento de refugiados, fue a un colegio de refugiados, recibió ayuda humanitaria hasta que fue adolescente y luchó en la Guerra de los Seis Días. Que 75 años después siga sucediendo lo mismo, me parece muy triste. Los derechos de los palestinos están cada vez más limitados, incluso se les ha negado el derecho a defenderse. Me da mucha pena que todas las resoluciones en las que la ONU trata de imponer sanciones a Israel sean vetadas por los Estados Unidos, todas y cada una desde 1948. Me parece un horror. De verdad soy un defensor de la paz, yo no quiero que mueran israelíes, me parece que mientras siga muriendo gente en Israel y en Palestina no vamos a lograr lo que deseamos casi todos, que es que haya paz. La injusticia que ha sufrido el pueblo palestino a lo largo de la historia es terrible y creo que tiene que ser contada, porque la gente no lo sabe bien. Tengo muchos amigos que me decían: "Jo es que eres un poco pesadito con lo de Palestina", cuando contaba historias y canciones de allí. Y luego fueron a Palestina y me pidieron perdón porque vieron la opresión que hay y el apartheid en Palestina. Porque hay un plan de limpieza étnica, demostrado por israelíes.
P.- ¿Y qué papel juega Hamás en cuanto a este derecho a defenderse que has mencionado antes?
R.- Para empezar, Hamás no es Palestina, no son todos los palestinos. Hamás tiene su forma de hacer las cosas, la cual yo en general no comparto. Porque creo que creo en el derecho a la resistencia, pero también creo que en general la violencia no ayuda en nada o ayuda muy poco, porque sólo sirve para destruir. Pero creo que es importante dejarle claro a la gente que tiene que leer y que tiene que investigar porque inmediatamente empiezan a asimilar Palestina con terroristas. La gente palestina es gente de paz, pero están oprimidos. La pregunta que lanzo siempre es: ¿qué pasaría si en España estuviéramos oprimidos, si estuviéramos invadidos, si viviésemos con un bloqueo económico, si mataran a cada uno de nuestros familiares, porque yo tengo familiares a los que les han pegado un tiro en la cabeza, si viviésemos rodeados por un muro de hormigón de ocho metros de alto, si para ir de una calle a otra tuviese que pasar durante horas humillaciones en un checkpoint? Esto es algo que dura 75 años. ¿Qué haríamos nosotros? Creo que eso es lo que se tiene que preguntar a las personas antes que hacerse una idea rápida con cualquier telediario que hayan visto.
P.- También has comparado lo que está pasando con la respuesta de Occidente a la guerra de Ucrania. Parece que las guerras se miden en función del rédito político.
R.- Tal cual. Ucrania es un caso muy similar al de Palestina y desde el minuto uno me alegró mucho que se diese apoyo a los ucranianos. Pero siento una gran tristeza al ver que la respuesta cambia en el caso palestino. Porque en Ucrania no hay apartheid ni hay un plan de limpieza étnica, pero se parece porque también hay una ocupación e invasión por parte de una potencia mucho más poderosa. El hecho de que a uno se le reconozca tanto y que a otros no, te da que pensar. En parte puede ser propaganda o en parte puede ser otra forma de racismo, porque unos son árabes y los otros son blancos.
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