Lo afirmo sin contemplaciones ni medias tintas. Vuelven los 2000. De pronto se ponen de moda todos los ingredientes de la era pre-redes sociales y pre-crisis. De una época considerada, por los que todavía no estaban entre los adultos, feliz. Hablo de veinteañeros que visten ropa de segunda mano que acumula más de dos décadas de armario y peinados a lo Britney Spears (cuando empezaba). En sus móviles (ojo, que Nokia ha vuelto a las tiendas) no faltan canciones de Alejandro Sanz, El Canto del Loco, o La Oreja de Van Gogh, décadas después.

Sin embargo, no pueden recordar haberlo vivido.

Este era el perfil medio de los asistentes al último concierto de Pignoise, una banda que lideró en aquella época sin Spotify el paso de lo alternativo a lo mainstream sin pretenderlo. Una llamada tuvo la culpa. Les pidieron rápidamente un tema para la serie Los hombres de Paco, y el mismo día mandaron una maqueta. Voilà, el éxito estaba servido. No tardaron en sonar en Los 40 cuando todavía yo presentaba su despertador Anda ya.

Él álbum al que pertenecía este tema, precisamente, se llamó Anunciado en televisión y se publicó en 2006. Casi dos décadas después, Hombres G se han unido a ellos para homenajear aquel éxito.

En las oficinas de la discográfica Altafonte, en Madrid capital, tuvo lugar el evento en vivo en el que se presentó el disco 20 Aniversario. Grandes de la música de las últimas décadas se acercaron a grabar con ellos sus temas emblemáticos. Calamaro, Loquillo, y hasta Los Secretos se metieron en el estudio.

Me colé en el backstage minutos antes de que comenzasen a sonar notas con más de 20 años de historia. Allí estaban Pablo Alonso, Hector Polo, y Álvaro Benito, la voz cantante. Este exjugador del Real Madrid se dedicó a la música gracias a –o por culpa de– un problema importante en una de sus rodillas. Imposible no acordarme de nuestro cantante más internacional.

Pregunta.- Julio Iglesias y tú tenéis en común haber salido del Real Madrid y dedicaros a la música por una lesión. ¿Cómo llevas eso?

Álvaro.- Siempre digo con orgullo que yo hice mucho más en el fútbol que él.

P.- Y en la música lleváis ya dos décadas, con todo lo que ha llovido. ¿Qué os diríais si pudierais hablar con el grupo cuando empezaba?

Álvaro.- La verdad es que, pensándolo bien, fue como un torbellino. Uno se acostumbra a soñar con el éxito, pero cuando realmente sucede, te pilla por sorpresa. Recuerdo ver nuestro nombre en las listas y pensar, ¿cómo ha pasado esto?

Polo.- Si pudiéramos viajar en el tiempo, probablemente nos diríamos a nosotros mismos que disfrutásemos el momento, pero también que estuviésemos preparados para los problemas que vendrían. 

Pablo.- La música, como la vida, está llena de altibajos, y es importante aprender de cada paso que das.

P.- Habéis mencionado los obstáculos. En aquellos años en los que la industria fagocitaba la creatividad de los artistas al entrar en una multinacional, ¿cómo llevabais que os pusieran, por ejemplo, un arreglista?

Álvaro.- Muy fácil. Dijimos que no.

P.- ¿Y conseguisteis que no os lo pusieran?

Pablo.- No firmamos.

P.- Vale. ¿Pensáis ahora que fue un error?

Álvaro.- Nunca. Ha sido condición clara para cualquiera que nos quisiera contratar. El sonido, la música, ha de ser nuestra. Al principio, éramos unos novatos en la industria, llenos de pasión pero con poca experiencia. Nos equivocamos en todo lo que podíamos equivocarnos. Y eso nos ha llevado hasta este momento.

P.- Cuando estábais con más de cincuenta bolos al año, de repente se corta la trayectoria del grupo porque a Álvaro le llaman para hacerse el míster en la tele y en el terreno de juego. ¿Ha costado convencer al resto de la banda para volver a tocar juntos?

Álvaro.- Me pasaron un poco la factura, pero aquí estamos. Cada pausa ha sido una oportunidad para tomar aire y volver con más fuerza.

Polo.- Bueno, yo sigo con mi trabajo y no ha cambiado nada en realidad. Y esos momentos de pausa nos permitieron regresar con más ganas, más ilusión. 

P.- Estoy viendo ahí fuera a una auténtica chavalada. Más jóvenes que gente adulta. ¿Qué os hace sentir?

Álvaro.- Nos fascina que haya gente que nos diga “es la primera vez que os voy a ver en directo”, después de veinte años. Algunos de ellos no habían nacido cuando empezamos. Es increíble. Nos recuerda por qué hacemos lo que hacemos.

P.- La forma en que los artistas interactúan con sus seguidores, sobre todo si no son muy mayores, ha cambiado drásticamente. ¿Os han descubierto por las redes sociales?

Álvaro.- Las redes son una herramienta poderosa, pero para nosotros la transición ha sido un desafío. No somos nativos digitales, así que adaptarnos a esta nueva forma de comunicación ha requerido un esfuerzo consciente. Aunque no seamos los más activos en las redes, entendemos su valor y tratamos de mantener una conexión genuina con nuestros seguidores.

Polo.- Tenemos ayuda con nuestra community manager, pero yo procuro dar un like o contestar a todas las personas que nos contactan. Que noten algo de cariño.

P.- También hay mucho talento entre los nativos digitales que ha encontrado en esas redes la forma de darse a conocer. ¿Qué les diríais a esas nuevas bandas que van surgiendo?

Álvaro.- Lo más importante es ser fiel a uno mismo. Suena a frase hecha pero la industria musical puede ser volátil y es fácil perderse en lo que parece ser una fórmula para el éxito. Y luego, a lo mejor, tampoco funciona. La autenticidad es lo que realmente resuena con la gente. Si eres honesto en tu música, eso se transmite. Y por supuesto, la perseverancia es clave. Nunca sabes cuándo llegará tu momento, así que sigue adelante, sin importar los obstáculos.

Salgo del backstage para ponerme frente al escenario. Las barras no paran. Está lleno. Descubro a un grupo de chicas veinteañeras muy animadas y expectantes, pegadas a la primera fila. No habían nacido cuando Pignoise sacó su primer disco. 

Pregunta.- ¿Cómo conocisteis su música?

Chica 1.- Siempre ha sido parte de mi vida. Sonaba constantemente en casa y en la radio. Siempre ha estado ahí.

Chica 2.- Una amiga me ponía su música y me encantó desde el primer momento. Desde entonces, soy seguidora fiel.

P.- ¿Qué más música de esa época escucháis?

Chica 2.- Las primeras canciones de Alejandro Sanz, La Oreja de Van Gogh, El Canto del Loco… Azúcar Moreno.

P.- Además de la música, ¿volver a los 2000 es una tendencia?

Chica 1.- Totalmente. La moda de entonces también está volviendo. Los pantalones de tiro bajo, las prendas holgadas… todo muy ancho. A nuestros amigos también les encanta esa estética.

Tras el concierto y los preceptivos bises, al salir, me di cuenta de que ese concierto de rock se produjo justo al lado de un rocódromo, ese espacio en el que resulta imposible escalar si no existen obstáculos a los que agarrarse. Todo un símil que muy bien se podría aplicar a las dos décadas de música de Pignoise.