Caprichoso, hedonista, despreocupado, rebelde y egocéntrico, así es Jimmy Cooper, el paradigmático mod de los 60 que protagoniza Quadrophenia. Pero la verdad es que podría ser cualquier joven de cualquier otra época. Así lo presenta Pete Townshend, el visionario guitarrista de The Who que legó para siempre uno de los retratos adolescentes más universales de la cultura pop.
Jimmy nació para ser Roger, John, Keith y Pete, pero también para ser todos los fans que los encumbraron. En ese proceso, terminó convirtiéndose en la viva imagen de una juventud ansiosa, vitalista e incomprendida, luchando por encajar entre los suyos mientras trata de encontrar su propia identidad.
Así es como se sentía su creador, Pete Townshend, cuando escribió Quadrophenia a principios de los 70, la historia sobre la que compuso su gran ópera rock, y que terminó popularizando de manera incontestable la película homónima del 79.
'Quadrophenia', de la crisis a la eternidad pasando por el fracaso
En 1973 ni Pete Townshend ni The Who pasaban por un buen momento. Ambos se encontraban en una encrucijada personal y artística. Entre continuar viviendo de los éxitos pasados o encontrar un nuevo camino para no caer en la intrascendencia, entre quedarse anclados en el pasado o ser capaces de mirar de frente al futuro.
"Townshend casi había perdido el respeto de sus compañeros de grupo tras el fracaso de Lifehouse, su intento de crear una segunda ópera rock que le sirviera para hacer giras y sustituir un repertorio dominado por Tommy (1969). Estaban en ese momento en que un grupo deja de ser una banda de amigos, para convertirse en una empresa", explica a El Independiente Àlex Oró, autor de Quadrophenia: The Who y la epifanía mod de Pete Townshend (Efe Eme). Una publicación que coincide con el 60 aniversario de los disturbios entre mods y rockers en Brighton, el 50 aniversario del álbum y los 45 años del estreno de la película.
La fricción constante entre Daltrey y Townshend, cantante y guitarrista, intérprete y compositor, era cada vez más insoportable. El bajista, John Enwistle, sentía que su aportación creativa era mínima y dudaba sobre su papel en la banda. Mientras, Keith Moon, batería, estaba inmerso en una espiral de autodestrucción que había acabado con su matrimonio y amenazaba su propia cordura. La crisis del grupo apuntaba irremediablemente a una separación. Fue entonces cuando Townshend se propuso tirar hacia delante, dándose un nuevo relato con la mirada en el pasado, un homenaje a ellos mismos y sus orígenes, poniendo en el centro a los primeros fans de la banda: los mods.
Fue al volver a casa, después del Eric Clapton's Rainbow Concert del 73, que el propio guitarrista de The Who había organizado para ayudar a su amigo Eric a salir de la heroína. "Empecé a sentir el bajón después del nitrito de amilo (popper). Me sentía apático, deprimido, tremendista, perdido y sin remedio. En un oscuro y húmedo fin de semana invernal, en la maltrecha casita de Cleeve, con el río inundando los prados y el viento aullando a través de aquellas precarias puertas y ventanas, la memoria me remontó a una noche de cuando tenía diecinueve años". Así recoge el autor las palabras en primera persona del momento de revelación en el que la melancolía devolvió a Pete Townshend a una mañana de resaca en el Brighton de los 60.
En ese estado depresivo y solitario escribió prácticamente del tirón la historia de Jimmy. Después del relato, llegaron las canciones y una demo íntegramente grabada por Pete que aspiraba a ser el relevo triunfal de Tommy, consumando así la epifanía que cambiaría para siempre el rumbo de la banda.
Pero no fue tan fácil. Oró define Quadrophenia como "la historia de un fracaso". Por muchas razones. La primera de ellas fue la grabación, los problemas técnicos, el despido de sus representantes por echar mano de la caja, roces internos, y todo para que al final el álbum saliese publicado finalmente en estéreo y no en el sonido cuadrafónico que aspiraba a inaugurar Townshend.
Después vino la gira, y el disco tampoco funcionó en directo, fallaron las cintas pregrabadas y los sintetizadores fallaron, y el ritmo de la narración que Daltrey se empeñaba en hacer de la historia de Jimmy sobre el escenario desconcertaba y aburría al público. Al final, terminaron la gira volviendo a su viejo repertorio.
También estaba el descenso a los infiernos que había comenzado Keith, que hasta se desplomó durante un concierto en San Francisco. Hubo que esperar más de veinte años para que Quadrophenia volviese a sonar sobre un escenario, con el concierto en Hyde Park del año 1996.
Un homenaje a la esencia The Who
Agresivo y arrogante como Roger; romántico y dubitativo como John; desquiciado e irracional como Keith; inseguro y espiritualmente desesperado como Pete. En la cuádruple esquizofrenia (quadrophenia) de Jimmy Cooper, Townshend trató de reflejar las cuatro personalidades que componían The Who. Una especie de tetramorfos que a su vez se dividía en cuatro canciones o motivos: Helpless Dancer (Roger Daltrey), Is It Me? (John Entwistle), Bell Boy (Keith Moon) y Love, Reign O'er Me (Pete Townshend).
Todos ellos están presentes en Jimmy y viven a través de él en esta ópera rock sobre el fin de la ilusión. Un viaje iniciático hacia el desencanto adolescente, en el que la digestión festiva de la juventud se le atraganta en el doloroso camino hacia la introspección. A su vez, el protagonista representa a esos fans primigenios que erigieron a los cuatro de Shepherd's Bush como reyes del movimiento "modernista".
En ese estado de crisis de identidad, Townshend optó por reformular un grupo a la deriva a través de una idea nostálgica, que al mismo tiempo trata de romper con lo anterior. Un ejercicio de supervivencia en el que terminó reencontrándose con su esencia mod, habiéndose distanciado hacía ya tiempo de muchos de sus preceptos.
Mods, "una vida limpia en circunstancias difíciles"
Fue Peter Meaden, el primer manager de The Who, quien dijo que "ser mod es llevar una vida limpia en circunstancias difíciles". Los jóvenes de los sesenta venían de una infancia marcada por la posguerra, pero fueron también los que vieron nacer la cultura pop y participaron activamente de ella. "Son la primera generación en la que la juventud tiene dinero para gastar y se lo gastan en ellos. No ahorran para tener una casa. En el caso de los mods, se lo gastan en ropa, motos y juergas, la vida total. El adolescente es de por sí gregario, pero no siempre quiere estar en grupo, entonces a través de formar parte de un colectivo como los modernistas, se sienten que forman parte de algo, pero también que ese algo sea algo exclusivo o secreto, eso es lo que significaba ser mod", cuenta Oró.
Es el nacimiento de las primeras tribus urbanas, y a sus pioneros integrantes ya no les definía su clase social, sino su forma de vestir, la música que escuchaban y unos códigos y jerarquías que solamente ellos entendían. Podían tener el peor trabajo del mundo y al mismo tiempo vestir como un auténtico dandy.
"Estos chicos han encontrado un medio para evadirse casi por completo del sistema convencional clase-trabajo hacia un mundo que ellos controlan. Casi todos han dejado de estudiar a los quince años, así que ¿por qué hacer las cosas al viejo estilo? Es el estilo de vida lo que los hace únicos, no el dinero, el poder, la posición, el talento o la inteligencia. Y como la mayoría de la gente que basa su vida en el estilo son, en general, gloriosamente cínicos, sin afectación, respecto a todo lo demás", escribía Tom Wolfe sobre los mods en el relato Underground de mediodía.
Parkas militares y trajes a medida, polos entallados de Ben Sherman o Fred Perry, vaqueros Levis ajustados y, cómo no, Vespas y Lambrettas repletas de retrovisores y adornos. Sus gustos musicales partían del modern jazz al beat británico, pasando por el rythm & blues estadounidense y el ska jamaicano. Sus grupos fetiche incluían a The Kinks, Small Faces y, por supuesto, The Who. Un estilo sobriamente refinado y 100% British que chocaba frontalmente con la extravagancia rocker importada de Estados Unidos, recubierta en cuero negro, gomina y que volaba en sus potentes motos Norton y Triumph.
Aunque en los 60 se trataba de una moda muy local, los mods renacieron a nivel global a finales de los 70, impulsados por un revival comandado por The Jam y su icónico líder, Paul Weller, y otros grupos como The Chords o Secret Affair. Sin embargo, fue el éxito de la película Quadrophenia (Franc Roddam, 1979), lo que terminó por maximizar su influencia el la cultura de masas juvenil.
Desde entonces, lo mod ha ido evolucionando con los años afianzándose como una moda recurrente con la que adolescentes de casi todas las generaciones se han podido identificar, a través de sus diversas ramificaciones. El Northern Soul, el punk y el ska, o los primeros skinheads, tienen su origen en esta subcultura. También en los 90, el britpop de Blur y Oasis reabsorbió esta moda sesentera, y en los 2000 el testigo lo recogió el indie sleaze abanderado por Pete Doherty y sus Libertines. Incluso hoy en día se habla de un nuevo revival impulsado precisamente por la vuelta de los hermanos Gallagher y la revalorización del estilo british dosmilero.
'Quadrophenia', la universalización del 'revival' a través de la película
La historia de Jimmy Cooper (interpretado Phil Daniels) es la de un muchacho con problemas psicológicos que ha dejado de estudiar y compagina un empleo de baja cualificación con noches de música, alcohol y anfetaminas. No quiere ser como los demás y por eso se hace mod. Forma parte de una banda y buscan peleas con los rockers, viajan a Brighton en sus scooters y allí se enzarzan en juergas, peleas y disturbios con la policía.
A su vuelta a Londres, la chica que le gusta se ha liado con uno de sus amigos, deja su trabajo, abandona a su familia y vuelve a la tierra prometida de Brighton en busca de la ilusión de felicidad que allí dejó. Pero nada es como antes y para colmo descubre que Ace Face (que en la película interpreta Sting), el mod más guay de todos, no es más que un botones de hotel.
El filme, producido por The Who, mantiene la esencia del relato original, aunque con algunas variaciones, como la escena final de Jimmy conduciendo la Vespa por un acantilado. Al igual que ocurre con la ópera rock, su mensaje va en dos direcciones, por una parte te hace sentir parte de esa efervescencia vitalista, te seduce con su nostalgia y sus fiestas, las drogas, los bailes y el sexo. Pero en la segunda parte llega el desencanto, la jerarquía mod es una farsa, el amor adolescente se quema tan rápido como prende y la pertenencia al grupo es superficial. Solo en ese momento de tocar fondo, es cuando Jimmy está preparado para encontrar su auténtica identidad.
Su estreno fue todo un acontecimiento cultural y revivió a su vez un álbum y una idea incomprendidas en su momento. De hecho, en España el fenómeno mod alcanzó su máximo esplendor en los ochenta, y gracias a la película nació con un poso nostálgico que lo volvió adictivamente atractivo para los jóvenes de la transición, favoreciendo así la romantización total del movimiento.
Una declaración de rebeldía mod
"Jimmy es el héroe. No es algo sobre los Who, ni sobre Roger, Pete ni John, no es sobre los mods, no es sobre Ace Face, no es sobre las drogas ni ninguna de esas cosas. Es simplemente sobre Jimmy y lo que finalmente va a ocurrir, cuando se convence de que ha estado todo este tiempo buscando fuera de sí mismo, y lo que tiene que hacer ahora es intentar preguntárselo internamente", confiesa Pete Townshend en el documental de la BBC: Quadrophenia: Can You See the Real Me? (2013).
Álex Oró se atreve a teorizar sobre si Quadrophenia es "la primera ópera rock de autoayuda". "Lo que transmite es que tú mismo puedes salir de esto, puedes buscar tu camino y encontrarte a ti mismo". Su historia está marcada por el desencanto, pero también hay un componente de esperanza. Es ahí precisamente donde reside una universalidad atemporal que consigue que cualquier adolescente pueda identificarse con la frustración y la necesidad de encontrar una identidad de Jimmy, independientemente de su época. "Es un argumento que era actual hace 50 años, es actual hoy y lo seguirá siendo dentro de otros 50 años. La adolescencia es un sarampión que hemos tenido que pasar todos y esta es la historia de mucha gente", añade Oró.
En 1973, Pete Townshend y The Who se resistían a ser una banda que ya había alcanzado su cima. Se rebelaba contra el final de sus días de gloria y contra el hueco en el que la sociedad trataba de encajarlo. Producto de esa resistencia nació Quadrophenia, una auténtica declaración de rebeldía mod, cuyo ruido continúa resonando en el grito descarnado de Roger Daltrey en Love, Reign O'er Me. Un eco que quedará para siempre como el gran legado que The Who dejó a todos aquellos que en su adolescencia sintieron la necesidad de autodeclararse únicos.
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