Como solo las más grandes saben hacerlo, con una aparición minuciosamente planificada y ante una selección de sus fans más acérrimos, Lady Gaga presentó anoche su esperado nuevo disco, Mayhem. Lo hizo en Brooklyn, en un simulacro de rueda de prensa y rodeada de sus "little monsters", como llama a sus camisas viejas, sus fans de primera hora.

Conseguir acceso a la oscura sala donde tuvo lugar el encuentro, íntimo y apoteósico a la vez, debió de parecerse bastante a conseguir el billete dorado de Willy Wonka. Algo más de cinco minutos después de la hora convenida, 12 de la madrugada hora española, seis de la tarde en Nueva York, y sin sonar una sola nota de la música que venía a presentar, Stefani Germanotta, alias Gaga, hizo su aparición en medio del delirio, entre gritos de "MOTHER!", y chasqueos de dedos.

Un poco a lo Neo de Matrix, vestida de riguroso negro (salvo por una pequeña cola de encaje blanco que asomaba por la parte de atrás de su casaca de terciopelo), una desgreñada peluca asimétrica y gafas de sol que se quitó en el momento oportuno, Gaga confesó ante las preguntas y apelaciones admirativas de sus adorados monstruitos que este disco es una síntesis más o menos perfecta de lo que ella es y de las muchas Gaga que ha sido a lo largo de estos años.

Una perfecta síntesis Gaga

"Este disco es la integración de quién soy en la vida real y quién soy en el escenario, y cómo realmente empecé a celebrar la unión de esas dos cosas", indicó la artista, haciendo referencia a sus comienzos en la escena de clubes de Nueva York. Gaga recalcó que ahora se siente "segura" para volver a ese "pop oscuro", y grotesco y cómico cuando es necesario, que marcó sus primeros pasos en la industria musical.

"Me he convertido en personajes a través de la música, y todavía lo hago, pero ahora he aprendido a no dejar que me dominen por completo. Diría que vuelvo a ello porque me siento segura", subrayó, antes de pedir perdón a sus fans por haberse desvinculado de este sonido, algo que, aseguró, fue "duro". Nadie le reprochó nada.

Según Gaga, este nuevo álbum, del que había avanzado en los últimos Grammy el sencillo "Abracadabra", es una mezcla de "la suavidad" de lo que es por dentro y "la intensidad" que le gusta aportar a su música y sus actuaciones sobre el escenario, lo que, en definitiva, refleja su "caos personal".

En el evento, Gaga también confirmó una noticia esperada por todos sus seguidores: habrá continuación del tema "Telephone", su exitosa colaboración con Beyoncé que salió hace ya 14 años. "El cotilleo que tengo para vosotros sobre 'Telephone parte dos' es que sucederá, pero no voy a daros todo ahora. No querríais eso de todos modos. Creo que deberíais llamar a Beyoncé", añadió entre risas. Confesó que le encantaría escribir su propio musical y ganar un Tony. Y preguntada por el artista vivo o muerto con el que le encantaría colaborar, sorprendió a muchos cuando dijo: "John Lennon". ¿Se imaginan? Seguro que a Yoko le parecería bien.