Lo que más dejamos los españoles de echar a la cesta de la compra en 2016 fue azúcar (-6,2%) y cayeron, en general, los productos y bebidas que lo contienen. En línea con los estudios que sitúan a la salud como la principal motivación para el consumo, nos quitamos, por orden, las bebidas espirituosas (-5,1%), los refrescos con gas y los zumos y néctares (-4,1%). Son los productos de alimentación que más disminuyeron su consumo, justo lo contrario que el agua envasada (+5,1%) y los platos preparados (+4,2%).
Son estos platos preparados los que más roban espacio en la cesta de la compra a los frescos, que representan aún el 41% del total del ticket pero encadenan cinco años de bajadas. Los frescos, que incluyen verduras y hortalizas, patatas, carnes y pescados, pan fresco y huevos, perdieron el 1,3% de cuota en la cesta el año pasado. El consumo per cápita de los platos preparados representa el 2% de la cesta y crece el 5,9%, hasta un total de 13,7 kilos por persona al año. Su precio apenas se movió en 2016 (-0,2%) y es de 4,10 euros.
¿Qué se consume según el tipo de hogar?
En casa de los jubilados, la dieta mediterránea es más protagonista que en la media. Son más afines a los productos tradicionales y en sus hábitos alimenticios incluyen aquellos productos que les ayudan a cuidar la salud y a mantener una dieta equilibrada.
Los hogares de adultos independientes, cuyo número cae un 1,4% respecto a 2015, también está motivado por la salud y hace un consumo intensivo de frutas y hortalizas, además de productos integrales, con fibra, desnatados y de control del colesterol. También son asiduos compradores de cárnicos ibéricos, aceite de oliva virgen extra y espumosos (incluido cava).
Los jóvenes independientes que viven solos son los que más han crecido (3,8%) en 2016. A pesar de ser del mismo tamaño que un hogar adulto independiente tiene consumos absolutamente diferentes. Evitan más las elaboraciones con platos preparados o conservas de pescado; o con el mínimo proceso de elaboración como lentejas cocidas, verduras, hortalizas y frutas ya cortadas y lavadas. En su cesta predominan alimentos rápidos de preparar, consumir y conservar, como pan industrial, margarina, productos de charcutería envasados, postres y yogures así como cereales para el desayuno.
Algunos básicos de la cesta
En una u otra forma, el aceite está presente en todos los hogares, aunque su consumo cayó un 0,5% en 2016. El que más lo notó fue el aceite de oliva virgen (-22,4%), aunque subieron un 5,2% el AOVE y un 4,2% el aceite de oliva. También cayó un 14,5% el de semillas, que había ido aumentando su consumo desde 2013. En total, cada persona consume 12,66 litros de aceite al año, poco más de uno al mes. El más consumido, el de oliva, incrementó su precio en 21 céntimos respecto al año anterior.
Como curiosidad, el aceite de girasol es más consumido en hogares con hijos pequeños, mientras que el AOVE está más presente en hogares adultos sin niños y con rentas medio-altas. El aceite de semillas (de uva, arroz, avellana, nuez, sésamo, cacahuete, almendras dulces, orégano, lino, germen de trigo y coco) es más consumido en hogares de jubilados.
Otro de los básicos de la cesta son la leche y productos lácteos. Su consumo también cayó en 2016, un 2,2%. La media de consumo es de 72,9 litros por persona al año, unos seis litros al mes. En presupuesto, el gasto anual es de 51,5€ al año por persona, lo que supone algo menos del 3,4% del presupuesto. Se consume, sobre todo, leche semidesnatada (45,9% del total), mientras que la desnatada es el 29,2% y la entera el restante 24,9%.
La leche es preferible comprarla en los supermercados descuento, el precio medio es de 67 céntimos frente al que tiene en las tiendas tradicionales, que es de 84 céntimos.
Los derivados lácteos - yogures y quesos, fundamentalmente - sí creció en 2016, hasta un 0,6%. En queso nos gastamos 59,2€ anuales por persona, mientras que en yogures algo menos, 34,82€.
Carnes y pescados se comportan de forma parecida, con descensos en el consumo. El consumo de carne retrocede un 1,6%, aun cuando su precio bajó un 2,3% hasta un precio medio de 6,39 euros por kilo. Aunque es uno de los productos que más presupuesto ocupan, un 21%, con un gasto de 320 euros por persona al año.
El consumo de pescado cayó aún más, un 3,1%, aunque su precio sí subió, un 2,3% hasta una media de 7,94 euros por kilo. El pescado se lleva bastante menos porcentaje del presupuesto que la carne, algo más del 13%, aunque le gasto medio al año por persona es de 202 euros. Los más consumidos son los pescados frescos (45%), seguidos de las conservas (17,7%). El marisco fue una de las categorías que más cayó, un 5,2% en consumo durante 2016.
También comimos en 2016 menos frutas, un 1,2% menos, que puede encontrar parte de explicación en un aumento del precio del 5%, hasta una media de 1,42€ el kilo. No experimentó esta bajada la segunda fruta más consumida, el plátano, del que compramos un 7,5% más. La fruta se lleva un 9,23% del presupuesto de la cesta y cada uno nos comemos casi 100 kilos anuales.
El pasado año consumimos la misma cantidad de hortalizas y patatas frescas que el año anterior, y nos gastamos 112€ por cabeza en ellas. Un tercio se fue en patatas, seguido de tomates, cebollas, judías verdes, pimientos y lechuga.
También tenemos que hablar de una bajada en el consumo del pan, del 3%, hasta los 34,6 kilos por persona y año.
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