Si alguien te dice que se acaba de inyectar botox, lo más probable es que mires si algo ha cambiado en la expresión de su frente o si han desaparecido sus patas de gallo. Pero aunque la toxina botulímica, su nombre genérico, es más conocida por su uso estético, lo cierto es que su origen nada tiene que ver (se utilizaba para tratar contracturas musculares graves) ni tampoco una de sus últimas utilidades descubiertas: la de calmar las temidas migrañas.
Aunque en adultos ya se utiliza desde hace tiempo, ha sido ahora un nuevo estudio presentado por la Asociación Americana de Anestesistas apunta a su efectividad también para niños. El nuevo estudio, presentado en la reunión anual de la Asociación Americana de Anestesistas Anesthesiology 2017 presenta resultados preliminares sobre la efectividad del botox como medicamento para el dolor producido por las migrañas cuando los pequeños no tienen otras opciones disponibles.
Hace ya alrededor de tres décadas que se descubrió que esta toxina, la misma capaz de contaminar las latas y producir botulismo, es capaz de bloquear de forma irreversible las uniones intramusculares (aunque su efectividad sea de tres a seis meses, hasta que los tejidos se regeneran).
Así, comenzó a usarse – inyectada – para tratar contracturas musculares graves, trastornos de las cuerdas vocales e incluso estrabismo o bruxismo. Al comenzar a tratarse también para dolores de cabeza y cuello de origen muscular, se relacionó un posible uso estético para la distensión de músculos faciales. Al ser inyectada en lugares estratégicos como el entrecejo o la zona exterior del ojo se relajaba la zona y eliminaban las arrugas.
El uso en migrañas del botox se descubrió de forma casual
Así se forjó la fama del producto, que consiguió otro beneficio inesperado para sus usuarios. Tras el tratamiento estético, muchos de ellos reportaron que sus dolores de cabeza habían disminuido o desaparecido. “Así se descubrió que, más allá de su capacidad de disminuir el tono muscular, la toxina botulímica es capaz de inhibir la circulación de neurotransmisores", explica Alfonso Vidal, jefe de servicio de Anestesia y Reanimación del Hospital Quirón Sur de Alcorcón.
El estudio en niños de la Universidad de California
Las migrañas provocan un impacto severo en la vida de los adultos – a nivel laboral – pero también de los niños, para quienes de momento sólo existe un medicamento preventivo. "Cuando los niños y adolescentes padecen migraña, sus vida diaria se puede ver gravemente afectada, tanto por su incapacidad para asistir al colegio como por sus calificaciones. Por eso necesitamos un tratamiento alternativo para aquellos que no han encontrado alivio ", ha dicho Shalini Shah, autor principal del estudio y jefe de la División de Medicina del Dolor en la Universidad de California. "Después del tratamiento, vimos una mejoría en los aspectos funcionales en todos los niños y adolescentes. De hecho, una paciente que tenía que ser hospitalizada mensualmente por su dolor de migraña antes del tratamiento con botox, bajó a una o dos migrañas al año y la situación repercutió en su vida y sus resultados escolares”, ha añadido.
Este nuevo estudio ha incluido a nueve niños y adolescentes de entre ocho y 17 años, que padecían migrañas graves de ocho a 29 días al mes. Se inyectó a todos toxina botulímica en la parte frontal y posterior de la cabeza y el cuello cada 12 semanas y se evaluaron durante un período de cinco años. Después del tratamiento, los pacientes experimentaron migrañas de dos a 10 días por mes. Además, cuando tenían migrañas, éstas duraban menos de la mitad y sus dolores perdieron intensidad.
En el caso de adultos y en España, el botox se usa como una alternativa de segunda línea, como explica Vidal: "Lo primero que se intenta cuando alguien viene por migrañas es hacer un cambio de hábitos y controlar excesos alimentarios o tóxicos, como el alcohol. Después se le plantean medicamentos preventivos, como vasodilatadores o neuromoduladores y analgésicos o triptanes para los síntomas", explica, "los medicamentos inyectados, como el botox, son además más caros y se utilizan cuando no ha funcionado lo anterior".
La ketamina, uno de los últimos descubrimientos
Esta droga disociativa popular en fiestas se conoce en el ámbito de la psiquiatría por sus propiedades en el tratamiento de la depresión, un último estudio la sitúa también como un posible tratamiento de las migrañas en personas que no responden a otros tratamientos.
Tres de cada cuatro pacientes que no respondían a otros tratamientos mejoraron con la ketamina
Según otro estudio también presentado en el encuentro anual de los anestesistas americanos, se analizó a 61 pacientes, de los cuales el 75% mejoró tras tratarse con ketamina entre tres y siete días. El coautor del estudio, director de anestestia en el Hospital Universitario Thomas Jefferson de Philadelphia, Eric Schwenk, ha asegurado que aunque el estudio se ha focalizado en el alivio a corto plazo, "el tratamiento tiene potencial en pacientes a largo plazo. Necesitamos más estudios con mayor número de pacientes". De momento, la keratina no se ha extendido aún como tratamiento para la migraña - solo está en pruebas en algunos hospitales como el de Philadelphia.
En España, se estima que más de 4,5 millones de personas sufren migrañas, 3,5 millones de forma ocasional y un millón de forma crónica, lo que significa que tienen migrañas al menos 15 días al mes. Durante las migrañas, quienes sufren estos fuertes dolores de cabeza suelen experimentar también sensibilidad a la luz y al sonido y, a menudo, náuseas o vómitos. Las migrañas son tres veces más frecuentes en las mujeres que en los hombres.
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