Vida Sana

Los jóvenes europeos saben poco de VIH

Mural contra el sida en Barcelona

Más de 160.000 personas se han infectado con el virus del VIH en Europa en 2017. La región europea es la única donde el número de casos ha aumentado con respecto a otras áreas del mundo. Además, la mitad de los afectados descubre tarde la infección, cuando la enfermedad empieza dar síntomas. Tres años es la media que pasa entre el contagio y el diagnóstico.

Son datos de la OMS y del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC). “La epidemia de VIH sigue creciendo en Europa con una velocidad alarmante sobre todo en el Este, donde se concentra el 80% de los casos”, alerta Zsuzsanna Jakab, Directora de la OMS para Europa.

En el Espacio Económico Europeo (Unión Europea más Islandia y Noruega) son 29.000 las nuevas infecciones registradas, más de 3.000 sólo en España. Sobre los diagnósticos tardíos, Andrea Ammon, médico y director del ECDC, sostiene que dos tercios (68%) de los nuevos casos de sida ocurren apenas tres meses después del diagnóstico por VIH. Para Ammon significa que estas personas han contraído la infección muchos muchos años antes sin haberse hecho la prueba.

En España se estima que viven entre 140.000 y 145.000 personas con el VIH, de las que un 18%, aproximadamente una de cada cinco, no está diagnosticada según los datos del Ministerio de Sanidad. A estos datos alarmantes se suma el resultado de una encuesta de la organización Youth Against Aids y la empresa de contactos Lovoo.

Los datos de 6.100 entrevistas muestran un claro desconocimiento de los adolescentes europeos sobre salud sexual. Apenas uno de cada cuatro jóvenes entre 16 y 21 años (24%) ha respondido correctamente al cuestionario sobre ETS (enfermedades de transmisión sexual). Entre los jóvenes españoles la media sube hasta el 26%, sin embargo el 15% afirma de no usar habitualmente el condón en comparación con el 24% del resto de los europeos.

También el Consejo General de Enfermería de España considera que los jóvenes han "perdido el miedo" a la infección y reclama fomentar un mayor uso de los test de diagnóstico rápido, sobre todo cuando se hayan tenido relaciones sexuales sin protección. Un test que, con un simple pinchazo en el dedo, permite saber, en apenas 30 minutos y con un grado de fiabilidad del 96 por ciento, si se ha contraído o no el VIH.

El diagnóstico precoz es fundamental para empezar el tratamiento con antirretrovirales y retrasar así la evolución de la infección. Una infección que ya no es mortal y temida como en los años 80, cuando empezó la epidemia, pero que todavía no dispone de una cura definitiva. De ahí el papel fundamental de la prevención.

Las personas en tratamiento desde las primeras etapas de la infección consiguen alcanzar el estatus de “indetectables”. El virus se reduce hasta el punto de no ser detectado por las analíticas. El VIH no desaparece, permanece latente, pero es incapaz de infectar otras personas.

Te puede interesar

Salir de la versión móvil