Ver a un niño o adolescente bebiendo Red Bull o Monster va a ser más difícil en Reino Unido a partir de marzo. Tres de las cadenas de supermercados más importantes de Reino Unido – Asda, Aldi y Sainsbury’s - van a prohibir la venta de bebidas energéticas a menores de 16 años.
Esta medida, que apoya la ya conocida polémica sobre las bebidas energéticas, ha conseguido su fuerza gracias a la campaña del popular chef británico Jamie Olivier, que bajo el hashtag #NotForChildren ha impulsado un movimiento para evitar que los niños y adolescentes consuman este tipo de bebidas.
12% of kids under 11 drink a whole litre of energy drink in one sitting! Protect our children @Jeremy_Hunt and put age restrictions on the sale of energy drinks to under 16s. #NotForChildren pic.twitter.com/f9B65pab64
— Jamie Oliver (@jamieoliver) January 16, 2018
Dice el tuit que el 12% de los niños menores de 11 años beben latas de estos refrescos de medio litro, que equivalen a dos cafés expresos y 12 cucharadas de azúcar. Los datos de un estudio realizado por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria confirmaban ya en 2013 que los adolescentes son los más fieles a este tipo de bebidas. Las toman el 68% de los adolescentes, frente al 30% de los adultos.
Cuatro de cada 10 adolescentes españoles entre 14 y 18 años toman cada mes bebidas energéticas
Según esos datos, el 18% de los niños entre tres y 10 años son consumidores de bebidas energéticas, de los que el 16% hacen un consumo "crónico alto", de 0,95 litros a la semana. Y entre los 10 y los 18 años las bebe el 68%, un 16% de forma "crónica alta" con un consumo medio de siete litros al mes.
En España, el último informe del Observatorio Español de las Drogas y las Toxicomanías sitúa el consumo de las bebidas energéticas en adolescentes de entre 14 y 18 años en el 40% en el último mes, con una mayor prevalencia (49,7%) entre los chicos. Tanto en chicos como en chicas, el mayor aumento del consumo se sitúa entre los 15 y 16 años, y su consumo está muy ligado al alcohol y drogas. En concreto, el 47,5% de los adolescentes que han tomado alcohol han tomado bebidas energéticas y dos de cada tres que han tomado cocaína, también han tomado bebidas energéticas.
La mitad de los jóvenes reportan efectos negativos
Desde cefaleas a arritmias, pasando por insomnio. Esta misma semana, un estudio realizado por la Universidad de Waterloo (Canadá) con más de 2.000 entrevistas a niños y jóvenes de 12 a 24 años arrojó datos negativos sobre los efectos de las bebidas energéticas: más de la mitad (55,4%) aseguró tener algún efecto negativo tras tomar este tipo de bebidas. En concreto, el 24,7% aseguró haber tenido palpitaciones, otro 24,1% reportó dificultades para dormir, un 18,3% afirmó haber tenido vómitos, diarrea o náuseas y un 3,6% aseguró haber experimentado dolor en el pecho. El 3,1% afirmó que había solicitado o considerado pedir asistencia médica.
"Las mal llamadas bebidas energéticas no aportan nada y ponen al paciente en riesgo. Hay que desmitificar los efectos que prometen, que no son tales, y evitar su consumo, especialmente ligado al alcohol o al deporte", afirma Paola Beltrán, cardióloga y vocal de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). "Cuando se combinan con alcohol, estas bebidas enmascaran el efecto depresor del alcohol, por lo que hacen más probable que se beba más. Si se toman cuando se está haciendo deporte, el riesgo de arritmias [como acaba de confirmar el estudio canadiense] aumenta, y estas arritmias se relacionan con eventos tan graves como la muerte súbita", añade la cardióloga.
Beltrán subraya, además, "el desbalance nutricional" de estas bebidas, "que llegan a aportar hasta 20 cucharadas de café según la marca". Una cantidad que se une a la cafeína y a otras sustancias "que no son recomendables, como el guaraná o la taurina, lo que hacen que desestimemos totalmente este tipo de bebidas desde el punto de vista de la cardiología", concluye.
La posición de la industria en España
En España, el debate aún no ha alcanzado el protagonismo que en Gran Bretaña aunque ya ha habido iniciativas, como la del PSOE en el Congreso, que ha solicitado en dos ocasiones que se realicen estudios que puedan confirmar los efectos de este tipo de bebidas en la salud.
La industria en España se muestra contraria a la prohibición aunque reconoce que estas bebidas están "destinadas a la población adulta"
Por su parte, la Asociación Nacional de Bebidas Refrescantes (Anfabra) que agrupa a los productores de esta bebida, se muestran contrarios a la prohibición aunque reconocen que estas bebidas están "destinadas a la población adulta". Además, insisten en que "la industria europea de bebidas refrescantes ha adoptado voluntariamente un código sobre el etiquetado, comunicación y marketing de las bebidas energéticas que va más allá de la
legislación. Por ejemplo, se incluye en la etiqueta de las bebidas la advertencia de “consumir de forma moderada” con esta u otra redacción similar que pueda entender el consumidor". Por todo ello, su apuesta es la de "una línea de información clara y recomendación de un consumo moderado y responsable de las bebidas energéticas", según explican en un comunicado oficial.
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