Vida Sana

Plaguicidas en los ríos: el 70% son ilegales y la mitad son disruptores endocrinos

Un informe de Ecologistas en Acción con datos oficiales pone el foco en estas sustancias que interfieren en las hormonas y que se relacionan con tumores como el de mama o próstata y problemas de desarrollo uterino, desde abortos a malformaciones.

Presencia de plaguicidas en los ríos españoles: sustancias prohibidas y disruptores endocrinos. | EP

Además de peces, todos los ríos españoles tienen algo en común: plaguicidas. El informe "Ríos Hormonados" que acaba de presentar Ecologistas en Acción denuncia la alta presencia de plaguicidas en las cuencas hidrográficas, con un elevadísimo porcentaje de sustancias prohibidas desde hace años - el 70% - y de los llamados disruptores endocrinos, sustancias que interfieren en la acción de las hormonas y que se relacionan con problemas de salud para los seres humanos.

Estos disruptores endocrinos, sobre los que el informe pone el foco, interfieren en las glándulas que secretan las hormonas y son responsables según diversos estudios de problemas en el desarrollo uterino (abortos, malformaciones, y problemas de desarrollo que podrían derivar en obesidad o diabetes en la edad adulta), tumores de órganos hormodependientes como mama, útero o próstata, y problemas metabólicos y de desarrollo neurológico. El problema de los disruptores endocrinos es mayor puesto que actúan incluso a muy bajas dosis. Además, 19 de los 26 detectados están prohibidos.

El Júcar, el río más contaminado

El informe, que Ecologistas en Acción ha realizado con la asociación Pesticide Action Network Europe, ha contado con los datos oficiales de los Programas de Vigilancia de Calidad de las Aguas de las 10 cuencas que le han dado la información (que es pública, aunque ni Guadalquivir, Canarias, Tinto-Odiel, c. Mediterráneas Andaluzas ni Guadalete-Barbate han dado datos). En total, se encontraron 47 sustancias plaguicidas de 104 analizadas.

"La agricultura en España está en un círculo vicioso", denuncia Ecologistas en Acción

El Júcar es el río más contaminado, con presencia de 34 de los 57 plaguicidas analizados (22 prohibidos). Le sigue el Ebro, con 21 de las 37 sustancias analizadas, de las que 18 están prohibidas. En el País Vasco se detectaron 17 de las 55 sustancias analizadas, 15 de ellas prohibidas. En el Tajo se detectaron 15 de 17 plaguicidas analizados y en el Miño-Sil 13 de 58. Por el contrario, Galicia Costa y el Cantábrico son las cuencas con menos presencia de pesticidas, algo que según el informe se debe a la poca presencia de Agricultura Intensiva.

"La agricultura en España está en un círculo vicioso, los agricultores no tienen información ni asesoramiento o apoyo para buscar alternativas", ha dicho Dolores Romano, responsable de políticas de sustancias químicas en Ecologistas en Acción, que también ha denunciado "la dejadez de las Administraciones en el control del uso de sustancias ilegales", que son el 70% de las encontradas.

El informe analiza los datos de las cuencas en 2016 y 2012, con un aumento, en general, de las sustancias detectadas.

Los plaguicidas más encontrados son insecticidas (48%), seguidos de herbicidas (44%) y fungicidas (8%). "Según los datos de Eurostat, el 43% de los ríos de Europa superan los niveles permitidos por las normas de calidad ambiental y España es el país europeo que más pesticidas utiliza", ha indicado Romano, que ha anunciado que la organización remitirá el informe al Ministerio de Sanidad y pedirá al Gobierno un "plan de choque para reducir un 50% el uso de pesticidas en 10 años, como ya lo están haciendo con éxito países como Francia o Dinamarca".

El glifosato, en el punto de mira

Aunque es el herbicida más usado del mundo y su uso divide a la Unión Europea (que acaba de prorrogar su autorización durante cinco años), la presencia de glifosato solo se ha analizado en cinco cuencas. En el Júcar, una de ellas, se detectó glifosato en todas las muestras analizadas. También se detectó su presencia en el Tajo y en el País Vasco.

Otra de las sustancias con mayor presencia es el cloropirifos, un insecticida cuyos efectos, según el informe, están demostrados sobre el sistema nervioso de los seres humanos. Causa neurotoxicidad en el desarrollo, según el informe,  así como deterioro cognitivo en bebés. Este insecticida fue, además, el más detectado en alimentos en un estudio de la ONG en 2014.

Además, el informe subraya la peligrosidad de la mezcla de sustancias, especialmente en las cuencas del Júcar (34) o el Ebro (21). Los estudios han mostrado que la exposición a mezclas de plaguicidas disruptores endocribos pueden multiplicar la toxicidad de cada uno de ellos, advierten.

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