Sin el trabajo de más de tres décadas de Nubia Muñoz no existiría la vacuna contra el virus del papiloma humano. Sin la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) no tendríamos herramienta alguna para luchar contra el cáncer de cérvix o cuello de útero. Esta lógica es la que se aplica para otorgar buena parte de los premios Nobel compartidos. Sin embargo, Nubia Muñoz (Cali, 1940) nunca obtuvo ese reconocimiento. Ahora acaba de recibir el Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA en Cooperación.
Mujeres investigando sobre enfermedades de mujeres. "Hay mucho que hacer en cuestión de género; hay pocas que han llegado a posiciones de mando en el ambiente científico", sentencia Muñoz desde Colombia, país que ha visto amenazado su programa de vacunación por un caso muy mediático: quince alumnas de un colegio de la localidad de El Carmen de Bolívar sufrieron en 2014 desmayos simultáneos que fueron pronto achacados a su vacunación contra el VPH.
En Colombia la vacuna es opcional tras una reacción adversa no probada que se hizo muy mediática
El efecto bola de nieve llevó a un colectivo a recopilar más casos y llevarlos a los tribunales. Las afectadas presentaban síntomas y posteriores enfermedades muy diversas que, sin evidencia científica, fueron consideradas producto de la vacuna. Recientemente, la Corte Constitucional falló que, si bien no se podía prohibir el uso de la vacuna, sí sería de aplicación voluntaria. Muñoz ha sido acusada en blogs antivacunas y de conspiraciones de tener intereses comerciales en la industria farmacéutica y ésta, a su vez, de falsear estudios a hasta de incluir "ingredientes no revelados" en los placebos de los ensayos clínicos.
Para Muñoz, después de quedarse sin Nobel, su batalla es la de la vacunación universal. "El premio más grande fue cuando Colombia introdujo esta vacuna en su programa de inmunización. El dolor vino después, cuando vi que los rumores, la ignorancia y mal manejo de los medios están arruinando este programa que iba tan bien. A causa de un episodio, el programa se vino abajo. Tenemos que divulgar. Es una pena no usar esta oportunidad tan grande para evitar el segundo cáncer más importante en mujeres en países en vías de desarrollo", lamenta la epidemióloga. Según datos de la Academia Nacional de Medicina, en 2016 apenas se vacunó a un 16% de las niñas, frente al 96% de los años anteriores al caso de El Carmen de Bolívar.
"Esta vacuna es de las mejor desarrolladas", señala la investigadora, "no existe otra superior a esta. Se ha visto que produce sólo reacciones locales. Enfermedades que se le han achacado carecen de evidencias. Todos los comités de seguridad han sido revisados por cada país que la usa y la OMS. Lo contrario es pura ignorancia, rumores y mala información difundida por redes sociales".
Una vacuna para ricos
Nubia Muñoz perdió a su padre, agricultor, por la difteria. Una enfermedad infecciosa cuya muerte es evitable fácilmente con un tratamiento antibiótico. El problema es que la penicilina no estaba extendida en la Colombia de los años cuarenta. Esto es parecido a lo que ocurre hoy en decenas de países en vías de desarrollo con las vacunas. Algunas de ellas son demasiado caras. Es el caso de la del VPH.
"Nuestra investigación fue necesaria para orientar a las primeras farmacéuticas, Merck y GSK. La última versión es capaz de prevenir el 90% de los cánceres. Si logramos incluirla en los programas de inmunización, erradicaremos este cáncer. El problema es que lo pueden comprar los países ricos".
Si logramos incluirla en todos los programas de vacunación, erradicaremos este cáncer.
Una de las claves actuales es ver su grado de eficacia con apenas una dosis. La vacuna contra el VPH está disponible desde 2006. Es eficaz no sólo contra el cáncer de cérvix, sino en el 80% de casos de cáncer de ano; el 60% de cáncer vaginal; el 40% de cáncer de vulva y algunos casos de cáncer bucofaríngeos.
El papel de esta vacuna es determinante en países en desarrollo, donde pocas mujeres tienen acceso a técnicas de detección de lesiones precancerosas –mediante citologías periódicas–, y por tanto la enfermedad se detecta muy tarde. "El 86% se da en países pobres", apostilla Muñoz. De hecho, el cáncer de cuello de útero está entre las tres primeras causas de muerte por cáncer en mujeres de estos lugares.
El virus puede no provocar síntomas. O ser eliminado por el organismo sin más. En otros casos, provoca verrugas, tanto en mujeres como en hombres. Ellos pueden ser portadores y vectores de contagio sin saberlo. "Hay países que lo han incluido en su programa para niños varones, para crear una inmunidad de rebaño evitando al contagio a mujeres, especialmente en Estados Unidos, donde la cobertura es de apenas el 50%".
Mantener los estudios y los chequeos a pacientes es clave para evitar la propagación y saber aún más sobre este tipo de cáncer. “Hay que tomar muestras de tumores y hacer cálculos, tratar a los pacientes. La investigación es muy importante. Podría erradicarse la infección, pero se han utilizado los estudios para la prohibición cuando se ha confirmado que las citologías vaginales detectan hasta un 80% de los casos". La información veraz es, para Muñoz, la única vacuna contra las fake news. Aún está en desarrollo.
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