Hasta ahora, podíamos ver un cerebro aquejado del mal de alzhéimer cuando la enfermedad ya se había desarrollado. Pero un equipo liderado por Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC) ha podido observar los cambios en el aspecto de un cerebro, aún sano, de una persona portadora de una variedad de un gen que lo predispone a padecer alzhéimer.
Aunque en sentido estricto no se considera una enfermedad hereditaria, el papel de la genética se ha revelado clave. Todas las personas nacemos con un gen llamado APOE. Se puede presentar de distintas formas, como resultado de la combinación de los alelos (versiones) Ɛ2, Ɛ3 y Ɛ4. En este caso, el alelo Ɛ4 es el que produce mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de alzhéimer. Estudios previos han demostrado que está vinculado a la acumulación de la proteína betaamiloide y el deterioro cognitivo. Por lo tanto, las personas con mayor riesgo son las que presentan las dos copias Ɛ4, y en segundo lugar, las que presentan al menos una copia.
Es el mayor el estudio de neuroimagen con personas genéticamente predispuestas
Para analizar el papel del APOE-Ɛ4 en la morfología cerebral, los investigadores del BBRC seleccionaron a 533 participantes de entre 45 y 76 años que se habían sometido a una resonancia magnética cerebral en la Fundación Pasqual Maragall. De estos participantes, 261 no eran portadores del alelo Ɛ4, 207 tenían una copia del alelo Ɛ4, y 65 eran portadores de las dos copias.
Estas cifras convierten el estudio de neuroimagen en la mayor muestra analizada en el mundo con personas con dos copias del alelo Ɛ4 del gen APOE. Las imágenes cerebrales de las personas homocigóticas Ɛ4 fueron comparadas con las de otros participantes con menor riesgo genético de desarrollar alzhéimer, utilizando una técnica de neuroimagen.
En el estudio, los investigadores del BBRC han detectado alteraciones morfológicas cerebrales en personas cognitivamente sanas portadoras del gen que confiere el mayor riesgo genético de desarrollar la enfermedad de alzhéimer. "Las diferencias morfológicas que hemos detectado están relacionadas con la enfermedad , ya que se presentan en áreas cerebrales como el hipocampo, que es la primera en sufrir la neurodegeneración", destaca el Dr. Juan Domingo Gispert, jefe de investigación del BBRC.
Menos materia gris en el hipocampo
En concreto, han detectado que el número de alelos Ɛ4 del gen APOE determina de forma proporcional un menor volumen de sustancia gris en áreas cerebrales como el hipocampo. Por otro lado, también han descubierto un aumento del volumen de la sustancia gris en el tálamo, el lóbulo occipital y el córtex derecho frontal. Este aumento podría estar determinado por mecanismos neuroinflamatorios asociados a la acumulación de placas de la proteína betaamiloide, que se produce en la fase preclínica de la enfermedad.
El doctor Raffaele Cacciaglia, autor principal del estudio, destaca que "hemos puesto de manifiesto diferencias en la morfología cerebral de personas sanas, sin síntomas cognitivos de la enfermedad de alzhéimer, que son proporcionales al número de alelos Ɛ4 del gen APOE que presentan, y que aumentan el riesgo genético de desarrollar la enfermedad". Previamente, este tipo de asociación se había hallado en otros marcadores de neuroimagen, como el acúmulo de amiloide o el consumo cerebral de glucosa, pero nunca en la estructura cerebral de personas cognitivamente sanas.
Nunca se habían visto estos signos en la estructura cerebral de personas cognitivamente sanas.
Asimismo, la investigación también ha permitido revelar que las alteraciones en el volumen de la sustancia gris cerebral en las personas con mayor riesgo genético de sufrir alzhéimer empiezan a desarrollarse a partir de los 60 años, una edad que coincide con el inicio de la acumulación de la proteína betaamiloide en el cerebro.
La investigación ha sido posible gracias a las pruebas de resonancia magnética realizadas en el marco del Estudio Alfa, con nada menos que 2.743 voluntarios familiares de enfermos de alzhéimer. Se prestan durante horas para que les hagan pruebas para siete investigaciones concretas. Está impulsado por la Fundación La Caixa, y es la mayor cohorte del mundo de portadores del gen APOE-Ɛ4 que se han sometido a esta prueba de neuroimagen.
Dentro de un cerebro enfermo
El Independiente visitó en 2016 el Banco de Cerebros CIEN. Allí se pueden ver cerebros donados por personas sanas y con demencias. En este vídeo se pueden observar claramente sus diferencias, una vez diseccionados.
Alrededor de 47,5 millones de personas en el mundo padecen demencia, y cada año se registran 7,7 millones de nuevos casos. De ellos, casi el 70% son mal de Alzheimer. El Parkinson, con más de 160.000 enfermos en España, y otras patologías degenerativas del sistema nervioso suponen un reto para los expertos en salud pública. Cada vez vivimos más años y la vejez es un factor de peso para que debuten estas enfermedades. | Vídeo: Mario Viciosa, América Valenzuela.
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