El abuso de antibióticos, que muchos expertos califican ya como uno de los grandes retos para la salud global, ha sido de nuevo el tema central en una reunión de coordinación de alto nivel en la ONU para tratar la resistencia a los antibióticos. Allí, el director general de la Fundación para la Alimentación de la ONU, José Graziano da Silva, ha recordado que los medicamentos son importantes para proteger la salud de los seres humanos y los animales, pero siempre que se usen de manera responsable.
“La FAO defiende –ha explicado- que los antibióticos y otros antimicrobianos solamente deben utilizarse para curar enfermedades y aliviar sufrimiento innecesario. Solo en circunstancias muy determinadas deben emplearse para prevenir una amenaza inminente de infección”. Tras recordar que los antimicrobianos siguen siendo utilizados para estimular el crecimiento -especialmente en el sector ganadero y en la acuicultura-, el Director General de la FAO ha advertido que tales prácticas “deberían eliminarse de inmediato”. También ha señalado que sería necesario detener el uso de antimicrobianos como biocidas en los cultivos, situación que está provocando que algunos hongos se vuelvan más resistentes a los tratamientos.
Graziano da Silva ha hablado Francia, durante una reunión del Grupo de Coordinación Interinstitucional sobre Resistencia a los Antimicrobianos, que incluye a la FAO, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE). El uso -y abuso- cada vez mayor de medicamentos antimicrobianos en el tratamiento tanto de personas como de animales, ha contribuido a un aumento en el número de microbios causantes de enfermedades que son resistentes a los fármacos utilizados para tratarlos, como los antibióticos.
Esto hace que resistencia a los antibióticos (AMR) sea una amenaza creciente que podría provocar a hasta 10 millones de muertes anuales, y más de 100 billones de dólares EEUU en pérdidas para la economía mundial en el año 2050, según algunos estudios. Y además de los riesgos para la salud pública, esta resistencia tiene implicaciones para la inocuidad alimentaria, así como para el bienestar económico de millones de familias de agricultores en todo el mundo.
Graziano da Silva ha subrayado que hasta la fecha solo 89 países han indicado que cuentan con un sistema para recopilar datos sobre el uso de antimicrobianos en los animales de granja y que “la resistencia no se resolverá en unos pocos años. Necesitará atención y orientación permanente”. Solo trabajando de forma conjunta, la comunidad internacional podrá abordar los desafíos que la plantea la AMR para el desarrollo sostenible”, ha dicho, subrayando el importante papel no solo de los gobiernos, sino también de la sociedad civil y el sector privado.
El Plan de Acción de la FAO sobre la AMR busca mejorar la concienciación sobre este problema y las amenazas asociadas; desarrollar la capacidad de vigilancia y seguimiento; fortalecer la gobernanza; y, promover buenas prácticas y un uso prudente de los antimicrobianos. Dentro de los esfuerzos para implementar el plan de acción, la FAO apoya a los países y las comunidades rurales. “Esto es especialmente importante allí donde la legislación, la vigilancia regulatoria y los sistemas de seguimiento son débiles o inadecuados”, según Graziano da Silva.
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