Ser testigo de una pedida de mano puede ser una anécdota entrañable para un médico. Si el anillo de pedida está en el interior de un huevo kinder atrapado dentro de la vagina de la novia y eres el médico que lo extrae en presencia de los novios, la historia tiene un extra de humor y locura. “En Reino Unido es costumbre que el 29 de febrero sean ellas quienes piden matrimonio. Esta pareja llegó al hospital y ella no había advertido al chico. Cuando al fin conseguí sacar el huevo, ella me pidió que se lo pasara al novio para que lo abriera. Él respondió que sí, supongo que por miedo a decir que no después de todo lo que había pasado…”. Adam Kay es ese médico y el autor de Esto te va a doler, un diario de sus seis años como médico residente y adjunto que ha sido premiado como libro del año en Reino Unido. Acaba de llegar a las librerías españolas con Planeta.
La obra ha sido premiada como libro del año en Reino Unido y acaba de llegar a España
Aunque el libro de Kay está repleto de anécdotas divertidas, lo cierto es que en sus páginas hay también mucho drama. Porque en él se mezclan las situaciones más absurdas y cómicas pero también las más tristes y miserables de un Sistema de Salud afectado por continuos recortes y que mantiene a médicos “trabajando 100 horas a la semana”, cuenta Kay a El Independiente.
Él dejó la profesión en 2010 – los motivos los revela en el libro – para ser guionista y humorista y decidió escribir el libro en 2015. Reino Unido vivía una huelga de médicos por la intención del Gobierno de aprobar un nuevo contrato que empeoraba sus condiciones laborales. “El ministro de Sanidad Jeremy Hunt presentó a los médicos como unos avariciosos que sólo querían cobrar más cuando la realidad está muy lejos de eso. Yo sólo quise presentar el punto de vista de un médico, para que el público pueda también tener acceso al otro lado de la historia”, explica.
Kay explica que decidió escribir el libro tras una huelga de médicos en 2015 en la que el ministro de Sanidad les calificó de "avariciosos"
Ese lado de la historia es el de “cuántas horas trabajan los médicos, cómo eso les influye en su vida personal, o simplemente que también son seres humanos que se ponen tristes y cometen errores”, explica quien perdió a su pareja y casi toda su vida personal durante sus años como médico. Kay, que lleva meses de gira con un monólogo sobre el libro y ya está adaptando un guión televisivo, se abre en el libro con sus historias más personales. “Lo que más me marcó, aparte del motivo por el que dejé de trabajar en esto, ocurrió durante mi primer año de residente. Una mujer de la edad de mi madre me llamó en el turno de noche y me contó que le habían diagnosticado un cáncer terminal. Me empezó a contar sus preocupaciones y para mí fue un privilegio como médico estar allí, escuchándola abrirse a mí como seguramente no lo había hecho a nadie. Estuve con ella dos horas, el tiempo más largo que he pasado con un paciente sin anestesiar”, relata.
Kay asegura que cuando él decidió dejar de ejercer la medicina en 2010 era una rara avis pero actualmente hay muchos profesionales que lo están haciendo. “Hoy día veo en Facebook muchos doctores que se van al extranjero, que pasan a trabajar en empresas farmacéuticas o, como uno que conozco, dejan la profesión para ser bomberos. ¡Imagínate la situación cuando ser bombero es menos estresante que ser médico!”, afirma.
¡Imagínate la situación cuando ser bombero es menos estresante que ser médico!”, afirma Kay
Se pueden establecer similitudes entre la situación de los Sistemas de Salud español y británico, aunque Kay lamenta que la situación en Reino Unido es aún más acuciante. “Por un lado, necesitamos una inyección de fondos si queremos que la Sanidad siga viva. Por otro, tenemos que cambiar la idea sobre el médico y reconocer que si tiene un problema de salud mental, hay que reconocérselo y no ignorarlo. Quizás sea necesario contratar consejeros o asistentes, o darles más tiempo libre”, añade. Los datos que ofrece Kay de la profesión no son nada alentadores, como que el 85% de los médicos británicos ha sufrido algún problema de salud mental y que el 13% de ellos había admitido tener ideas suicidas.
Él no pudo más aunque, hoy día, reconoce que lo echa de menos: “Soy más feliz porque tengo un equilibrio entre mi vida laboral y personal. Antes sólo tenía vida laboral porque no hacía otra cosa que trabajar. Ahora tengo vacaciones., un círculo social y una vida equilibrada, pero echo en falta la sensación de al final del día, aunque llegue a casa tres horas más tarde, de haber hecho algo bueno”.
Dejar la medicina le ha hecho ganar en equilibrio de vida familiar y laboral
Desde luego, como escritor ha vuelto a hacer algo bueno por la profesión, ya que ha conseguido, “con honestidad y humor”, abrir la profesión médica a un público mayor “que el que leería la biografía de un cirujano”, como él mismo reconoce. “No me esperaba el éxito del libro, y lo que me ha demostrado es cuánto amamos al Sistema de Salud, al fin y al cabo todos interaccionamos con él”, afirma.
Preguntado por si aún tiene más anécdotas para contar en otro libro, Kay asegura que dejó fuera aquellas que le “hubieran llevado a la cárcel por revelar la identidad de algún paciente famoso o las que eran demasiado asquerosas” a juicio de su editor. De estas últimas nos deja una, para recordar que el libro está pensado para que el lector se ría: “Una vez me tocó asistir a un hombre que quería dar una sorpresa de cumpleaños a su novia. Se le ocurrió embadurnarse el cuerpo de pintura de chocolate y tumbarse en la mesa de la cocina. Se provocó una erección para colocar en su pene una vela fina encendida que ella pudiera soplar. Lo que no calculó es que la vela encendida generaría una cera caliente que entraría directamente a su vejiga provocándole dolores insoportables…” Una historia en la que, para colmo, “todo sucedió antes de que ella llegara a ver la sorpresa. Al menos él se recuperó”, concluye entre risas.
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