Aunque lo habitual es oír los beneficios de andar descalzos por la orilla de la playa, los podólogos advierten que este ejercicio puede conllevar riesgos. Especialmente si hay una pendiente, la inclinación puede afectar negativamente a los tobillos, las rodillas y las caderas.
“Pasear por la orilla está muy bien, siempre que el suelo sea plano. El cuerpo necesita un equilibrio cuando camina y si no lo tiene puede cargar excesivamente las articulaciones y acarrear molestias”, afirma Mayte García, presidenta del Colegio de Podólogos de la Comunitad Valenciana.
El cuerpo necesita un equilibrio cuando camina y si no lo tiene puede cargar excesivamente las articulaciones
“El contacto del pie con la arena junto al mar no siembre es beneficioso ya que sobrecarga la musculatura y puede provocar lesiones si los paseos son largos”, añade el presidente del Colegio de Podólogos de Andalucía, Jorge Barnés, en un comunicado. “Hay personas a las que sí les puede venir bien pero ante cualquier mínima molestia recomendamos acudir al podólogo para que realice el estudio biomecánico necesario que indicará si es aconsejable o no”, apunta Barnés.
García hace hincapié en las personas que ya sufren alguna patología previa, como artrosis: “Se puede agravar la sintomatología y causar más daño a personas que ya tuvieran algún problema anterior”.
Si la orilla tiene inclinación, por tanto, la podóloga plantea como alternativa la arena seca, “recomendable especialmente para personas con debilidad muscular”. Sin embargo, esta opción tampoco es idónea para un paseo largo, ya que “es mejor caminar por una superficie estable”. También el Colegio de Podólogos de Andalucía recomienda no andar demasiado por la arena seca, ya que “el hundimiento del pie fomenta la tensión muscular y la inestabilidad”.
Con la arena seca también hay que tener especial cuidado en las horas de más calor, ya que los pies podrían sufrir quemaduras.
No estamos preparados para andar mucho descalzos
Los podólogos recomiendan aprovechar el verano para realizar largas caminatas, pero teniendo en cuenta estos consejos, García apuesta por echar mano de los calcetines y las zapatillas deportivas y caminar por zonas preparadas, “como carriles bici o de senderismo”. Porque aunque tenga beneficios, García alega que “nuestro cuerpo no está preparado para andar todo el día descalzo”.
Al llegar a casa, lo mejor para la recuperación es “hacer el contraste metiendo los pies en agua fría"
Y al llegar a casa, lo mejor para la recuperación, asegura García, es “hacer el contraste metiendo los pies en agua fría. Esto activará el torrente sanguíneo y facilitará la recuperación de la fatiga y el cansancio de los pies”.
Sobre los sprays y productos que combaten la inflamación y prometen una recuperación rápida de los síntomas de pies y piernas cansadas, García se muestra cauta y asegura que “no se debe usar ninguno sin consultar antes a un especialista”.
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