Llega el final de la jornada y nos rendimos en brazos de Morfeo para disfrutar del sueño reparador que recargará la energía necesaria para afrontar un nuevo día. Sin embargo, las altas temperaturas, la humedad y el tiempo bochornoso no permiten un correcto descanso y esto empeora con las olas de calor. Este verano en España esta siendo menos caluroso que los últimos años pero no por eso se duerme mejor, ya que hay que “tener en cuenta que el rango de temperatura ideal para dormir oscila entre 18 y 25 grados centígrados y por lo tanto cuando las temperaturas mínimas son altas, es más difícil conciliar el sueño”, señala la doctora Patricia Lloberes, miembro de la Junta directiva de la Sociedad Española de Sueño (SES).
A pesar de tener menos temperaturas, este verano el fenómeno de ola de calor también ha hecho su aparición. Fue a principios de agosto cuando los termómetros subieron por encima de los 40 grados. Según un estudio sobre este fenómeno de Aemet, “desde 1975 sólo ha habido diez veranos sin olas de calor (los últimos en 2014, 2010, 2002 y 2000) y desde ese año se han registrado un total de 56 olas de calor en la Península y Baleares y 37 en Canarias, siendo el año pasado el que más olas de calor hubo con un total de 5”.
El cambio climático provocará, según los estudios, un aumento de la temperatura media entre 2 y 4,9 grados a finales del presente siglo provocando noches de sueño insuficiente. “Debido a este aumento de la temperatura, sobre todo en verano, se produce alteraciones del sueño porque es más difícil conciliarlo con la temperatura ambiente por encima de la óptima pero también por los despertares que se puede sufrir” explica la directiva de la Sociedad Española de Sueño, quien añade que “cabe señalar que el sueño fisiológico se compone de 3 o 4 ciclos (compuestos por una progresión desde sueño superficial a sueño profundo y luego sueño REM aproximadamente cada 90 minutos). El calor puede provocar despertares que alteren la adecuada progresión de estos ciclos de sueño”. Buscar fórmulas para luchar contra el cambio climático no solo nos acercará a la consecución de Objetivo de Desarrollo Sostenible número 13 sino que también lo hará con el tercero pues la salud y el bienestar está muy ligado con el calor.
Las noches de sueño insuficiente se están convirtiendo en un problema de salud global ya que el calor no es el único problema a la hora de dormir. Según la Asociación Mundial de Medicina del Sueño “los problemas de sueño constituyen una epidemia global que amenaza la salud y la calidad de vida de más del 45% de la población mundial”. En España según la Sociedad Española de Neurología (SEN) una de cada tres personas sufre alguna patología del sueño y aunque se pueda tratar, menos de un tercio acuden a especialistas para buscar ayuda. Además, al menos un 10 % de los problemas de sueño son trastornos crónicos o graves.
Pero dormir poco no solo afecta al día siguiente cuando el cansancio no recuperado hace su aparición. El sueño insuficiente, consistente en que la persona no consigue dormir de una forma persistente la cantidad de sueño necesaria para mantener unos niveles normales de alerta durante el día, puede provocar síntomas si es algo puntual o enfermedades si el problema se mantiene en el tiempo. “La falta de sueño puede producir alteraciones a corto plazo, como disminución de la atención, disminución del rendimiento en el trabajo, alteraciones del humor, falta de energía para realizar las actividades que desearíamos, incluso riesgo de accidentes laborales y de tráfico. Además, a largo plazo puede contribuir a empeorar el control metabólico y ser un factor de riesgo cardiovascular”, señala la doctora Lloberes.
Remedios para conciliar el sueño con calor
Infinidad de remedios y consejos existen para hacer más llevadero el calor a la hora de dormir. Desde mantener la habitación fresca a la hora de irse a la cama pasando por utilizar ropa de cama de algodón, una ducha, ingerir alimentos ligeros o estar correctamente hidratados.
Según explican desde la Sociedad Española de Sueño (SES), “las hábitos de higiene del sueño consisten en ajustar nuestro horario de sueño a las horas que necesitamos para sentirnos bien, tener un horario de sueño regular, evitar siestas prolongadas, evitar la exposición a la luz intensa antes de acostarse, evitar calor, ruido y luz ambiental, así como evitar el consumo de sustancias excitantes (alcohol, tabaco, bebidas energéticas o cafeína) en las horas previas al sueño. Para evitar el calor excesivo no hay más remedio que ayudarse con una ducha templada antes de acostarse, aire acondicionado moderado o ventilador”.
Ahora, te proponemos un podcast ideal para irse a la cama, al ritmo de Chopin y la fisióloga del sueño Milagros Merino. El sueño, más allá de los consejos para dormir. | Podcast: Mario Viciosa
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