La nueva epidemia de ébola que azota la República Democrática del Congo lleva ya 40 días en las provincias de Kivu Norte e Ituri, donde Médicos Sin Fronteras (MSF) ha tratado ya a 83 pacientes confirmados de esta enfermedad. En total, desde el pasado 1 de agosto, son 131 casos, de los cuales 100 han sido confirmados por laboratorio y otros 31 son casos probables, pero que murieron antes de poder ser diagnosticados.
De los pacientes que dieron positivo por Ébola y fueron ingresados en el CTE de MSF de Mangina, 32 se han recuperado y regresado con sus familias, mientras que dos siguen bajo tratamiento y otros siete aún están esperando a recibir el resultado de sus tests.
"Estamos en un punto crucial de la epidemia", afirma Berangère Guais, coordinadora de emergencias de MSF en Beni. “El número de pacientes en el centro de tratamiento se ha reducido significativamente, pero han surgido nuevos casos de varias cadenas diferentes en los últimos días. Debemos continuar trabajando con la comunidad para generar confianza y garantizar que todas las personas que presentan síntomas sean rápidamente aisladas y diagnosticadas. No podemos bajar la guardia hasta que la epidemia llegue a su fin".
El 31 de julio, un día antes de que el Ministerio de Sanidad de la RDC declarase la epidemia, los equipos de MSF que trabajaban en el hospital en la cercana localidad de Lubero, recibieron la alerta de un posible brote y se desplazaron hasta Mangina, el epicentro de la epidemia.
Inmediatamente pusieron en marcha una respuesta contra el virus en colaboración con las autoridades sanitarias congoleñas. Durante los días siguientes, otros trabajadores de la organización con experiencia en Ébola llegaron desde varios puntos del país y del resto del mundo para formar a los trabajadores locales y al personal del Ministerio y para reforzar a los equipos. Los objetivos principales de MSF en la presente epidemia son el cuidado de los enfermos y evitar la propagación del brote.
"Sabíamos que teníamos que actuar rápido. Cuando llegamos, vimos que el centro de salud local en Mangina estaba abrumado. Varios miembros del personal sanitario estaban enfermos y el número de pacientes aumentaba a diario. Hacían todo lo que podían, pero todos estaban hacinados en una sala del hospital. Tuvimos que actuar rápidamente para mejorar la situación, tanto para los pacientes como para el personal del centro", explica Patient Kamavu, un experimentado enfermero del equipo de respuesta rápida a emergencias de MSF en República Democrática del Congo.
Tres días después, el 6 de agosto, habíamos conseguido ya mejorar la seguridad de la unidad de aislamiento en un pabellón del Centro de Salud de Mangina y construido otra dentro del Hospital General de Referencia en Beni. También comenzamos la construcción de un centro de tratamiento en Mangina. El CTE de Mangina se inauguró el 14 de agosto y cuenta con una capacidad para atender a 68 pacientes y puede aumentarse a 74 si fuera necesario.
En concreto, 37 pacientes fueron transferidos de la unidad de aislamiento en Mangina al CTE ese mismo día. La sala de aislamiento de Beni fue completada y entregada al Ministerio de Salud, quien asignó su gestión a otra ONG.
"Nosotros nos enfocamos en la atención a los pacientes, mientras que nuestro equipo de logística y agua y saneamiento trabajaba día y noche para completar un centro de tratamiento donde se pudiera atender a los pacientes de manera segura", explica Patient. "Era increíble, hacíamos visitas al sitio y, un día después, veíamos un hospital totalmente diferente".
MSF también ha construido un centro de tránsito con una capacidad para siete pacientes en Makeke (en la frontera entre Kivu Norte e Ituri) el 28 de agosto, para hacer frente a varios casos en el área y a la resistencia de la comunidad a ser transferidos hacia Mangina como medida temporal.
Gracias a este centro de tránsito, los pacientes con síntomas que podrían ser compatibles con la enfermedad pueden ser aislados, sin tener que irse lejos de sus hogares, hasta recibir los resultados de las pruebas que determinan si tiene el virus o no. Y solo serán derivados por carretera a uno de los centros de tratamiento en caso de dar positivo en esa prueba.
Durante el curso de esta epidemia, MSF ha ofrecido a los pacientes confirmados una serie de nuevos tratamientos bajo un protocolo de uso compasivo. Estos tratamientos se administran solo con el consentimiento informado del paciente (o un miembro de la familia si son demasiado jóvenes o están demasiado enfermos para dar su consentimiento), y se les proporcionan como complemento a los cuidados paliativos (hidratación y tratamiento para los síntomas del Ébola, como son la diarrea y vómitos).
"Es un gran alivio poder finalmente ofrecer a los pacientes algo más que cuidados paliativos. Estadísticamente, los pacientes con Ébola tienen menos de un 50% de probabilidades de sobrevivir. Esto es devastador y aterrador para las familias y la comunidad", concluye Patient.
Fuera de los centros de tratamiento, los trabajadores de MSF que trabajan en las áreas de Beni, Mangina e Ituri -ubicada entre Mambasa y Makeke (en la frontera con Kivu Norte)- visitan los centros de salud, enseñan al personal a hacer un triaje adecuado de los casos sospechosos, donan materiales de protección vitales, y establecen áreas de aislamiento para atender de forma segura a los pacientes sospechosos mientras llega una ambulancia. Los centros de salud en Mangina y Beni que han visto casos positivos también están siendo descontaminados.
"Lamentablemente, en esta epidemia hemos visto al menos a 17 trabajadores de la salud infectados con Ébola. El personal sanitario que atiende a pacientes con enfermedades como la malaria y la neumonía, o que ayudan a las mujeres a dar a luz, debe estar protegido por un sistema de triaje adecuado para identificar y aislar a los pacientes con casos sospechosos de Ébola antes de ingresar a un hospital. Esto no solo protegerá a los trabajadores sanitarios, sino también a sus pacientes, y evitará que los centros de salud se conviertan en centros de amplificación para la propagación del virus", concluye Berangère Guais.
En los últimos días, MSF ha recibido la aprobación oficial para comenzar una campaña de vacunación para los trabajadores de primera línea en el eje entre Makeke y Biakato, por lo que aumentará también sus actividades en este área de trabajo.
Esto es lo que se siente al ponerse un traje de seguridad para cuidar pacientes con enfermedades altamente contagiosas. Visitamos la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel del Hospital Universitario de La Paz. Vídeo: M. Viciosa y A. Valenzuela
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