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“A los padres nos preocupa no tener una respuesta cuando lo importante es escuchar”

Josep López, autor de 'El pequeño libro para mis hijos adolescentes', cree que los padres de hoy tienen que abandonar sus miedos y dejar a los hijos "más sueltos".

El autor de 'El pequeño libro para mis hijos adolescentes' repasa cuestiones fundamentales de la vida para padres y jóvenes. | EP

Lo primero que hizo Josep López al acabar el libro, fue imprimir y encuadernar dos copias para Martí y Rita, sus hijos de 18 y 14 años. Lo hizo, a pesar del esfuerzo, con pocas esperanzas. “Pensé que me dirían ‘ya está aquí papá con otro de sus rollos”, recuerda el autor de El pequeño libro para mis hijos adolescentes (Planeta). “Y contra todo lo que esperaba, comenzaron a leerlo enseguida. Incluso el mayor, que no se lee ni los subtítulos de las películas, me escribió unas horas más tarde diciéndome que ya había leído 70 páginas. Se me saltaron las lágrimas”.

Su hijo, que no se lee "ni los subtítulos de las películas", se lo leyó enseguida

Aún con tan pobres expectativas, López había escrito este libro “desde dentro”. Porque reconoce que le costaba comunicarse con sus hijos adolescentes (a quién no, se preguntarán algunos padres) pero sentía que necesitaba hablar con ellos. “Con el libro no quería decirles qué hacer. Al revés, pretende transmitir que no podemos enseñarles aquello de lo que no sabemos, pero lo importante es darles herramientas para afrontar lo que se les viene encima, que es un mundo cambiante, complicado y competitivo, para que puedan ser felices”, afirma López, autor de otros libros de crecimiento personal como El valor del samurái.

La portada del libro es una brújula, ¿están los adolescentes muy perdidos? “Todos estamos perdidos. La tecnología, es difícil adaptarse a un mundo que cambia tan rápido. Si nos pasa a los adultos, cómo no les va a pasar a los jóvenes”, se pregunta López, que reflexiona de más de 30 cuestiones vitales en el libro. El amor, la vocación, la riqueza, tener o no hijos, la humildad, el placer, las quejas… “Son los grandes temas que creo que todos tenemos que afrontar en algún momento de nuestras vidas”, dice López, que insiste en que su libro “trata de dar consejos pero dejarles que tomen sus propias decisiones”.

Los padres no siempre tienen la respuesta

López también va contra una de las tendencias o errores más frecuentes de los padres de hoy, la sobreprotección de los hijos. “A los padres nos angustia no tener siempre la respuesta para todos los temas de nuestros hijos. Cuando lo importante no es tanto responder sino muchas veces solo ser capaces de escuchar o simplemente estar ahí”.

Como la de los padres quitanieves, López cree que la tendencia actual es de los padres de de “demasiado intervencionismo”. “Nuestros miedos nos llevan a sobreprotegerles, pero el dolor forma parte de la vida y sirve para aprender. Tenemos que dejarlos más sueltos, siempre que no haya un problema grave, tenemos que ser más espectadores y menos actores de la vida de nuestros hijos”, afirma el autor.

Cuando lo reparado vale más que lo nuevo

Y para explicar su teoría, habla López del Kintsugi, una teoría japonesa que surgió de un  método japonés para reparar la cerámica usando polvo de oro. “Lo que ocurrió fue que las piezas rotas y reparadas empezaron a tener más valor que las intactas. Y esto es porque si nos rompemos, significa que hemos vivido. El que no se arriesga, no vive”, añade el escritor.

La teoría japonesa del kintsugi dice que lo reparado tiene más valor que lo nuevo

El libro plantea a los adolescentes que más allá de la vocación – que puede durar más y ser más o menos equivocada – lo importante es “estar abiertos al cambio, ser inquietos y no dormirse en los laureles”, explica López. Y que “las cuatro actividades cotidianas que más felicidad aportan son gratis. Y la que más, con mucha diferencia, el sexo”, plantea sin tapujos López, que también aconseja a los jóvenes dar muchos abrazos, besos y te quieros. “los que no deis o digáis a las personas queridas se perderán para siempre arrastrados por el tsunami del tiempo”.

Aunque hablar con los adolescentes sea una ardua tarea, escribir este libro no le costó a López porque sabe que el crecimiento de sus hijos significa que también él se hace mayor. "Es por eso que he sentido la necesidad de transmitiros este pequeño legado". Un "testamento vital" que espera también sirva a otros padres y adolescentes a los que quizás también está costando la comunicación en estos momentos. "Sólo espero que pueda ayudarles también", concluye.

 

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