Catorce expertos elegidos por el Gobierno van a estudiar las posibles consecuencias de eliminar el cambio de hora, la polémica propuesta de la Comisión Europea que eliminaría el hasta ahora obligatorio ajuste horario que todos los europeos realizamos dos veces al año.
Esta comisión, cuya creación anunció hace unas semanas el Gobierno, tiene seis meses, hasta marzo de 2019, para hacer esa recomendación que permitirá al Ejecutivo decidir. Porque esa sería la fecha en la que se podría realizar el último cambio horario que debería dejarnos en un huso horario fijo.
Las consecuencias para la salud, así como para la economía, la sociedad y el medio ambiente, además de para la igualdad entre hombres y mujeres, son los factores que el Gobierno quiere ver analizadas, aunque el Ejecutivo ya se mostró favorable a la propuesta lanzada por el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker.
Sin embargo, entre las voces más discordantes contra este cambio de hora destaca la del catedrático de Física Jorge Pérez Mira, que afirma rotundamente que la propuesta europea es “un viaje estúpido que terminará en el mismo sitio donde empezó”. Este experto ofrece (al menos) cinco razones para continuar moviendo las agujas del reloj dos veces al año.
1. Viaje al pasado (en concreto, dos siglos atrás)
Pérez Mira eleva la voz para asegurar que la implantación de esta propuesta supondría retroceder dos siglos y volver una situación en la que se haría necesario implantar dos horarios diferentes según la estación.
“El cambio de hora es un síntoma de sociedades avanzadas para evitar que en verano anochezca en algunos sitios a las cinco de la mañana y en otros en invierno no salga el sol hasta pasadas las 10 de la mañana. En el siglo XIX, cuando no había cambio horario, las empresas se adaptaban haciendo un horario de verano y otro distinto en invierno.”, afirma el catedrático.
2. Las consecuencias para la salud de cambiar la hora duran dos días pero se disfrutan seis meses.
El experto pone en cuestión que la eliminación del cambio horario tenga algún beneficio económico o social y, respecto a los que se asocian a la salud, cree que “cuando se habla de las consecuencias del cambio de hora la gente solo piensa en el día después o los dos o tres días después, pero no a uno o dos meses vista”.
Pérez indica que el problema sería que en algunas regiones del levante español atardeciese en invierno a las cinco de la tarde, más que el cambio puntual de una noche “similar al que puede producir trasnochar un día por quedarse viendo la televisión”.
3. Los expertos ya dijeron “no”.
“Esto ya se había planteado en la Unión Europea varias veces y hasta ahora los expertos ya habían dicho que recomendaban mantenerlo. Sin embargo ahora la institución europea se abandona a la cultura del “me gusta”, me parece gravísimo”, afirma Pérez Mira, que no entiende como la iniciativa surgida en Finlandia – donde una hora de sol resulta insignificante cuando llegan a acumular casi 24 horas de luz u oscuridad seguidas – se puede extrapolar a todos los países por igual.
4. Un posible quiebro para el PIB
“La estabilidad horaria es un equilibrio para el PIB de los países, especialmente aquellos que viven del turismo”, advierte Pérez Mira, quien cree que la Comisión Europea “no ha calculado bien ese daño, que afectaría mucho a países como España. “Porque el horario de verano en invierno no funciona, y al revés”, insiste.
Además de las consecuencias económicas, el catedrático cree que las empresas y los trabajadores se sumergerían en un caos, "porque algunas empresas adaptarían sus horarios, otras no, quizás el trabajador sí pero el colegio de sus hijos no... sería una desestabilización total", añade.
5. No se puede hacer caso a las 'fake news' creadas para perjudicar la situación.
Según Pérez Mira, en la última década han proliferado noticias falsas contra el cambio horario y el huso en el que se encuentra España. "Desde hace 10 años han salido publicadas noticias que dicen que el horario en que se sitúa España lo decidió Franco por simpatía con Hitler. Pero nada más lejos de la verdad. En la Guerra Civil hubo 10 cambios de hora y al final Franco se decantó por el horario que había elegido De Gaulle en Francia, no por el alemán", asegura el catedrático.
El físico señala directamente a los "homeópatas del huso". "Les llamo así porque creen que van a curar males con nada. Esto es como cambiar de posición el kilómtero 0. Durante un tiempo habrá desconccierto, parecerá que algo está más lejos o cerca… pero luego volverá a ser lo mismo, porque en realidad no ha cambiado nada.
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