La rutina, las prisas, las obligaciones laborales o, simplemente, el ocio ha causado que la tendencia de comer fuera del hogar se haya triplicado por encima del consumo doméstico en los últimos años, de acuerdo con un informe publicado por la Federación de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB).
El componente negativo de este dato es que las comidas en restaurantes o bares llevan implícitos el factor tiempo y, normalmente, suelen ir aparejadas de prisas. Además, puede llevar a multiplicar la cantidad de alimentos que ingerimos, así como el consumo de grasas animales, saturadas y postres grasos", señala el vicepresidente de la Fundación Española del Corazón (FEC).
Por ello, es necesario poner atención en lo que comemos cuando no estamos en casa y, para hacerlo más sencillo, la FEC propone una serie de consejos para hacernos la vida más fácil y sana, ya que "comer fuera de casa no tiene por qué ser sinónimo de comer mal".
- Revisar el menú del restaurante por Internet antes de acudir para comprobar si tiene ofertas saludables. Es aconsejable, en caso afirmativo, decantarse por los pescados, las carnes blancas antes que las rojas, verduras y frutas para el postre. Por supuesto, mejor que elijas la cocina al horno o a la plancha que alimentos fritos o empanados.
- Comer una pieza de fruta a media mañana para evitar arrasar con toda la carta a la hora de la comida.
- Acompaña tu comida con agua, nada de refrescos, alcohol u otras bebidas azucaradas. Evitarás sentirte hinchado y reducirás una ingesta calórica innecesaria.
- Elige lo que vas a comer antes que el resto de comensales. Así evitarás caer en la tentación de pedir algo poco saludable si ellos lo hacen.
- Comparte los entrantes, sobre todo si no son saludables (aunque intenta que sí lo sean).
- A veces menos es más, así que trata de pedir platos que no contengan demasiados alimentos diferentes y pregunta por el acompañamiento de cada uno antes de escoger. Evitarás la presencia de patatas fritas u otros productos grasos.
- Evita añadir salsas, la forma habitual de convertir un plato saludable en otro lleno de calorías vacías, azúcares y excesiva sal.
- Si te has llenado y no has terminado el plato, no tienes que obligarte a comerlo. Recuerda que la mayoría de restaurantes ofrece la opción de prepararte para llevar lo que te ha sobrado.
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