Salud | Vida Sana

Día Mundial del Parkinson

Un 28% de los enfermos de Parkinson está sin diagnosticar

Enfermo de Parkinson. | EP

"El comienzo de la enfermedad puede enmascararse con una depresión, molestias articulares, caídas o una gran apatía que confunden durante años al médico general y a veces al especialista", explica el presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), José Antonio López Trigo, con motivo del Día Mundial del Parkinson.

Esta enfermedad neurodegenerativa afecta a unos 150.000 personas en España, según los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), y cada año se diagnostican 10.000 nuevos casos. Aunque esta enfermedad se identifica con temblores, en algunos casos la enfermedad se manifiesta con otros síntomas. "Hay que tener en cuenta que generalmente se asocia a la enfermedad de Parkinson a síntomas motores: principalmente temblor, rigidez, bradicinesia, trastornos de la marcha y del equilibrio. Sin embargo, actualmente se sabe que un 30-40% de los pacientes no presentan temblor y que en muchas ocasiones, antes del comienzo de los síntomas motores, se presentan otros muchos síntomas como trastornos cognitivos, del estado de ánimo [la depresión es uno de los primeros]), gastrointestinales, autonómicos, del sueño, etc", añade Pablo Mir Rivera, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la SEN.

Por ello, la SEGG insiste en la importancia de consultar al médico de atención primaria ante la aparición de los primeros síntomas, como por ejemplo, temblor y lentitud de movimientos, con el fin de que valore la necesidad de evaluación de un especialista como un neurólogo o un geriatra. "Existe un porcentaje de afectados, fundamentalmente personas mayores o muy mayores, que estando en fases iniciales de la enfermedad no consultan ante los primeros síntomas atribuyéndolos al envejecimiento", advierte López Trigo.

Entre uno y cinco años hasta el diagnóstico

La incidencia del Parkinson es más frecuente en pacientes de edad avanzada, la edad media de comienzo oscila alrededor de los 65 años. Además, en España se tarda una media de entre uno y cinco años en ser diagnosticado, incluso un 19% espera más de cinco años a recibir el diagnóstico definitivo, lo que provoca un mayor deterioro de la calidad de vida del paciente.

Por ello, López Trigo subraya la importancia del diagnóstico "certero y precoz", ya que beneficia no sólo a la persona con Parkinson que recibirá cuanto antes un tratamiento sino que, además, reduce considerablemente los costes que la enfermedad genera para el sistema sanitario. Asimismo, prosigue López Trigo, una vez diagnosticada la enfermedad es importante el abordaje integral del paciente por varios profesionales (médico, geriatra, neurólogo, enfermero, fisioterapeuta, logopeda y trabajador social), para así valorar de forma global todas las necesidades tanto físicas, psicológicas y sociosanitarias del enfermo de Parkinson.

Por último, el experto ha aconsejado consultar al especialista ante síntomas no motores (problemas de memoria, alteración en el contenido del pensamiento, trastorno del estado de ánimo, dolor o dificultad para conciliar el sueño) que aparecen a lo largo de la enfermedad y que pueden llegar a ser tan invalidantes como la afectación motora.

Es el caso de la genética, aunque las formas familiares sólo representan alrededor del 5% de los casos de Parkinson, porque ya han sido descritas 22 mutaciones que pueden explicar hasta un 30% de las formas familiares y un 5% de las formas esporádicas; el sexo, ya que las mujeres suelen presentar una tipología de la enfermedad más benigna, con una tasa de empeoramiento motor más lenta; o la exposición a ciertos factores externos, que algunos estudios ha apuntado a ciertos tóxicos y/o a traumatismos craneoencefálicos.

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