La nota media del examen de la EVAU (antigua PAU y selectividad) en toda la comunidad valenciana ha sido.. un suspenso. Apenas cuatro de cada 10 alumnos (el índice más bajo en una década) han logrado aprobar un polémico examen del que ya se están quejando hasta los propios profesores de matemáticas.
La Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas (FESPM), que engloba a más de 6.000 docentes, ha emitido un comunicado en el que afirman que "la prueba de acceso es
necesaria pero, tanto ella como el modelo educativo, necesitan cambios".
Desde la FESP aseguran que llevan años denunciando la necesidad de cambios porque consideran que es objeto de "confusión de objetivos, descoordinación entre autonomías y las incertidumbres, subjetividades, inercias y resistencias al cambio".
"Los estudiantes han calificado el examen de difícil, cuando desde la FESPM se considera que cualquier pupilo de su nivel debería ser capaz de resolverlo si de verdad le han enseñado la materia con criterio, con razonamiento y sin ser adiestrado con exámenes de otros años. Las pruebas de acceso condicionan el modelo de enseñanza en segundo de bachillerato y, a su vez, el modelo de enseñanza condiciona el tipo de pruebas que se hacen. Esto produce un efecto no deseable, un círculo vicioso, que se traduce en inercias y resistencias al cambio hacia un modelo más centrado en las competencias que en los procedimientos", afirman en el comunicado.
Los profesores proponen unas pruebas que consigan "alcanzar los objetivos de pensamiento crítico, razonamiento y madurez que se requiere para el acceso a los distintos grados universitarios. Por lo tanto, los cambios en el tipo de prueba y en el modelo de enseñanza deben ir de la mano".
Un examen con más tiempo y con autonomías coordinadas
Los profesores apuestan por una prueba que evalúe más por competencias y evite los ejercicios tipo, para que los alumnos no se centren tanto en prepararse un examen sino en razonar. "El trabajo de cambio de estas pruebas no debería ser brusco sino pausado y necesitaría un programa piloto. Los encargados de diseñar las pruebas de las distintas autonomías deberían trabajar coordinadamente. La prueba debe ser lo más homogénea posible, evitando, en un contexto de distrito único como es el actual, diferencias discriminatorias en niveles de exigencias y demandas".
Además, si se quieren hacer unas pruebas que no sean rutinarias, el tiempo dedicado al examen de matemáticas debe ser superior al que se dedica actualmente, porque se debe dar tiempo para razonar y justificar. El formato del examen y el tipo de preguntas no tienen por qué estar encorsetados en un folio. A tal fin, es recomendable tener en cuenta lo que hacen bien en otros países que nos muestran que es posible proceder de otra manera.
El comunicado continúa con la reivindicación "del uso de las calculadoras, teniendo en cuenta que estamos en el año 2019, y solicita que se admita el uso de cualquier tipo y modelo, para que los estudiantes se centren en el razonamiento y justificación de los procesos. Para ello, las pruebas deben dejar claro que ésto, razonamiento y justificación, es lo que hay que valorar en las respuestas de los estudiantes y no el simple hecho de dar la solución correcta. Si la normativa vigente contempla el uso de las tecnologías, cuesta entender la resistencia de algunas autonomías, a aceptar la
calculadora en las pruebas".
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