Cuando su pareja le gritaba, ella se bloqueaba. No era capaz de contestarle en las discusiones pero, antes de que la relación se rompiera (como finalmente ocurrió), él le dio una clave. “Lo tuyo no es normal, míratelo”. Algo contrariada, Karina se sentó frente al ordenador y, aunque no tenía muy clara la pregunta, de repente dio con la respuesta.
Corría el año 2004 cuando Zegers leyó por primera vez sobre la “sensibilidad del procedimiento sensorial” o, lo que es lo mismo, las “personas altamente sensibles”. Se sintió fielmente reflejada. El término lo había acuñado la psicóloga estadounidense Elaine Aron una década antes y da nombre a un rasgo de personalidad, como ellos mismos lo definen, de carácter genético (lo tiene al menos uno de los progenitores) y que caracteriza a personas que “tienen los sentidos muy abiertos y desarrollados”, según la propia Zegers.
“Las personas altamente sensibles (PAS) tienen un registro de los sentidos un 10% más intenso. Huelen antes y más, escuchan más, tienen un mayor sentido del tacto o el gusto”, explica quien acaba de publicar Niños con alta sensibilidad (La esfera de los libros). Esa mayor sensibilidad les provoca, si no se gestiona adecuadamente, “saturación sensorial, bloqueo y estrés”, añade.
Una de cada cinco personas
Este rasgo - no es un trastorno ni está catalogado como tal - es muy común, tanto que según Aron afecta a una de cada cinco personas. Todos ellos tendrán que verse reflejados en cuatro características. “Las PAS son muy emocionales, a los niños se les puede considerar exagerados e intensos, porque al recibir con más intensidad los estímulos externos pueden sentirse saturados”, indica Zejers, “son gente muy profunda que no puede tratar las cosas de forma superficial aunque quiera, por lo que pueden catalogarles de pesados".
Para identificarse como persona altamente sensible, Aron diseñó un test de 22 preguntas del que se puede obtener el diagnóstico con 15 o más respuestas positivas. "La mayoría de la gente PAS no sabe que lo es y por tanto ni se conoce ni sabe cómo llevarse. Solo con eliminar estresores y estímulos innecesarios, su vida puede cambiar muchísimo", explica Zegers.
La autora asegura, de hecho, que muchas personas con ansiedad y depresión pudieron ser "niños con alta sensibilidad que tuvieron problemas en la infancia por falta de conocimiento". Por eso, tras publicar Personas altamente sensibles, Zegers ha querido ahora centrarse en los niños: "Porque mientras que los rasgos son fáciles de identificar en las personas mayores, los niños aún no tienen a veces desarrollada su personalidad y puede costar llegar a saberlo".
¿Cómo saber si tu hijo es altamente sensible?
"Lo primero es que el padre o la madre se miren a sí mismos, porque los PAS siempre tienen un padre o madre que también lo es", apunta la autora, "así el progenitor verá qué es lo que le ha ido bien o qué le ha estresado y producido estrés para poder ayudar a su hijo".
La autora subraya la importancia de conocer si un niño es PAS puesto que el rasgo puede confundirse con trastornos como el déficit de atención e hiperactividad (TDAH), cuyos casos han aumentado mucho en los últimos años acompañados de cierta polémica porque algunos especialistas consideran que no puede haber tal aumento. "El número de casos de TDAH en niños me está asustando. No puede ser que haya tantos niños medicados. Creo que detrás hay muchos casos que son realmente alta sensibilidad", asegura Zejers.
La falta de concentración o el fracaso escolar también pueden ser confundidos con la alta sensibilidad. "Los niños no saben discriminar lo relevante de lo que no lo es y un niño PAS en última fila puede perderse en la información sensorial que le llegue de sus compañeros de delante y saturarse. A ese niño, solo con cambiarle a la primera fila, se le pueden eliminar los sobreestímulos y conseguir mejorar sus resultados".
¿Cómo actuar si eres altamente sensible o lo es tu hijo?
La alta sensibilidad no es un trastorno y no necesita, por tanto, tratamiento alguno. Como explica Zejers, fundadora de la Asociación de Personas con Alta Sensibilidad de España, funcionará "quitar los estímulos y focos de estrés, tener espacio para desconectar a través del arte o tener una mascota o planta a la que cuidad y focalizar el interés".
Intentar evitar las prisas, no juzgar ni incitar a un niño a que sea más fuerte son otros consejos para tratar a estos niños, dice Zegers, a los que se puede potenciar mucho con el tratamiento adecuado. "Como somos personas muy reflexivas somos también muy creativas e innovadoras. Si conseguimos hacer despertar nuestra curiosidad e interés, los resultados pueden ser maravillosos".
Actualmente, un equipo de doctores y psicólogos de las universidades de Sevilla y Valencia están trabajando en un test definitivo oficial para la población española. El test está disponible online.
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