Tres de cada diez personas pueden fallecer si no se actúa de forma inmediata ante un infarto, por lo que acudir a Urgencias o llamar al 112, ante la mínima sospecha, puede ser cuestión de vida o muerte. El caso es que uno de los efectos colaterales que ha tenido hasta la fecha esta pandemia de COVID-19 es que los pacientes cardiovasculares no han acudido al especialista a tiempo.
Según datos de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), durante el estado de alarma se han reducido en un 40% los tratamientos para el infarto agudo de miocardio. “Esto no significa que haya bajado el porcentaje de infartados, sino que esos pacientes no han sido tratados, con las fatales consecuencias que eso puede suponer”, alerta el jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Quirónsalud Málaga, el doctor Antonio Esteban, quien lo achaca a un miedo al contagio del nuevo coronavirus si se acudía al hospital.
“Hoy en día muchos pacientes con patología cardiovascular grave, y no demorable, están viendo cómo se ha agudizado su enfermedad por retrasar la asistencia al hospital”, manifiesta el doctor Esteban, a la vez que insiste en que si los pacientes presentan indicios de algún proceso grave deben acudir a Urgencias o llamar al 112 de inmediato.
“Estamos viendo muchos casos de pacientes crónicos y agudos que se están complicando al retardar la asistencia al hospital, así como patologías cardíacas que se están agudizando, como es el caso de los síndromes coronarios agudos”, añade este cardiólogo de Quirónsalud, grupo hospitalario que hasta el momento ha atendido al 13 por ciento de todos los hospitalizados por coronavirus en España.
Por eso, el jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Quirónsalud Málaga recuerda cuáles son los principales síntomas por los que el paciente debe acudir de urgencia a ser valorado por un cardiólogo, independientemente de la situación de pandemia que estamos viviendo, son:
1.- DOLOR OPRESIVO en el centro del tórax que se irradia hacia la mandíbula o hacia el brazo izquierdo y, en ocasiones, está asociado a síntomas como sudoración fría, malestar general, náuseas, o vómitos. Representa la manifestación más frecuente de un evento coronario agudo como el infarto agudo de miocardio. Si el paciente se queda en casa, la mortalidad de éste es del 20-30%; por eso hay que acudir con urgencia al hospital.
2.- DIFICULTAD RESPIRATORIA, no asociada a fiebre ni tos, que se incrementa con el esfuerzo.
3.- PALPITACIONES o sensación de que el corazón va muy rápido, que puede asociarse a procesos arrítmicos que deben ser diagnosticados y tratados.
4.- PÉRDIDA DE CONSCIENCIA O SÍNCOPE. Un síntoma muy alarmante que debe ser abordado por Cardiología en el menor plazo posible.
A su vez, el doctor Rafael Florenciano, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Quirónsalud Torrevieja avisa de la necesidad de acudir a un centro sanitario ante la presencia de uno o varios de estos síntomas compatibles con un infarto, y especialmente en el caso de pacientes con factores de riesgo como la diabetes o la hipertensión.
De hecho, el experto mantiene que la atención urgente no sólo debe limitarse a pacientes con dolor en el pecho, ya que otras enfermedades se pueden manifestar de forma aguda en estos casos, como es el caso de la insuficiencia cardíaca y de las arritmias; siendo en todos los casos imprescindible el acudir a tiempo al hospital: “En el caso de la insuficiencia cardíaca su aparición se caracteriza por una repentina dificultad para respirar, mientras que con las arritmias se producen palpitaciones”.
Tras el Covid pueden agravarse las patologías
Otro de los aspectos a tener en cuenta en esta pandemia, según llama la atención la doctora Catheline Lauwers, jefa del Servicio de Cardiología de Quirónsalud Valencia, es el hecho de que tras superar la enfermedad de COVID-19 podrían estar agravándose las patologías cardiovasculares crónicas, que hasta antes del contagio estaban estables.
“La alteración del sistema inmune, la inflamación, y el aumento de la coagulación durante la infección del COVID-19 pueden agravar una patología cardiovascular crónica que estaba estable, además de aumentar el riesgo de infartos, al romperse las placas de ateroma de los vasos, y desencadenar principalmente un infarto de miocardio”, subraya.
A su vez, la doctora destaca que el nuevo coronavirus afecta también al corazón durante el curso de la enfermedad, en concreto a su musculatura, lo que también incrementaría el riesgo de sufrir una inflamación o ‘miocarditis’.
“Es imprescindible realizar un seguimiento cardiológico más exhaustivo de los pacientes tras la infección. Además, este tipo de secuelas serán más importantes en pacientes que hayan tenido una enfermedad cardiovascular previa al coronavirus, pero también en aquellos pacientes que han retrasado su visita al cardiólogo, o no han acudido a la misma”, sostiene la cardióloga.
Con todo ello, el jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Quirónsalud Málaga, el doctor Antonio Esteban, resalta que todo paciente con enfermedad cardíaca previa, o que presente factores de riesgo cardiovascular (diabetes, hipertensión arterial o dislipemia), debe ser disciplinado en la toma de su medicación, seguir una dieta cardiosaludable (escasa en sal y rica en frutas y verduras, evitando las grasas de origen animal); pero sobre todo, “que no se demoren en acudir al cardiólogo lo antes posible frente a la presencia de los síntomas indicados anteriormente”.
Aquí recuerda que muchos pacientes que deben realizar ejercicio físico para controlar sus factores de riesgo cardiovascular no lo estén haciendo, de forma que patologías como la diabetes se descompensen. “Además, al estar en casa, hay tendencia a comer más y dietas menos saludables, donde el exceso de sal es muy habitual, de forma que los pacientes con hipertensión arterial experimenten un mal control de las cifras tensionales, que pueden llevar a inestabilizar problemas cardíacos previos”, concluye el doctor Esteban.
Finalmente, y dado que la atención presencial es necesaria en estos casos, los hospitales de Quirónsalud han marcado circuitos diferenciados de COVID-19 y no COVID-19 de modo que la atención sea segura tanto para pacientes como para sanitarios.
Se entregan mascarillas a los pacientes si no llevan previamente; se fomenta la distancia social recomendada, con mayor espacio físico entre asientos o mayor espacio temporal entre citas; se limita el acompañamiento a una sola persona en caso de necesidad; y se insta a la correcta higiene de manos, con dispensadores de solución hidroalcohólica en las zonas comunes, y fuera y dentro de consulta; aparte de las exhaustivas medidas de higiene y desinfección en todo el hospital y su equipamiento.
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