El impacto de la pandemia de la COVID-19 se ha cobrado un alto precio en vidas. Desarmados de vacunas nuestra única manera de enfrentarnos al coronavirus ha sido encerrarnos en nuestras casas para frenar los contagios. La vida en las ciudades españolas se ha transformado radicalmente. Tras semanas de confinamiento el aire se limpió a niveles que no habíamos conocido, el ruido se desvaneció y la calle, cuando pudimos pisarla de nuevo, se convirtió en propiedad de los peatones, los corredores y las bicicletas. Esto es lo que recoge el trabajo del fotógrafo español Pedro Armestre en un recorrido por la España en la desescalada realizado para Greenpeace con el que se quiere subrayar que el regreso a la normalidad puede ser verde.
Barcelona, fase 0. Más cerca mejor
La cercanía en la ciudad es clave para su vivencias sostenible. Si los servicios necesarios para nuestra vida se encuentran a 15 minutos se construye un modelo de ciudad, barrio o distrito más seguros, cercanos y sostenibles.
©Greenpeace/Pedro Armestre
Barcelona, fase 0. Espacio para el deporte
La relación entre espacios verdes en la ciudad y la salud de sus habitantes es incuestionable. La Organización Mundial de la Salud, recomienda que los ciudadanos no vivan a menos de de 300 metros de un espacio verde. ©Greenpeace/Pedro Armestre
Una gasolinera, estación de servicio en España
Una estación de servicio en España
Barcelona, fase 0. La amenaza del clima
La crisis de la COVID-19 ha puesto de relieve que hay que escuchar a los científicos que advierten de las amenazas como la del cambio climático. La pandemia ha dejado en evidencia la vulnerabilidad de las ciudades, los países y el planeta ©Greenpeace/Pedro Armestre
Vigo, fase 3. Ciudades para todos
La infancia y las personas mayores son los grupos de edad más desfavorecidos en las ciudades, por lo que la organización ecologista recomienda la creación de espacios públicos para ellos en los que se pueda facilitar áreas de juego y esparcimiento sin peligro y sin contaminación. ©Greenpeace/Pedro Armestre
Sevilla Fase 1. Más bici, más peatones
Greenpeace considera que la vuelta a la normalidad debe ir de la mano de un mayor uso de la bicicleta y que se priorice los medios de transporte públicos, además de ganar más espacios para los peatones.
©Greenpeace/Pedro Armestre
Sevilla, fase 1. Productos locales y de temporada
Una buena práctica para la salud del planeta, para las ciudades y para los ciudadanos es la de consumir productos que se cultiven localmente, productos de temporada y de cercanía. ©Greenpeace/Pedro Armestre
Sevilla fase1. Consumo sostenible
Los recursos del planeta son limitados y nuestra economía funciona a un nivel en el que necesitaríamos tres Tierras para satisfacer nuestro nivel de consumo actual. Si tenemos en cuenta el consumo de bienes y servicios, las emisiones de las ciudades podrían ser hasta un 60% mayores de lo estimado actualmente.
©Greenpeace/Pedro Armestre
Madrid, fase 0. Ciudades que piensan en el planeta
Valencia, fase 1. Cultura
La cultura contribuye a la salud y a la igualdad de una sociedad, por lo que no debería estar circunscrita a los espacios habilitados para ella, sino tener presencia en todos los barrios.©Greenpeace/Pedro Armestre