La Fundación La Caixa ha presentado el primer proyecto de placenta artificial en Europa. Cada año hay aproximadamente 25.000 embarazos que no llegan a término en Europa. La prematuridad extrema (seis meses o menos) es uno de los mayores problemas no resueltos, y estudios recientes en Suecia y los Estados Unidos señalan que no se han conseguido mejoras claras en los últimos veinte años. El proyecto tiene por objetivo aumentar la supervivencia y minimizar las graves secuelas neurológicas que sufren la mayoría de los nacidos prematuros extremos.
Un recién nacido prematuro extremo es, en realidad, un feto que debe sobrevivir en un entorno muy antinatural. Con menos de 1.000 gramos de peso, cambios de temperatura, respiración mecánica y alimentación por sonda, su sistema nervioso, pulmones, corazón, intestinos y riñones sufren un gran estrés, que puede ocasionar graves secuelas en la edad infantil y adulta. Ya que antes de los seis meses de embarazo, los pulmones, los intestinos y el cerebro del feto están poco desarrollados.
Permite que el neonato termine de desarrollarse en un entorno físico líquido, lo más parecido al útero materno.
El proyecto de crear una placenta artificial cuenta con más de 60 años y los avances clínicos de los últimos diez años han dado pie a pensar hoy en su aplicación real. Permite que el neonato termine de desarrollarse en un entorno físico líquido, lo más parecido al útero materno, dentro de un recipiente blando realizado con materiales biocompatibles, y protegido de sonidos y luces, aunque se reproducen sonidos similares a los del útero materno. La placenta permite que se conecte mediante un cordón umbilical a un oxigenador desarrollado y adaptado especialmente para el feto, que le aporta la cantidad necesaria de oxígeno. Y también puede recibir nutrientes, hormonas y otras sustancias que le proporciona la madre o que produce directamente la placenta.
Otra de los avances que consigue el proyecto es que el bebé esté monitorizado continuamente, siempre de forma no invasiva, mediante ecografía del flujo sanguíneo, la presión arterial y la frecuencia cardíaca, y también se utilizan microsensores en el líquido amniótico o el cordón umbilical. Los resultados obtenidos en los experimentos son integrados y evaluados mediante inteligencia artificial para poder realizar mejoras en el sistema.
El doctor Gratacós, director de BCNatal y líder del proyecto sostiene que: "Este es uno de los proyectos de investigación más disruptivos y singulares que se pueden realizar hoy en medicina fetal. Solo disponer de una plataforma experimental como la que se va a construir ya permitirá investigaciones paralelas de gran importancia para entender el desarrollo fetal normal y anormal. Esto ampliará la capacidad de atraer inversión para I+D+I en Barcelona, Cataluña y España, y una nueva generación de técnicas y procedimientos que revolucionarán la medicina fetal actual".
La Fundación La Caixa destinará cerca de 7 millones de euros a este proyecto pionero, que se desarrollará en dos fases a lo largo de cinco años. La primera fase (dotada con 3,35 millones de euros) consiste en el desarrollo y la validación experimental, mediante el uso de un modelo animal ovino, para más adelante trasladarlo a la práctica clínica si se cumplen los indicadores de éxito, que lo decidirán un panel de expertos. En la segunda fase evaluarán los efectos ya a largo plazo en el desarrollo cerebral, cardíaco, pulmonar y metabólico, y se introducirán mejoras principalmente en el ambiente y la nutrición para conseguir el mejor sistema. Tras las evaluaciones se llevará a cabo la aplicación clínica, incluyendo la valoración de todos los aspectos éticos e incorporando la opinión y la experiencia de familias que han tenido un bebé prematuro.
BCNatal es uno de los pocos centros del mundo con capacidad para llevar a cabo un proyecto de este calibre.
Desde la Fundación sostienen que este proyecto ha pasado por un proceso de evaluación internacional regido por los estándares más exigentes para este tipo de iniciativas. Los evaluadores pertenecen hasta cinco países (Australia, España, Israel, Portugal y el Reino Unido), y coincidieron en la excelencia de la estrategia científica diseñada, la importancia del problema y en la necesidad de soluciones alternativas como la placenta artificial. Igualmente, los expertos sostuvieron que BCNatal es uno de los pocos centros del mundo, y seguramente el único en Europa, con capacidad para llevar a cabo un proyecto de este calibre.
Y por último, desde el proyecto resaltan que solo tres grupos en el mundo (Filadelfia y Michigan, Estados Unidos, y Australia y Japón) han desarrollado modelos experimentales en este sentido, con avances significativos en los últimos años. Ya que se requiere de una gran masa crítica, solo posible en grandes hospitales que trabajen en entornos biotecnológicos potentes. Son proyectos que pueden necesitar la participación de más de 100 personas y de numerosos expertos en campos muy variados. Asimismo, destacan el elevado coste, por lo que resulta muy difícil conseguir la financiación necesaria para su realización.
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