La detección rápida de contagiados por coronavirus y su diagnóstico es una de las piezas clave para luchar contra la pandemia. En los últimos días se discute si autorizar a las farmacias o no para que puedan realizar test rápidos o vender algunos kits al público. De forma paralela, el reto que comparten científicos y empresas es encontrar pruebas más rápidas, baratas y eficaces.
La española Mediderma lanzó este pasado miércoles un test rápido que detecta la presencia de Covid-19 a través de muestras en saliva. Según asegura su página web su fiabilidad es del 96'8% y verifica el resultado en un tiempo de dos a 10 minutos aproximadamente. Asimismo, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) autorizó recientemente un kit de autotest, desarrollado por la Lucira, que permite diagnosticarse por un precio aproximado de 42 euros.
El experto en epidemiología, Ildefonso Hernández, afirma que el principal riesgo en la fiabilidad de estos productos es que su acreditación es más rápida que la de los fármacos, ya que estos "no saldrían al mercado sin saber su verdadera eficacia". "El problema es que cuando salen al mercado sus características y eficacia real son desconocidas. Este tipo de pruebas siempre tienen que estar en manos expertas, no en manos de la población", afirma.
Dudosa validez legal en los resultados
Ildefonso Hernández también subraya que los test rápidos pueden causar confusión en la población ya que cualquier acción de cribado necesita de "ayuda experta para tomar las decisiones correctas" . Por ejemplo, una persona con una carga viral muy baja, incapaz de ser detectada por el kit, obtiene un resultado negativo en su casa y continúa socializando, un perfil que supondría mucho riesgo en el contexto actual.
Este es el principal problema de los auto test ya que su nivel de exactitud a veces no es útil por su falta de sensibilidad. El científico del CSIC, José Miguel Rodríguez, que trabaja en el desarrollo de test rápidos, añade que otra dificultad sería cómo desprenderse de las muestras contaminadas en caso se haber dado positivo. Según el científico, lo "ideal" es que el desarrollo de estos tests sean para que cada uno de nosotros se lo haga en su propio domicilio.
"Yo me puedo hacer test de antígenos todos los días, pero mañana voy a un aeropuerto y no me dejan salir de España ya que no se puede dar validez"
José Miguel Rodríguez, CIENTÍFICO DEL CSIC
Sin embargo el principal inconveniente, independientemente del resultado que de, es la validez legal a la hora de viajar o tener que acreditar unos resultados de inmunidad para cualquier trámite. "Yo me puedo estar haciendo test de antígenos todos los días en mi casa. Pero mañana voy a un aeropuerto y no me dejan salir de España ya que no se puede dar validez a ese ensayo en casa", afirma José Miguel Rodríguez. En este sentido, se precisaría la supervisión de un facultativo, como un médico en un hospital o centro de salud, que acreditase nuestros resultados.
Farmacias sin infraestructura y formación
En países de nuestro entorno —como Francia, Portugal o Reino Unido—, los ciudadanos pueden acudir a la farmacia más cercana de su casa a realizarse un test de antígenos. Algunas comunidades autónomas, como Madrid y Cataluña, están estudiando cómo realizar estos cribados en boticas lo antes posible. José Miguel Rodríguez, científico del CSIC, expone que los farmacéuticos no tienen autorización médica para validar estos resultados.
"En las farmacias no se sabe cómo manejar estas muestras, los residuos que van a generar, y los protocolos que establecer cuando alguien da positivo", afirma Rodríguez. Además critica esta medida ya que las farmacias, a día de hoy, no tienen las mismas medidas sanitarias que por ejemplo un ambulatorio o un hospital. A esto se le añade que los farmacéuticos no tienen la formación necesaria para realizar estas pruebas y los locales carecen de mucha de la infraestructura que se necesita para obtener los resultados.
Además, no es lo mismo la invasión que se realiza a una persona cuando se toman como muestra las mucosas (PCR), la presencia de anticuerpos en sangre (test de antígenos) o la novedosa detección con muestras de saliva. En último lugar José Miguel Rodríguez subraya que el avance científico en este terreno está siento más rápido que nunca y hace una comparativa con la eficacia de los test de embarazo a lo largo de los años. "Hace años [los test de embarazo] eran una cruz y a día de hoy son muy sensibles, seguro que en dos años podremos detectarnos el coronavirus en nuestra casa, por la saliva o como sea", afirma.
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