Primero fue la estupefacción. Después la resiliencia. Los aplausos llegaron después, el verano fue para muchos un respiro pero el aire hace tiempo ya que para muchos se agotó. Los 10 meses que España lleva viviendo en pandemia han sido durísimos para millones de españoles que esperábamos con ansia el 2021. Sin embargo, las primeras semanas de enero han vuelto a dejar KO las expectativas: a los peores pronósticos de evolución de la epidemia se ha unido el "peor temporal en 50 años" y la cuesta de enero se antoja más empinada que nunca.
"Normalmente la cuesta de enero es complicada en términos económicos, este año es igual o peor económicamente pero además es emocional. Estamos todos cansados, hay mucho desgaste, desmotivación y apatía por la situación tan prolongada en el tiempo", afirma Timanfaya Hernández, psicóloga clínica y secretaria del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.
Si bien la vacuna había insuflado un poco de optimismo, este ha sido cubierto por la sombra de un nuevo confinamiento. "La Organización Mundial de la Salud ya ha acuñado el término fatiga pandémica, que para los psicólogos no es muy diferente a lo que se conoce como trastorno de ansiedad generalizado y que está sufriendo mucha gente por acumulación de factores, económicos, de salud, de miedo...", afirma Josefina González, psicóloga especializada en Covid.
Los psicólogos ya llevan meses advirtiendo que junto a las víricas, habrá una ola de trastornos de salud mental por culpa del coronavirus. "Ocurre en todas las crisis, guerras o catástrofes de este tipo. Tras ellas, se da un aumento de trastornos de ansiedad, depresión, suicidios y un aumento de las adicciones. Esto va a ocurrir y creo que no se le está prestando la atención suficiente", afirma González.
Aunque aún no hay datos de lo que está sucediendo a nivel general, un reciente estudio en sanitarios - los más expuestos - revelaba que casi la mitad de los sanitarios habían afrontado un riesgo alto de trastorno mental durante la primera oleada del coronavirus. La investigación contaba con profesionales de 18 hospitales de seis comunidades autónomas y advertía además que el 14% de los sanitarios sufre repercusiones derivadas del estrés provocado por la pandemia.
No sólo ellos, opina la psicóloga clínica en el centro Área Humana, Marta de la Fuente: "Desde septiembre hemos visto un aumento de las consultas con personas que sufren de agotamiento, de una sensación de falta de control ante la situación. Eso les puede provocar desde molestias gástricas a dolores musculares, de cabeza, dificultad para dormir, más irritabilidad, problemas de concentración o de alimentación".
2021: un año para olvidar los propósitos
En esta situación, que tiene ya a muchos españoles al límite, González recomienda "olvidar los propósitos. 2020 fue un año en el que ya difícilmente se cumplieron y los propósitos generan incumplidos generan mucha culpabilidad, así que sin duda 2021 es un año para olvidarse de los propósitos y centrarse en el presente".
Coincide Hernández en que "en tiempos tan complejos, mejor no hacer mudanzas. No hacer cambios drásticos pero sí proponerse metas pequeñas e intentar compensarse a uno mismo con actividades que nos gusten o relajen. Puede ser una llamada a un amigo, un baño relajante o una copa de vino".
Caprichos como pequeñas recompensas en estos momentos en los que domina la incertidumbre. "Esto lo lleva muy mal el ser humano, que se siente más seguro en la planificación y esta se ha roto. Hay que vivir el presente, sin planes que corran el riesgo de estropearse. Hay que vivir al día, no económicamente pero sí emocionalmente", afirma González.
Descansos Covid
Lo que sí conviene proponerse este 2021 es tener momentos de descanso del Covid. "Es muy recomendable, especialmente para quienes trabajan expuestos, intentar desconectar un rato de todo lo que tenga que ver con el Covid. De la televisión, las redes sociales, las conversaciones sobre el tema... hay que intentar dar un respiro", incide González.
Este respiro supone cuidar una aspecto que, según las psicólogas, suele quedar olvidado. "Igual que se cuida la salud física, hay que cuidar la emocional. Se trata de identificar los propios sentimientos, hacer ejercicios de introspección y ver cómo lo estamos pasando. Y si nos afecta a la vida cotidiana, si no somos capaces de controlarlo, pedir ayuda", explica De la Fuente.
Aflorará cuando haya más estabilidad
Aunque las psicólogas aseguran que desde hace meses están viendo más problemas de salud mental en las consultas, también auguran que lo peor está por llegar. "La gente aún no es consciente en muchos casos de lo que le está pasando", reconoce González, "será cuando haya más estabilidad en la epidemia cuando probablemente afloren muchos problemas de salud mental, porque la gente se permitirá escucharse a sí misma".
Así, inciden en que para este año se respete el autocuidado. "Centrémonos en lo que depende de nosotros mismos, cuidemos el sueño, la alimentación, practiquemos ejercicio. Seamos selectivos con las personas con las que nos relacionamos y saquemos un aprendizaje de lo que estamos viviendo, que también ha traído cosas positivas", concluye De la Fuente.
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