Una de las batallas estratégicas para controlar la pandemia del Covid-19 pasa por diagnosticar a tiempo los nuevos contagios, y así aislarlos debidamente. En esta línea Alemania ha dado un paso más allá al permitir la compra de test de coronavirus en los propios supermercados. Es el caso de las franquicias de bajo coste Lidl o Aldi, donde los ciudadanos podrán acudir para obtenerlos sin la supervisión de ningún trabajador sanitario.

El ministro de Sanidad alemán, Jens Spahn, asevera que estos instrumentos son "una pieza fundamental" para doblegar la pandemia, tal y como recoge la televisión ZDF. Asimismo, el Instituto Federal de Medicamentos y Productos Sanitarios alemán (BfArM) ha autorizado a tres fabricantes el desarrollo de estas pruebas raídas de antígenos de uso doméstico. En este sentido, a partir del próximo 3 de marzo los mencionados supermercados dispondrán de estos test rápidos en sus estanterías. Su precio podría oscilar entre los 5 y 10 euros.

A pesar de haber presentado 50 modelos diferentes, únicamente tres son los que han pasado los filtros de las autoridades sanitarias alemanas. Los dispositivos cuentan con un 80% de fiabilidad y su sencillo modo de empleo es parecido al de los test de embarazo. Primero se recoge una muestra nasal con un hisopo de algodón y se esperan 15 o 20 minutos para el resultado. Rapid SARS-CoV-2 Antigen Test Card, LYHER Covid-19 Antigen Schnelltest (Nasal) y CLINITEST Rapid COVID-19 Self-Test son los nombres de los test autorizados.