El consumo de carne creció en volumen el 6,6% anual en España en 2020, año en el que se invirtió la tendencia a la baja de los últimos años por efecto de la pandemia, que llevó a una mayor compra sobre todo en el hogar.
Así lo ha explicado este lunes la jefa de área de Análisis de consumo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), Ana Mendoza, en un seminario web organizado por Cooperativas Agro-alimentarias bajo el título "La ganadería frente al consumidor".
El año pasado se consumieron en España 2.432,4 millones de kilos de carne, de los que el 94% se realizó en el hogar (2.305,3 millones de kilos) y el resto fuera; del total, 1.787,7 millones de kilos fueron carne fresca.
El incremento del 6,6 % del volumen total respecto al año pasado contrasta con el descenso o estancamiento de los últimos años, un cambio de tendencia que Mendoza ha atribuido a las restricciones derivadas de la pandemia y que elevaron el consumo en casa en 2020.
En los hogares españoles, el consumo de carne creció el 12,9 % anual en valor y el 10,5% en volumen, y fue un producto "transversal" que se adquirió en casi todas las casas.
El número de compradores se mantuvo, con un ligero aumento en los de carne fresca y aún minoritarios los de congelada.
Entre los diferentes tipos, el pollo continuó como la carne más consumida (37,7% del total), seguida del cerdo y la ternera, según los datos del MAPA, que muestran cómo todas las categorías repuntaron por regiones en 2020, con una concentración del consumo per cápita de carne en la mitad superior de la península Ibérica y Baleares.
Una cuarta parte de las ventas se realizaron en el pasado ejercicio en las tiendas tradicionales, frente al 67% que tuvo lugar en canales dinámicos (como supermercados) y el 7% en otros, como las ventas por internet, en las que los frescos subieron con fuerza.
Mendoza ha explicado que el consumo de carne se centra más en las clases alta y media, sin grandes variaciones respecto a los últimos años, y que -por edades- el mayor porcentaje de personas que la comen tiene entre 50 y 64 años (32% de la población), en tanto los menores de 35 solo la ingieren en una proporción del 8,2%.
El 2020 fue un año "muy atípico" que tuvo un consumo de volumen de carne por encima del anterior en todo momento, con dos picos importantes que coincidieron con el confinamiento y la segunda ola del coronavirus en septiembre pasado, según la responsable del MAPA.
El consumo fuera del hogar se contrajo sobre todo durante el confinamiento estricto, aunque después se ha ido recuperando; en ese trasvase hacia los hogares el ritmo de ingesta se mantuvo, con más protagonismo de los almuerzos y cenas, frente al resto de comidas.
Mendoza también ha señalado que aumentó el tiempo para cocinar en casa y que en 2020 las personas que comían carne (en contraste con vegetarianos y veganos) seguían siendo el 96,3% de la población.
Entre las dietas, crece la tendencia de los consumidores de "comida real" o "real food" (un 21% de la población), que ven en la carne un producto natural, prefieren los productos de temporada y proximidad, y no toman ultraprocesados.
El director de Cooperativas Agro-alimentarias de España, Agustín Herrero, ha destacado en el seminario que los ganaderos quieren "acercarse" a la actitud del consumidor frente a los cambios en el modelo productivo y los nuevos planteamientos relacionados con una mayor sostenibilidad, tal como se definen en el Pacto Verde Europeo.
"Vamos hacia un consumo de carne de mayor calidad", ha asegurado por su parte Ricardo Fernández, director de Calidad, Seguridad Alimentaria y Desarrollo Sostenible de Carrefour España, que trabaja con más de mil proveedores de alimentos.
La responsable del Club Hostelería de España, Beatriz Cecilia, ha apostado por hacer llegar mejor al consumidor la información de los productos de calidad, como hace el personal de sala de numerosos restaurantes.
En la conferencia, en la que también han participado grupos ambientalistas, el presidente de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), Fernando Moner, ha afirmado que los consumidores están dispuestos a pagar algo más cuando las circunstancias lo permitan, siempre que alguien certifique que el producto tiene un "valor adicional en sostenibilidad".
El secretario general de la Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios (Hispacoop), Félix Martín, ha subrayado la importancia de la indicación sobre el origen de los alimentos tanto para los consumidores como para los operadores, que tienen así una "oportunidad de incrementar el valor de sus productos".
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